Perú
La
pelota del TLC está puesta frente al arco y al gobierno de
Alan García sólo le resta patearla para ganar el partido
según ha reiterado varias veces el ex presidente Toledo está
tan a la mano esta posibilidad que él mismo se ofrece a
ayudar para que no falle el tiro.
El nuevo
presidente, sin embargo, no parece confiar mucho en las
cualidades de pelotero callejero del de Cabana, que según
cuentan le valieron para ser embarcado por el Cuerpo de Paz
hacia los College de los Estados Unidos. García ha escogido
para el remate del TLC a su candidato favorito a Primer
Ministro y miembro de su plancha presidencial, el economista
De Soto, al que le ha encargado una operación propia de
alquimista: traerle de Norteamérica un TLC de los pobres.
Althaus, al
que le aterran estas cosas de pobres y de pueblo en boca de
García, no tardó en llamar a Hernando De Soto a su programa
para preguntarle si se trataba de un nuevo tratado que sería
renegociado por él. Y el gordito de la barba, muy atento
como siempre, le aclaró que no iba a cambiar un pelo del que
ya existía. Y que lo que el presidente había querido decir
es que los pobres también se harán exportadores, a través de
la Sierra Exportadora y de las PYMES exportadoras y todo el
mundo contento.
O sea que
de los pobres quiere decir igual que el de los ricos, que se
supone es el que engendró Toledo, con la ayuda, entre otros,
de la actual ministra aprista de Comercio Exterior, Mercedes
Áraoz, integrante del grupo negociador de Pablo de la Flor.
No hay duda que el TLC es la materia en la que García ha
logrado batir todos sus récordes de contradicciones. No sólo
por lo que dijo en campaña: “de ninguna manera se aprobará
el TLC bajo el actual Congreso (el Congreso de Toledo) y si
el presidente saliente lo firma, yo mismo retiraré su
firma”; “aprobaremos el TLC por un período de prueba”, “no
permitiremos un TLC que afecte a los pequeños agricultores y
campesinos”, “revisaremos el TLC, línea por línea, palabra
por palabra”, etc.
Y por los
eternos silencios que guardó cuando fue emplazado sobre el
tema durante el debate de candidatos presidenciales. Va más
allá de eso. Por una parte da la idea que García no quiere
meter un gol que parezca de Toledo y por eso hay momentos en
que definitivamente arrastra los pies. Por otra parte es
evidente que tiene presiones dentro del partido sobre esta
decisión. Finalmente, y lo más importante, porque se da
cuenta que se está metiendo en una camisa de fuerza, que es
lo que más eluden tipos inestables como él.
La carta De
Soto es uno de esos recursos típicos que aparentan ser
grandes decisiones, cuando lo que buscan es sobrevivir en la
confusión. El hombre que le dijo “hijo de puta” a Vargas
Llosa puede ser muy persuasivo en inglés. Pero la pregunta
que los parlamentarios gringos sin duda le van a hacer es
¿cuán persuadido está su propio presidente de este negocio?
Toledo, entretanto, sigue esperando que le llamen. No
importa si el APRA se la ha agarrado con la Karp y con
algunos de sus ex ministros.
El está
dispuesto a terminar el partido. Y tanto es su empeño que no
se puede evitar la tentación de preguntar si lo del Toledo,
Ferrero o De la Flor es realmente convicción
pro-imperialista, o si hay algo más que se hará efectivo
cuando se convierta el gol con el que nos ganarán otra vez
el partido a la mayoría de los peruanos.
Raúl
Wiener
ALAI
23de
agosto de 2006
FOTO:
unicef.org
Volver
a Portada
|