México

 

Cierre del año en medio de crisis económica y social

 

Una catástrofe

llamada TLC

 

 

El gobierno del presidente Felipe Calderón termina 2009 con el peso de una crisis económica que ha golpeado a la clase trabajadora y campesina, con un país incapaz de garantizar la producción de granos y leche para el consumo interno y mucho menos la seguridad de sus ciudadanos. Por si esto fuese poco, también con una tasa de desempleo cada vez mayor, en parte gracias al aniquilamiento de la estatal Luz y Fuerza del Centro.

 

 

El final de 2009 encuentra a México sumido en una crisis económica que cada día agudiza más el descontento social de millones de ciudadanos atormentados por el desempleo, la inflación de los precios de la canasta básica, la inseguridad y un aparato productivo quebrado que privilegia las importaciones extranjeras.

 

NAFTA: la tormenta perfecta

 

La producción de alimentos básicos por persona registra un déficit de entre 30 y 70 por ciento, en especial en maíz, frijol, trigo, arroz, soya y sorgo, denunció recientemente a la prensa internacional la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC)

 

Federico Ovalle Vaquera, dirigente de la CIOAC, señaló que México carece de una política gubernamental que evite este déficit de productos básicos. Alertó que las ayudas estatales orientadas al sector agropecuario, forestal y de pesca se están quedando en manos privadas y no en los productores, abatidos por la crisis.

 

Las importaciones de maíz se han disparado alarmantemente desde 153 mil toneladas un año antes del inicio del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en 1993, a más de 10 millones de toneladas en 2008.

 

“Esta errada política alimentaria -señaló Ovalle- ha obligado al país a la importación de alimentos lo que ha generado un déficit crónico, provocando graves consecuencias como más desempleo, más emigración y falta de oportunidades para las familias del campo".

 

Por otro lado, a la Cámara de Diputados ha llegado el debate de la delicada situación de los productores nacionales de leche, “que se agravará aún más si no se pone un freno a las importaciones”, alertó el diputado federal Ricardo Sánchez, dado que la inclusión diaria de 5 millones de litros de leche rehidratada genera una distorsión en el mercado que afecta a unos 220 mil productores nacionales.

 

Sánchez denunció que no se han impuesto aranceles a la importación de leche en polvo, como la proveniente de Nueva Zelanda. Al contrario que Estados Unidos, la Unión Europea, la misma Nueva Zelanda, Colombia, Brasil y Perú que han adoptado la imposición de aranceles y cuotas de importación, entre otras políticas de apoyo de su sector lechero.

 

Malos pronósticos

 

El próximo año el gobierno no dará descanso a sus contribuyentes, empleados, desempleados o pequeños productores. El primer día de 2010 entrará en vigor una serie de aumentos a impuestos, cuya alza fue propuesta por el Poder Ejecutivo y aprobada por la mayoría en el Congreso.

En la presente década el poder de compra de los mexicanos se ha deteriorado notablemente debido a que el empleo se reduce, los salarios reales permanecen estáticos, mientras los precios y la pobreza aumentan

 

Ésta incluye un incremento al Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 15 a 16 por ciento, y sobre la renta para empresas y personas de 28 a 30 por ciento. El repunte de los impuestos al consumidor final, así como la revisión de los precios de combustibles y tarifas de servicios públicos, tendrá un impacto de un punto porcentual en la inflación, según ha calculado el Banco Central de México. Los salarios, pues, seguirán perdiendo su poder adquisitivo.

 

El Ejecutivo tiene la responsabilidad, también, de la crisis ocasionada por la disolución arbitraria de la estatal Luz y Fuerza del Centro, con la cual se prescindió de los servicios de más de 40.000 trabajadores.

 

Se prevé que aumentarán significativamente las tarifas residenciales de la electricidad para la Ciudad de México y se privatizará el servicio de distribución. En resumen, se golpeará cada vez más la economía familiar de los habitantes del Distrito Federal.

 

El presidente y su gobierno se han mostrado inamovibles en su postura con respecto a la disuelta empresa estatal, a pesar de las críticas de organismos internacionales y de derechos laborales.

 

En la presente década, el poder de compra de los mexicanos se ha deteriorado notablemente debido a que el empleo se reduce, los salarios reales permanecen estáticos, mientras los precios y la pobreza aumentan.

 

Neoliberalismo hasta en la sopa

 

El círculo vicioso generado por la débil actividad productiva, la escasa capacidad para crear empleos bien pagados y el frágil mercado interno, frenan la generación de condiciones que ayuden a la población a salir adelante.

 

En los últimos diez años el empleo formal creció a una tasa de 12 por ciento; sin embargo, el desempleo, subempleo e informalidad repuntaron a tasas mayores, al alcanzar 162 por ciento, 120 y 21 por ciento respectivamente, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

 

Si se le compara con otros países México reporta uno de los mayores repuntes en la tasa de desempleo durante la presente década.

 

La inseguridad social que mantiene secuestrado al país, de mano de los cárteles de la droga, la delincuencia común y organizada, y un Estado incapaz de defender a sus ciudadanos, no solamente afecta la vida cotidiana y emocional de los habitantes de este país, sino también la economía nacional.

 

De mantenerse la tendencia al incremento constante en este indicador en los últimos tres años, las pérdidas totales generadas por la inseguridad en 2009 equivaldrían a más del 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según Carlos Mendoza, especialista en Seguridad Pública.

 

Mientras se estima un déficit comercial de 7.016 millones de dólares para este año, el presidente Felipe Calderón acaba de proponer un decálogo de reformas políticas que permitirían la reelección y la perpetuación del gobierno en el poder durante doce años, lo que ha sido radicalmente rechazado por sectores sociales y los demás partidos con representación en el Congreso.

 

Será justamente 2010 el año en el cual las organizaciones civiles y la oposición tendrán que incrementar el volumen de la lucha social para intentar resistir los embates de un gobierno autoritario que no ha sabido sobrellevar la crisis económica ni social.

 

“la crisis 

Rel-UITA

              4 de enero de 2010

 

 

 

 

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