Uruguay
TLC Uruguay-Estados Unidos
Una historia de silbatos,
trenes
y descarrilamientos |
Mientras el presidente impulsa la firma de un acuerdo
comercial con EEUU las organizaciones populares manifiestan
su dura oposición al mismo.
Hace
tiempo que el silbato venía anunciando su arribo y fueron
por lo menos cuatro los pitidos de advertencia. El primero
se escuchó en marzo, cuando los presidentes de Uruguay y
Estados Unidos firmaron el “Tratado concerniente al aliento
y protección recíproca de inversiones” en la
Cumbre de Presidentes de Mar del Plata.
Posteriormente, cuando Tabaré Vázquez y George Bush se
entrevistaron en Washington a comienzos de mayo, la ocasión
permitió que el primero manifestara su aspiración de
impulsar una forma de negociación entre ambos gobiernos
similar a la que Uruguay mantuvo con México y que culminó
con la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) que, para
evitar confrontaciones en la interna del frente político que
gobierna Uruguay, también se denomina Acuerdo de
Complementación Económica. Según versiones de prensa, el
presidente Bush respondió: “Si ustedes quieren eso yo
también lo quiero”. Fue ahí que se escuchó la segunda señal
de alarma.
El
tercer pitido también nos llegó desde la capital
estadounidense, donde funcionarios de ambos países
celebraron en junio una reunión destinada a continuar con la
exploración de posibles acuerdos comerciales, pero
cuidándose expresamente de no mencionar la sigla TLC. El
cuarto, se escuchó un mes más tarde durante una
teleconferencia entre funcionarios de ambos países. En la
misma se anunció que Everett Eissenstat, el principal
negociador sobre asuntos comerciales de EE.UU. llegaría a
Montevideo próximamente.
Finalmente, el tren arribó al país el pasado miércoles 9
durante la conferencia denominada “Uruguay en la Economía
Global”, organizada por el Consejo de las Américas. El
primero en referirse al ferrocarrilero artefacto fue el
presidente Vázquez. Al final de su discurso utilizó un
argumento que, al escribir estas líneas 24 horas después,
todavía tiene al país perplejo: “La historia no retrocede,
no se detiene y tampoco se repite… el tren, algunas veces,
pasa una sola vez”.
Aficionado a las metáforas, en su discurso ya había
utilizado algunas bastante discutibles, como cuando afirmó
que la globalización es un proceso irreversible y hay
avances que no tienen marcha atrás, “como no la tuvo la
rueda, la máquina de vapor o la penicilina”. Dada su
condición de médico no discutiré lo de la penicilina, pero
que las ruedas y las máquinas de vapor –entre ellas los
trenes– no tienen retroceso, no lo comparto.
Otro de
los oradores en la Conferencia fue el ministro de Relaciones
Exteriores Reinaldo Gargano –quien igual que Vázquez milita
en el Partido Socialista– y también se refirió a los trenes.
En declaraciones a la prensa y en clara alusión a las
palabras del presidente, manifestó: “El tren pasa una sola
vez, pero hay gente que se pone delante y se la llevan por
delante. Yo quiero subirme a un tren que funcione, que vaya
a un destino, que me lleve y que sirva para los intereses de
mi país”.
La
lluvia y el frío castigaban a Montevideo en el anochecer del
pasado miércoles, no obstante centenares de personas se
reunieron en la Plaza Libertad de esa ciudad para manifestar
su rechazo a la firma de un TLC con EE.UU. El acto fue
convocado por algunos de los partidos políticos que
conforman el Frente Amplio actualmente en el gobierno, la
central sindical PIT/CNT, la Federación de Estudiantes
Universitarios del Uruguay, la Organización de Jubilados y
Pensionistas, la Federación Uruguaya de Cooperativas de
Vivienda por Ayuda Mutua y la Comisión Nacional en Defensa
del Agua y la Vida entre otras organizaciones sociales.
En la
proclama leída en la ocasión, entre otros puntos se puso de
manifiesto que “la fuerza política del gobierno actual, el
Frente Amplio, a quien amplias mayorías del país le
confiaron impulsar el cambio, en su último Plenario Nacional
adoptó, por aplastante mayoría, una resolución histórica: Su
más pleno rechazo en forma y contenido a un TLC con EE.UU.,
por entenderlo contrapuesto al Uruguay productivo […]
consecuente con las decisiones de su 4º Congreso que elaboró
la plataforma de este gobierno”.
Curiosa
coyuntura la que generó el tren del TLC. Mientras los
dirigentes de los dos grandes partidos de oposición aceptan
una modesta y secundaria función de guardabarreras, dando
luz verde al paso del tren, la oposición pura y dura surge
de las organizaciones populares, en cierta forma la base del
actual gobierno, y de alguno de los partidos que lo
integran. Además de curiosa, lo suficientemente grave como
para pronosticar el descarrilamiento del TLC o del gobierno.
Enildo
Iglesias
© Rel-UITA
11 de agosto de
2006 |
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