-Se suele asociar desarrollo local a desarrollo económico.
-Sí, pero desarrollo local no es sólo desarrollo económico.
Hay que considerar qué categorías manejamos cuando definimos
desarrollo local. No hablamos de desarrollo sólo como una
categoría de carácter económico ni como una categoría a la
cual llegamos una vez que nos modernizamos. Desarrollo
supone desatar procesos con distintas dimensiones.
En desarrollo local la dimensión económica es básica, pero
entendida -más que como crecimiento de la riqueza- como
crecimiento de la capacidad de autosustentar oportunidades
de producción de empleos, de calidad de vida.
No se puede desconectar la dimensión económica de la
dimensión cultural, política y social. En Latinoamérica, y
luego de ensayar modelos, recetas y proyectos que no han
dado resultado, es imposible pensar en desarrollo separando
esas distintas dimensiones.
La idea de desarrollo local simplista que lo define como
desarrollo económico (a través del Producto Bruto Interno,
exportación, etcétera) se va modificando.
Debemos reconocer en la definición de desarrollo local un
planteo integral que involucre a los diferentes actores de
la sociedad en el diseño, la ejecución y en la recepción de
los resultados.
-Cuando los actores políticos se refieren a desarrollo local
no lo hacen en el sentido que usted lo plantea.
-En general los actores políticos hacen referencia a
propuestas de desarrollo local a partir de la propuesta de
desarrollo global ligada al crecimiento económico cuyos
indicadores son los niveles de exportaciones...
-O los niveles de consumo.
-Sí, pero debemos considerar que en países como el nuestro
el promedio puede resultar alto porque existe un sector
social minoritario que tiene un gran nivel de consumo, pero
las grandes mayorías no.
-¿Cuál sería la primera particularidad a considerar para
ejecutar procesos de desarrollo local?
-Determinar espacios donde exista mayor capacidad de
interacción entre los actores y por lo tanto mayores
posibilidades de encontrar caminos comunes que no significa
caminos de consenso.
-En general cuando se habla de caminos comunes se habla de
consensos.
-Sí y se supone una suerte de consenso hasta con
características románticas. En realidad los actores sociales
son portadores de intereses antagónicos. No hay que buscar
consensos que por ser tan por lo alto se vuelven
irrelevantes. Se debe partir de los disensos; reconocer las
diferencias y a partir de ellos encontrar los espacios para
el trabajo en común.
-¿Qué es lo que hace al espacio local proclive a explorar
espacios comunes entre actores con intereses diferentes?
-Su cercanía natural. El espacio geográfico acotado
contribuye a su mejor gobernabilidad aunque entraña
limitaciones y es por esto que el desarrollo local
actualmente se proyecta en procesos de desarrollos
regionales.
El tamaño y la identidad favorecen los espacios de
coordinación y articulación. Una de las condiciones
necesarias es que existan organizaciones en la sociedad con
disposición, ánimo, historia y capacidad. Organizaciones con
historias que les proporcione credibilidad, donde se
reconozca la pluralidad y no se ejerzan formas piramidales
de funcionamiento en las que el que está arriba no sabe lo
que pasa abajo.
-Usted se ha referido a la importancia de involucrar en
estos procesos a actores públicos y privados.
-Sí. La interacción entre actores públicos y privados es
fundamental. En Uruguay, y especialmente en algunos
departamentos, lo público pesa mucho a través de los
municipios que constituyen el nivel del Estado más cercano a
las necesidades de la gente.
Los municipios trabajan con servicios que hacen a lo
cotidiano, a la mejora de las condiciones de vida de lo
habitantes. Es muy difícil lograr desarrollo local por fuera
del municipio.
Pero también hay que destacar -y esto es importante- que no
existe un modelo de desarrollo único. Lo que puede ser
desarrollo para un departamento como Paysandú puede no serlo
para Rivera. Hay que aceptar y considerar el peso de las
características propias de cada departamento.
-¿Se puede pensar en desarrollo local sin una planificación
centralizada como país?
-Sí. Las planificaciones centralizadas en general han
fracasado porque se trazan atendiendo promedios nacionales y
en la práctica no se adecuan a las distintas realidades
locales.
Las planificaciones centrales no están pensadas para lo
local. En la práctica, el desarrollo local busca
particularidades, singularidades, no para crear islas sino
para que a grandes lineamientos de desarrollo se responda de
determinada manera. Por ejemplo si se dice país productivo
esto significa cosas diferentes entre un departamento y
otro.
-La dependencia del ciudadano al Estado benefactor que
caracterizó a nuestro país ¿puede configurar un elemento
negativo para el desarrollo local?
-La historia con un Estado benefactor como en Uruguay o
México plantea dificultades para crear responsabilidad
ciudadana alrededor de las políticas de desarrollo y la
ciudadanía ante ellas se repliega y las critica. Este es un
dato negativo que hay que aprender a superar. Pero también
hay que considerar que ningún país se desarrolla con un
Estado mínimo. El desarrollo local supone contar con el
papel regulador del Estado en las organizaciones de la
sociedad civil, pero especialmente debe regular a las
organizaciones de carácter económico.
En nuestro país existe una tradición de relación con el
Estado que hasta ahora se montó sobre la demanda, la
reivindicación y sobre el sistema clientelar.
Pero también hay fortalezas como ser una población con un
buen nivel educativo -aunque esté descendiendo- y con
capacidad de elaborar propuestas que no ha sido últimamente
utilizada. En términos generales desde la dictadura
(1973-85) para acá ha habido incapacidad para generar
propuestas.
-Este 23 y 24 de abril se realizará un foro sobre desarrollo
local en Paysandú -ubicado en el litoral oeste del país-
¿cuáles son las fortalezas y debilidades principales para el
desarrollo local en ese departamento?
-Paysandú tiene algunas características del viejo Uruguay
como ser una sociedad bastante integrada en la que existen
formas de organización con historias de larga data. Otra
fortaleza es su identidad histórico emocional. La gesta de
Leandro Gómez, su resistencia al invasor en 1864-65
constituye una historia de identidad propia. Y, el pasado
auge agroindustrial en el que Paysandú se vivió a si mismo
con un grado de desarrollo interesante integrando diferentes
actividades, configura una antecedente positivo.
Pero ahora el escenario es un país destruido en su
infraestructura económica y la crisis se hace evidente al
desmoronarse las industrias que concentraban la mayor
cantidad de puestos de trabajo ya que el sector agropecuario
no ha sido un gran generador de fuentes de trabajo.
El mayor riesgo en Paysandú -como en todo el Uruguay y en
mayor o menor medida- es el procesamiento de fragmentaciones
sociales, de exclusión.
El desarrollo local se apoya en la capacidad de
movilización, de generación de propuestas y de acción
calificada de los actores locales. En el exterior se dice
que el Uruguay montó su mejor etapa sobre hospitales y
escuelas y se lo dice con mucha envidia.
Uruguay contó con una escuela pública en la que hasta hace
unos años convivía el hijo del doctor con el hijo del
obrero, por decirlo de una manera gráfica. Una escuela
pública que formó una población muy educada lo cual para el
desarrollo es fundamental.
-¿Sólo basta con lo aprendido en la escuela?
-No. Se debe capacitar para trabajar específicamente en
desarrollo local lo cual implica capacidad para el
diagnóstico, capacidad para manejar datos demográficos y
económicos, para evaluar viabilidades. No con el objetivo de
convertirnos en técnicos, pero sí para que se pueda
conversar con los técnicos, para que se participe del saber
técnico, para que podamos debatir las propuestas técnicas.
Otra cosa es el nivel de capacidad básica de la población:
sus niveles de acceso a la información lo cual supone haber
tendido acceso a la educación.
-En la ciudad de Paysandú, de unos setenta mil habitantes,
se vive un proceso agudo de marginalización social. Se
estima que unas diez mil personas viven en condiciones de
pobreza en los alrededores de la ciudad.
-Es una carrera contra el tiempo. Estamos reproduciendo en
los niños la pobreza, el hambre y la deseducación.
En Paysandú me parece que acecha otra amenaza. Si bien
existe una propuesta de cierta coordinación de actores si no
se aclara para qué, en que campos y con que objetivos puede
convertirse en una instancia ritual, formal. Creo que hay
que lograr tres o cuatro ideas de desarrollo que pasen por
las zonas más sensibles y por la viabilidad. No puedo tener,
por ejemplo, un programa de huertas si no genero de
inmediato aportes tecnológicos y aseguro mercados. Y esto se
puede lograr -por ejemplo- convocando al hospital público o
a comedores de la escuela pública para que consuman
productos locales. Hay que potenciar los recursos internos y
no me refiero solo a las posibles riquezas naturales, pueden
ser recursos culturales. Todos podemos ser mejores de lo que
somos si explotamos nuestras potencialidades.
-Brevemente ¿podría citar otros aspectos necesarios para el
desarrollo local?
-Buscar la integración de actores y sectores en un sistema
de redes que intercambien información y que intervengan
favoreciendo la relación producto-insumo.
No existe desarrollo sin políticas dirigidas a la generación
de empleos. Y eso hay que estudiarlo seriamente pero no
largamente.
Crear capacidad de relación con organizaciones nacionales
que aporten nuevas miradas.
Información para todos los actores; pensar a mediano y largo
plazo; vincular procesos locales y globales con un enfoque
integral y dinámico. Evitar diagnósticos que nos lleven dos
años y que cuando están concluidos ya no sirven. Hay que
generar rápidos diagnósticos para comenzar a trabajar.
En última instancia el desarrollo es una política pública
que hoy es también social. Pero no se debe pretender
sustituir la función pública ni la iniciativa privada
económica que va donde las cosas funcionan. El desarrollo
local tiene una ley de oro: darle valor agregado a los
productos locales. La generación de empleo está asociada a
la incorporación de valor a lo producido.
-¿Cuál es su opinión en cuanto a la creación de agencias de
desarrollo con el fin de obtener recursos económicos para
financiar los proyectos?
-Los distintos actores no deberían estar en una agencia de
desarrollo sino en las propias organizaciones sociales,
económicas. Es negativo crear agencias de desarrollo con
agentes separados del resto de la sociedad.
-Ante la crisis parece haber caos y confusión en nuestra
sociedad.
-Puede ser. Y se debe al susto por lo perdido y a la
nostalgia por el pasado y a no estar claro a donde vamos.
Carlos
Caillabet
© Rel-UITA
20 de abril de
2004