Organismos militares estadounidenses
admiten hoy el aumento en más de 10
veces de los ataques contra inmigrantes
indocumentados en diversos puntos de la
frontera mexicana con Arizona, Estados
Unidos.
La Patrulla Fronteriza informó que en el
2005 indocumentados denunciaron ante ese
organismo 18 delitos cometidos contra
ellos, sin embargo, en lo que va de este
año reportaron más de 200, sólo en la
parte suroccidental de Arizona.
Chris Van Wagenen, representante de la
Patrulla Fronteriza en el sector de Yuma,
Arizona, manifestó que entre los hechos
denunciados se encuentran robos,
violaciones sexuales, engaños y
agresiones físicas.
En ese contexto, medios congresionales
expresaron esta semana su preocupación
por el incremento del número de
inmigrantes muertos en la frontera con
México, lo que en opinión de analistas
es un mañoso movimiento camino a las
elecciones legislativas de noviembre
próximo.
Estadísticas confirmadas por el Congreso
subrayan que la cifra de muertes de
inmigrantes ilegales en la demarcación
sur de Estados Unidos se duplicó desde
finales de la década del 90. Zonas de
intenso calor, sin agua y desérticas en
Arizona, son rutas alternativas seguidas
por los indocumentados tras el
recrudecimiento de la persecución en
California y Texas.
Allí perecen cientos de personas,
incluidas mujeres, niños y ancianos,
ante la actitud impasible de las
autoridades que se niegan a resolver con
urgencia el problema migratorio, de
acuerdo con agrupaciones de derechos
humanos.
Según la Patrulla Fronteriza en Tucson,
Arizona, la mitad de de las muertes
registradas en 2005 se dieron entre
inmigrantes ilegales. Mientras, en los
últimos días la Cámara de Representantes
estadounidense aprobó una ley para
levantar vallas en la frontera con
México, en un intento por evitar la
entrada de inmigrantes ilegales al país.
Con un voto de 283 a favor y 138 en
contra, los legisladores aprobaron la
iniciativa de los republicanos para
erigir una doble cerca en mil 200
kilómetros de frontera, medida que se
suma a una iniciativa anterior que
adicionó seis mil soldados en esos
límites.
El freno republicano, sobre todo en la
Cámara de Representantes, de alcanzar
una regularización de los cerca de 12
millones de indocumentados en el país,
causa pérdidas económicas a importantes
sectores locales.
Industrias procesadoras de alimentos, la
agroindustria y sectores de servicios,
en muchos lugares perdieron la mitad de
su fuerza laboral.
Desde el 1 de septiembre, cuando agentes
federales iniciaron la detención de
trabajadores indocumentados, muchos
centros perdieron a sus empleados y las
tiendas, sus clientes habituales.
Parte de los más de 40 millones de
inmigrantes hispanos radicados en
Estados Unidos abogan por una reforma
migratoria integral, aprobada por el
Senado, que priorice el empleo y conceda
otros beneficios a los indocumentados.
Sin embargo, el ala republicana aprobó
en la Cámara de Representantes un
proyecto de ley que criminaliza a los
ilegales y exige multas y hasta penas de
prisión para los patronos que les
concedan empleos, necesarios para la
subsistencia familiar.
Pese a las multitudinarias
manifestaciones de inmigrantes en
territorio estadounidense, la reforma
migratoria permanece congelada en el
Congreso, en el que las dos cámaras
evitan conciliar sus respectivos
proyectos.
Diario
CoLatino
20 de
setiembre de 2006
Foto: AFP