Al igual que Thatcher ha ganado un tercer mandato

pero deberá abandonarlo a medio camino

Blair, en la recta final de su presencia en el poder

El primer ministro británico ha logrado retener el cargo. Él obtiene dos marcas: es la primera vez que los laboristas ganan un tercer mandato consecutivo y también que un partido llega al poder con un porcentaje tan reducido de votos. Los laboristas cayeron del 42% al 36% de los sufragios en Gran Bretaña. Lo más probable es que Blair no acabe su quinquenio y que deba dejar el premierato a algún un nuevo líder de su partido.

 

En las elecciones de 1997 y 2001 Blair logró algo inédito en el laborismo: dos victorias consecutivas con sendas mayorías superiores a las 160 bancadas. Algo que le benefició en ello fue el desgaste y la crisis de sus eternos rivales (los conservadores) quienes constantemente cambiaban de líderes.

 

Esta vez el primer ministro no fue un candidato popular. En las encuestas el candidato más atractivo era su tesorero Gordon Brown. Blair ha sufrido mucho por los dos millones que marcharon contra la invasión a Iraq y por la oposición mayoritaria a dicha intervención. Su credibilidad quedó quebrantada al no haberse encontrado las causas de la guerra (las mentadas armas de destrucción masivas).

 

Blair ha sobrevivido gracias a tres factores. Uno es la estabilidad de la economía y el apoyo activo que Brown le ha dado. En la campaña la figura del tesorero iba de la mano de la del primer ministro quien anunció públicamente que a él le dejaría el poder antes de finalizar su periodo. Paradójicamente, en estos comicios la mayoría de los candidatos laboristas no mostraban retratos de Blair en sus propagandas y tampoco se usaron los famosos "slogans" del "Nuevo Laborismo" (el membrete acuñado por Blair en 1997 para demostrar que su partido abandonaba sus poses socialistas para "liberalizarse").

 

Otro es la debilidad del único partido que le pudo haber substituido. Mientras en EU, Australia y España las elecciones generales fueron una suerte de referendo sobre la guerra iraquí, en Reino Unido el contrincante de Blair es aún más halcón que él. Howard sostiene que él hubiese bombardeado Bagdad incluso sí sabía que Hussein no tenía gases letales.

 

El último factor que ha dado un espaldarazo al laborismo es el actual sistema de representación parlamentaria uninominal y no proporcional. Ya antes partidos que ganaron votaciones quedaron segundos en el parlamento y por ende fuera del poder. Hoy este sistema favorece ampliamente al laborismo quien ahora controla el 55% de la casa de los comunes (un 19% más que su votación). La mayor desventaja la sufren los terceros partidos como los demoliberales quienes, pese a haber subido del 18% al 22%, no tendrán ni el 10% de los escaños.

 

Los conservadores se han estancado en un tercio de los votos, aunque, debido a las bajas laboristas, podrán aumentar su bancada en un quinto. El consuelo de Howard es que no llegaron al poder pero estuvieron a solo 3 puntos del laborismo y se empiezan a recuperar. Para Thatcher los avances son insuficientes.

 

Los "tories" han preferido mantenerse como un partido nacionalista que juega con los temores de las clases medias y el agro hacia el euro y los inmigrantes. Les ha afectado no haber electo líderes que hubiesen movido el partido hacia el centro y hacia posiciones no tan antieuro o críticas a la guerra iraquí.

 

Los liberales son los grandes ganadores. Han quedado segundos en Escocia. Han conseguido su mejor porcentaje electoral desde 1983 y su mejor bancada desde los 1920s. Se han beneficiado del voto de protesta contra la guerra y contra la introducción de matrículas universitarias. Han aparecido como el "partido positivo".

 

No todos los partidos antiguerra han crecido. El partido de Gales y el socialista escocés han retrocedido. Los nacionalistas escoceses han avanzado ligeramente.

 

Dos nuevos extremos han crecido. Por un lado el neonazi BNP ha obtenido un 5% en todos los lugares donde se ha presentado queriendo canalizar a sectores obreros y desempleados contra las razas no blancas. Por otra parte, Respeto, una coalición que va desde trotskistas hasta activistas musulmanes, ha tenido más del 20% en 3 distritos del este londinense donde hay muchos británicos de origen asiático. George Galloway, el líder de las marchas antiguerra expulsado del laborismo, ganó para Respeto una curul en una dura batalla contra la parlamentaria blairista.

 

Otros tres disidentes e independientes llegaron al parlamento, todo un récord y una muestra del desgaste del blairismo.

 

Blair está llegando a la recta final de su presencia en el poder. Al igual que Thatcher ha ganado un tercer mandato pero deberá abandonarlo a medio camino.

 

Ahora necesita unos 30 votos para ganar en las votaciones parlamentarias. El ala izquierda de su partido bordea los 50 parlamentarios. Antes podía ignorar a ésta, pero ahora deberá hacer frente al mayor peso que ésta tenga y al crecimiento de más rebeldes.

 

Blair debería buscar el momento de retirarse sin tener que esperar a que una revuelta popular (como las marchas contra el nuevo impuesto municipal) obligaron a Thatcher a dejar el premierato a John Major.

 

 

Isaac Bigio *

La República

10 de mayo de 2005

 

* Analista internacional radicado en Gran Bretaña

 

  

   UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905