Cálculos extraoficiales de la Policía cifran en 12.000 las
personas movilizadas, mientras que representantes de los
grupos organizadores de la marcha no quisieron cuantificar a
los participantes, pero consideraron que la cifra real está
"muy por encima" de lo dicho por fuentes policiales.
Militantes de movimientos populares y sociales, muchos
llegados de la vecina ciudad de El Alto, recorrieron desde
primeras horas de la mañana las calles de la capital
administrativa de Bolivia, para ir tomando sus principales
puntos neurálgicos.
Las consignas contra el gobierno, el presidente Carlos Mesa
y Hormando Vaca Díez, presidente del Congreso, sólo
interrumpidos por los estruendosos estallidos de las cargas
de dinamita arrojadas por algunos manifestantes, se
escucharon por toda la ciudad a lo largo de la mañana.
El gobierno boliviano no hizo hoy ninguna declaración
oficial, pero en la víspera Mesa reconoció que el país se
enfrenta a "momentos muy difíciles".
La marcha discurrió por las principales arterias de la
ciudad en la Avenida de El Prado y la Plaza de San Francisco
y por las calles aledañas a la Plaza Murillo, donde están la
casa de Gobierno y el Congreso, que quedó aislada desde las
10:30 (14:30 GMT).
También en otros barrios de La Paz, piquetes de
manifestantes cortaron las calles con fogatas y piedras, lo
que obligó al cierre generalizado de negocios, según pudo
constatar EFE.
Grupos radicales de manifestantes se enfrentaron con piedras
y fulminantes de dinamita a la policía, que respondió con
gases lacrimógenos, pero hasta el momento no se ha informado
de heridos.
Algunos manifestantes increparon y agredieron a viandantes y
rompieron vidrios de vehículos y negocios, pero las marchas
discurrieron mayoritariamente de forma pacífica.
Simultáneamente, parlamentarios de todo el país comenzaron a
llegar a la sede del Legislativo, que hoy reanudará su
actividad, interrumpida desde el 19 de mayo por un periodo
de consultas regionales, para tratar el proyecto de un
referéndum de autonomías.
La convocatoria a una Asamblea Constituyente, principal
demanda de los manifestantes, está, en principio, fuera de
la agenda parlamentaria para hoy.
El presidente del Congreso dijo que su propósito es el de
reunir a los jefes de los diferentes grupos parlamentarios
para que el Legislativo "se autoconvoque a sesiones
extraordinarias a fin de incorporar ahí todos los temas".
Vaca Díez mencionó la posibilidad de que el Parlamento emita
hoy un pronunciamiento sobre la Asamblea Constituyente para
hacer viable este mecanismo de reforma constitucional.
El presidente del opositor Movimiento Al Socialismo, Evo
Morales, acusó a Vaca Díez de "jugar a dilatar" la sesión de
hoy para que no se pueda resolver esa cuestión.
Morales, líder de los campesinos cocaleros, criticó que Vaca
Díez no hubiera convocado a los jefes de bancada durante la
mañana para que empezaran las negociaciones.
El Congreso se encuentra dividido en dos grandes tendencias
orientadas hacia prioridades diferentes: por un lado el
referéndum de autonomía y por el otro la Asamblea.
Representantes de los departamentos que exigen mayor
capacidad administrativa, liderados por el de Santa Cruz,
piden que se ponga una fecha para el referéndum y que
posteriormente se trate la Asamblea.
Los grupos que reclaman un tratamiento prioritario para la
Asamblea frente a cualquier otra cuestión están encabezados
por el MAS.
Morales indicó que la única forma de "destrabar la crisis
política" a su juicio "creada por el presidente Mesa" es
unificar las dos agendas, para hacer un referéndum no sólo
departamental, sino provincial, comunal y para los pueblos
indígenas y dar curso a la convocatoria de la Asamblea.