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La
verdad no puede ser detenida |
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He
venido comentando cómo ha comenzado a desmontarse la
autocensura aplicada por buena parte de la prensa nacional
sobre la gravedad de los problemas sociales y de orden
público y político que agobian al país.
El ex presidente conservador Belisario Betancur, de
reconocida seriedad política, rompió su propio silencio de
varios años sobre esas materias y ha convocado la atención
nacional sobre el hecho de que pese a iniciativas para
reducir el hambre en los países pobres, “la globalización
disparó la miseria y la realidad de Colombia es
verdaderamente angustiante” (El Tiempo, 06.10.05). Se
refirió a los “riesgos de la desigualdad en las aperturas y
tratados de libre comercio, a las quiebras de pequeñas y
medianas empresas por las políticas de apertura y, como
resultado del empobrecimiento, al aumento del desplazamiento
en donde lo que pasa con la infancia es aterrador”. Señaló
que “el empleo es un derecho fundamental de todo ser
humano”.
Según la investigación de la Asociación Colombiana de Gestión
Humana, la remuneración salarial de los colombianos ha
bajado entre el 2004 y el 2005, y los profesionales están
recibiendo menos dinero por su trabajo, agregando que la
generación de empleo disminuyó en 0.92%. Esta debacle
económica y social es consecuencia directa de la política
agresiva y represiva del gobierno del presidente Uribe
Vélez, único gran aliado latinoamericano del gobierno de
Bush.
A través de múltiples decisiones gubernamentales, como la
eliminación de la remuneración para el trabajo extra
nocturno y el impulso a contratos de trabajo aleatorios por
corto tiempo, este gobierno ha inducido el desempleo en
Colombia, además de poner todo su empeño en que “aunque el
mundo se le viniera encima lo vamos a firmar y lo vamos a
firmar rapidito”, refiriéndose al Tratado de Libre Comercio
que está negociando con Estados Unidos, con el repudio de
diversos sectores económicos colombianos, como el agrario,
el de medicamentos, la pequeña y mediana industria nacional,
la televisión privada, los trabajadores y sindicatos y otros
sectores.
La protesta popular colombiana contra el TLC, contra el
desempleo y contra permanentes asesinatos a lo largo y ancho
del país por “sicarios en moto” que circulan libremente, sin
que haya captura alguna, crece día a día y se expresa en
manifestaciones cada vez más continuas en las plazas
públicas colombianas.
Hay un manifiesto rechazo político y social al régimen del
señor Uribe Vélez. Por eso las críticas del ex presidente
Belisario Betancur han causado notable impacto en la opinión
pública colombiana.
En la edición de El Universal-Sincelejo de 7 de septiembre de
este año, se registra que el investigador del Observatorio
del Caribe colombiano manifestó que “el 70% de los hogares
sucreños vive en la pobreza y mientras no exista una
política de acción de verdaderos planes de desarrollo por
parte del Estado la situación seguirá así en esta sección
del país”.
En esa región del país, como en toda la Costa Caribe
colombiana, la centenaria estructura latifundista de la
tenencia de la tierra ha sido un freno histórico implacable
contra el desarrollo económico y la transformación social.
Es una de las regiones con mayor desequilibrio en todos los
órdenes. A ello se une la ya tradicional corrupción política
en el manejo de los intereses públicos.
Apolinar Díaz-Callejas
Argenpress
12 de
octubre de 2005
* Apolinar
Díaz-Callejas es ex Senador de la República de Colombia, ex
Ministro del Gabinete del Presidente Carlos Lleras Restrepo
y Miembro actual de la Comisión Andina de Juristas.
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