Nicaragua
Elecciones en Nicaragua
Con Alba Palacios, diputada del Frente Sandinista
El resultado de la transparencia y la buena
administración
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Las
recientes elecciones municipales en Nicaragua han marcado un
fuerte crecimiento del Frente Sandinista que obtiene casi el
doble de las alcaldías que gobernaba hasta ahora. Alba
proviene de la Asociación de Trabajadores del Campo de
Nicaragua, y analiza para Rel-UITA este resultado así como
sus probables consecuencias a nivel nacional.
-¿Cómo se interpreta el resultado de estas
elecciones en Nicaragua?
-Hemos avanzado en el proceso de convencer a la
población nicaragüense de que el tipo de gobierno que ha
venido haciendo el Frente Sandinista en las 52 alcaldías que
anteriormente tenía está más apegado a las necesidades de la
población. Paralelamente, en el resto de las alcaldías la
gente ha tenido la oportunidad de evaluar los gobiernos
liberales, y en muchas de ellas esta vez hemos triunfado.
Aunque todavía no están totalmente cerrados los recuentos
oficiales de votos, podemos decir que hemos obtenido 82
alcaldías de 152 en todo el país. Otro dato importante es
que el Frente Sandinista ganó en prácticamente todas las
ciudades importantes que llamamos “cabeceras”, con excepción
de las ubicadas en la costa atlántica y en Ribas. De 16
cabeceras departamentales gobernaremos 13. Estas posiciones
son esenciales porque son las que irradian comunicación
hacia los pequeños municipios.
-¿Cuál ha sido el total de votos?
-En las elecciones municipales el abstencionismo
es mucho mayor que en las presidenciales y parlamentarias.
En esta oportunidad las abstenciones rondan el 35 por
ciento, cuando en las presidenciales, en cambio, la
participación alcanza a más del 80 por ciento. En muchas de
las alcaldías donde perdimos la diferencia es mínima, a
veces de apenas decenas de votos, lo que quiere decir que en
cantidad de votos, aunque no tenemos aún las cifras
definitivas, podemos afirmar que en estas elecciones tenemos
la mayoría.
-¿Qué sucedió en el interior?
-Allí estábamos muy débiles y es donde más hemos
avanzado ahora, y donde no ganamos las diferencias, como
dije, son mínimas. Quiere decir que si nuestras compañeras y
compañeros hacen buenos gobiernos al servicio de la
población, tenemos muchas posibilidades de continuar
avanzando para las próximas elecciones municipales.
-¿A qué atribuyes este crecimiento?
-Al buen gobierno, la transparencia, a que hay
obras visibles y una buena administración de los recursos
municipales en oposición a lo que sucede en las alcaldías
administradas por los liberales. Ahora hay una tercera
fuerza emergente en nuestro mapa político, porque el partido
de gobierno se dividió en dos: el Partido Liberal
Constitucionalista, liderado por el señor Alemán, que está
en la cárcel, y el partido del Presidente quien organizó una
nueva fuerza política. Esta alianza incursionó en estas
elecciones y se ubicó como tercera fuerza con entre el 13 y
15 por ciento de los votos, ganó algunas pequeñas alcaldías
pero no atrajo abstenciones a su favor. El Partido Liberal,
por su parte, se debilitó mucho como consecuencia de la gran
corrupción y el mal manejo de los dineros públicos que hace.
-¿Cuáles son los puntos esenciales en los
cuales las alcaldías sandinistas pondrán el acento de su
gestión?
-La transparencia, el manejo correcto de los
recursos y la definición de las prioridades sobre la base de
las necesidades más sentidas de los pobladores como los
caminos, la reparación de las calles, el control de la
basura, el incremento del alumbrado público, avanzar en la
potabilización del agua, la promoción de viviendas y de la
participación ciudadana.
-¿Hubo alguna política de alianzas para
alcanzar este resultado?
-Fue esencial que el Frente Sandinista no
concurriera solo a las urnas, sino en un marco de alianzas
dentro de lo que se llamó la Convergencia Nacional. En cada
localidad la alianza se hizo en función de la realidad de
cada municipio. Esa definición de candidatos que no
necesariamente eran sandinistas en lugares donde sabemos que
tradicionalmente no tenemos votos suficientes, también
consiguió atraer a parte de la ciudadanía. Por otro lado,
donde el candidato era sandinista se establecieron fórmulas
plurales con vicealcaldes provenientes de otros grupos
políticos, así como también se hicieron alianzas para los
Consejos Municipales. Esto va profundizando nuestra
democracia y aportando más pluralidad al Frente Sandinista
en todo el país.
-¿Qué influencia puede tener este
resultado en las elecciones nacionales de 2006?
-Si hacemos buenos gobiernos y mantenemos
nuestras alianzas electorales esto tendrá un impacto
positivo. La derecha hará todo el esfuerzo posible para no
llegar allí dividida, porque la única manera de ganarle al
Frente Sandinista es hacer una gran alianza entre todas las
demás fuerzas. Debemos seguir avanzando en nuestra alianza y
vencer la política del miedo, del terror que practica la
derecha apoyada por la embajada de Estados Unidos.
-Al mismo tiempo, ganar el gobierno de
Nicaragua en este momento sería quedar con un hierro
caliente entre las manos.
-Ocurre lo mismo en otros países de América
Latina, porque tenemos una población con un desempleo que
anda cerca del 60 por ciento, tenemos una economía
destrozada por los últimos gobiernos. Estos problemas no se
solucionan en un período presidencial sino en varios, y eso
es lo que no hemos logrado, tener la suficiente continuidad
en el gobierno como para cambiar a fondo este país. Es claro
que el Frente Sandinista tiene grandes posibilidades de
llegar al gobierno, y para eso habrá que consolidar una
alianza política y lograr el consenso con las distintas
fuerzas económicas y sociales de Nicaragua.
-¿Tienen definido un candidato
presidencial?
-Todavía no hemos discutido ese tema. El
liderazgo de Ortega es bastante sólido, bastante fuerte y
ante una eventual elección interna todos sabemos que él
obtiene una muy amplia mayoría de apoyos. De cualquier
forma, este no es el momento adecuado para preocuparse por
ese tema.
-¿Cuál es la situación de los trabajadores
del campo?
-Es muy triste porque hay mucha emigración. Este
gobierno no ha definido una política de desarrollo rural
siendo que somos un país esencialmente agrícola. Esto ha
provocado un colapso productivo y la emigración de muchos
trabajadores que hoy son mano de obra en Costa Rica, donde
hay cerca de 600 mil nicaragüenses, otros han emigrado a las
ciudades donde engrosan las filas de las maquilas, y otros
se vuelcan a la economía informal. Estamos promoviendo la
creación de un banco de fomento para la producción y
esperamos se concrete antes de fin de año para que los
recursos del país se encaminen hacia ese sector.
-¿Cuál es la realidad de la mujer en este
contexto?
-Hay muchas mujeres que son jefas de hogar, entre
el 40 y el 50 por ciento de las mujeres han sido abandonadas
y deben lidiar con la responsabilidad de criar a sus hijos
en una situación muy dura. La mujer también emigra del campo
y se la encuentra en las maquilas, en el servicio doméstico
de las ciudades, lo que provoca la desatención de los hijos
porque en general son la hija o el hijo mayor los que quedan
responsables de sus hermanos cuando la madre emigra a la
ciudad o a un país vecino. La mujer está mucho más expuesta
en este contexto de pobreza.
-Esta emigración y disminución productiva
amenaza por tanto la soberanía alimentaria de Nicaragua.
-No existe una política de producción y promoción
de nuestros productos. Ahora se ratificará el Tratado de
Libre Comercio con el señor Bush en Estados Unidos y esto se
complicará aún más.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
16 de noviembre de 2004
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