Una inesperada huelga magisterial,
demandas de aumentos salariales, el
debate sobre los biocombustibles, el
arranque de las negociaciones con el
FMI, el intento para revitalizar al Plan
Puebla Panamá (PPP) y al horizonte, un
Acuerdo de Asociaciones con la Unión
Europea, son algunos de los temas sobre
los cuales el Enlace Nacional de la
Coordinadora Civil (CC), Georgina Muñoz,
conversó con SIREL en una exhaustiva
entrevista.
-¿Cómo se origina esta huelga inesperada
del gremio magisterial?
-La situación actual de crisis en el
magisterio se origina principalmente por
los escasos aumentos salariales que se
les otorgaron a los maestros. Requiere
una solución negociada y una propuesta
concreta que permita tener los recursos
económicos necesarios para los
incrementos salariales que
históricamente los maestros han
demandado. Tiene que ver con convenios
firmados en los años anteriores, que
prevén la equiparación de sus salarios
con los de los maestros
centroamericanos.
-¿Cuál es la posición de la Coordinadora
Civil?
-Es una demanda real y la respaldamos.
Cualquier gobierno tiene la obligación
de cumplir con estos compromisos que se
firmaron y tiene que encontrar los
recursos necesarios. El actual gobierno
logró por parte del
BID
una condonación de la deuda que alcanzó
los 44 millones de dólares, pero en el
presupuesto de la República se
registraron sólo 21 millones. Nuestra
propuesta es que el Ejecutivo negocie
con los maestros y presente a la
Asamblea Nacional un proyecto de reforma
del presupuesto, destinando esta otra
cantidad para ajustes salariales al
magisterio. Es importante hacerlo de
inmediato y antes de que se firme el
nuevo programa económico con el
FMI.
-¿Cuál es la relación con el programa
del FMI?
-Desde 1992 hasta 2006 el FMI ha
planteado la necesidad de un
congelamiento salarial para los
maestros, situación que ha incidido
negativamente en sus condiciones de
vida. Actualmente siguen ganando en
promedio unos 80 dólares cuando la
canasta básica alcanza los 300 dólares.
Por eso hay que garantizar de inmediato
los aumentos salariales y,
posteriormente, establecer una política
salarial del gremio para los próximos
cinco años, previniendo las reglas que
el FMI querrá imponer al país.
-¿De qué forma pueden incidir las
negocia-ciones con el FMI?
-Existen recursos que tienen que ver con
las condonaciones de la deuda externa,
que no han sido aplicados para políticas
de reducción de la pobreza y para
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM). Estos recursos se
han utilizado para pagar una deuda
interna que no se quiso reestructurar,
lo que habría permitido liberar fondos
para cumplir estos objetivos. Por otro
lado, el FMI siempre impuso el
congelamiento de la masa salarial
estatal, de las transferencias
municipales, así como la revisión de las
autonomías municipal y universitaria,
entre otras cosas. En el FMI
existe una gran contradicción entre lo
que pregona –la lucha contra la pobreza-
y lo que después le impone a los
gobiernos. Ante la inminencia de nuevas
negociaciones con este organismo,
estamos previendo una marcha para
reclamar que no se impongan nuevamente
las “condicionalidades” de siempre, y
que el programa económico tenga en
cuenta la agenda ciudadana que todos los
partidos firmaron antes de las pasadas
elecciones. Planteamos también que se
estructure un Plan Nacional de
Desarrollo para acabar con la pobreza en
el país.
-¿Cómo evalúan las primeras pláticas
entre gobierno y FMI?
-El mes pasado tuvieron una “encerrona”
de dos días a la cual nadie tuvo acceso.
Tenemos informaciones de que se comenzó
a hablar del programa y de sus
contenidos, y consideramos que son
asuntos que interesan a todas y todos
los nicaragüenses, por tanto, no
deberían ser discutidos sólo entre los
delegados del FMI y del gobierno.
Criticamos el secretismo, reivindicamos
el principio de información transparente
y esperamos que los próximos encuentros
se lleven de otra forma.
-En estos días se está desarrollando un
encuentro en México para revitalizar al
Plan Puebla Panamá (PPP). ¿Cuál es la
posición de la Coordinadora Civil al
respecto?
-Creemos que ese Plan obedece a la
política exterior estratégica de
Estados Unidos para hacerle frente a
la implementación del ALBA en la
región y al proyecto de unidad
latinoamericana. El PPP
representa un megaproyecto, conformado
por más de 90 proyectos, que va a
desarrollar una política de enclaves en
nuestros países y a favorecer a las
grandes empresas transnacionales
atraídas por nuestra mano de obra
barata. No va a dejar desarrollo ni
capacidades, más bien lo que va a dejar
son cascarones de infraestructuras
vacías y daños a nuestros recursos
naturales. Además, está pensado para
facilitar el flujo de mercadería desde
Estados Unidos hacia otros
continentes, y nuestra región va a ser
un simple corredor de pasaje. Un tratado
comercial es bueno cuando, de acuerdo a
la realidad de los países, contribuye a
que la gran mayoría de personas pueda
incorporarse a un sistema de mercado, y
no cuando se trata de imponer, desde
afuera, una lógica económica que trata
de beneficiar a las grandes empresas. En
ese caso lo que genera no es desarrollo,
ni capacidades para que nuestros países
se inserten en una economía global, sino
violaciones a los derechos laborales,
sindicales, ambientales, ampliando aún
más la brecha entre ricos y pobres.
-En estas últimas semanas, y después del
viaje del presidente Bush por América
Latina, se ha hablado mucho de los
biocombustibles. También en Nicaragua
hay sectores que están impulsando la
idea de que es necesario buscar esta
salida a la dependencia del petróleo.
¿Qué opinan al respecto?
-En el caso de Nicaragua es
urgente la diversificación de los
cultivos. Ya hemos experimentado en el
pasado los desastres que dejaron los
monocultivos, como el algodón, el banano
y la caña de azúcar. Producir energía
debe obedecer a una estrategia de
carácter nacional que realmente potencie
los recursos renovables con que cuenta
el país, y también hay que invertir en
los cultivos que permitan obtener ese
tipo de combustible. Pero hay que
hacerlo dentro de un marco jurídico
claro, donde haya una inversión privada
y, a la par, un Estado que aproveche
también estos recursos y controle todo
lo relacionado con los derechos
laborales, el respeto al medio ambiente,
el uso de agrotóxicos y el pago para la
explotación de los recursos naturales
por parte de las empresas.
-¿Cómo interpretan el hecho de que la
Nicaragua Sugar States Ltd. (Grupo
Pellas) haya decidido trasladarse a
Honduras para cultivar caña de azúcar y
producir etanol?
-Tiene que ver con sus intereses
comerciales y con buscar un país con un
marco jurídico bastante permisible, lo
que seguramente le permitirá bajar
costos.
-Hay otro tema que se está asomando en
Centroamérica: el Acuerdo de Asociación
con la Unión Europea (UE).
-El 22 y 23 de abril se va a realizar un
encuentro institucional en Guatemala
para tratar ese tema. La sociedad civil
organizada de la región se va a reunir
para dar seguimiento al mandato
negociador que ya fue aprobado por la
UE, mientras que nuestros gobiernos
todavía no han buscado una estrategia
común. La percepción que tenemos es que
el mandato negociador deja muy en claro
que la prioridad para la UE es
crear una zona de libre comercio. Nos
preocupa que se pueda repetir la
experiencia negativa del CAFTA.
-La representante de la UE en Nicaragua
y el Informe Meyer, que incluye
la
recomendación del Parlamento Europeo al
Consejo sobre el mandato de negociación,
insisten en decir que ese acuerdo es
diferente, y que se van a tomar en
cuenta todos los aspectos prioritarios
para Centroamérica. ¿Cómo la sociedad
civil puede incidir en ello?
-Conocemos muy bien estas posiciones y
creemos que hay parlamentarios europeos
de izquierda que están defendiendo los
derechos de los centroamericanos y que
han levantado sus voces para ello. Esto
va a ser muy positivo dentro del proceso
de negociación que se va a iniciar, y es
un síntoma de que hay mucho más
conocimiento en Europa que en
Centroamérica, donde las
organizaciones sociales están más
enteradas de este proceso que los
gobiernos. Por otro lado, consideramos
que la UE ha tenido una política
diferente hacia la región en relación
con la política implementada por
Estados Unidos. Es por eso que ese
Acuerdo de Asociaciones podría ser una
oportunidad, siempre y cuando exista una
voluntad de invertir en un diálogo
político y en discutir los puntos que
hemos subrayado en la Declaración de
Tegucigalpa del mes pasado.
Por el momento, la UE ha
demostrado interés en escuchar los
planteamientos de la sociedad civil
regional, pero ahora se trata de dar un
paso más y que estos puntos aparezcan en
las negociaciones.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
12 de abril de 2007 |
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Fotos:
Giorgio Trucchi
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