Con la caída del gobierno de Silvio
Berlusconi y la conformación de un
gabinete técnico encabezado por el
economista y ex comisario europeo Mario
Monti, Italia espera comenzar a ver algo
de luz al final del túnel de la crisis
económica que está sacudiendo a Europa.
Sin embargo, el paquete de medidas
anticrisis propuesto por el también
miembro del Bilderberg Group y consultor
internacional de Coca Cola y Goldman
Sachs, golpeará a
“los mismos de siempre”.
Así lo afirman las tres centrales
sindicales italianas (CGIL-CISL-UIL),
que el 12 de diciembre llamaron a la
huelga general y presentaron propuestas
unitarias para modificar la maniobra
anticrisis del gobierno.
Sobre esta situación, Sirel
conversó con Gabriele Guglielmi,
coordinador
de las Políticas Internacionales de la
Federación Italiana de Trabajadores del
Comercio, Turismo y Servicios (FILCAMS│CGIL).
-¿Cuál es la magnitud de la crisis en
Italia?
-Es muy profunda, tanto que Monti
ha dicho claramente que si no se
intervenía de inmediato no había dinero
para pagar a los empleados públicos.
El problema es que, en los últimos años,
el gobierno de Berlusconi ha
insistido en decirnos que todo estaba
bien. Ahora, por primera vez, los
italianos se dan cuenta de la realidad
de una crisis que se ha venido
profundizando porque se gobernó
anteponiendo intereses particulares por
sobre el interés del país.
-¿Qué tipo de medidas pretende adoptar
el gobierno Monti?
-Para que tengas una idea, la secretaria
nacional de la
Confederación General Italiana del
Trabajo (CGIL), Susanna
Camusso, dijo que íbamos a necesitar
una lupa para encontrar elementos de
equidad en la maniobra de ajuste
presentada por el gobierno.
Entre otras medidas, se va a atacar muy
duramente las pensiones y el sistema de
seguridad social y se va a aumentar el
impuesto al consumo (IVA), pero
no habrá ninguna iniciativa estructural
contra la evasión fiscal.
En definitiva, se va a golpear a los de
siempre, es decir los trabajadores, los
jubilados y los consumidores de bajos
recursos.
-¿Cómo están reaccionando las
organizaciones sindicales?
-Un elemento positivo es que las tres
centrales superaron sus diferencias y
llevaron a cabo una huelga general
conjunta de tres horas contra la
inequidad de esta maniobra de ajuste.
Además, hemos presentado un
documento unitario con
nuestra propuesta de modificación del
decreto del gobierno, en cuanto
consideramos que no responde a criterios
de equidad ni de crecimiento.
Necesitamos de medidas urgentes que
también relancen las inversiones y la
ocupación, porque sólo con
políticas de ajuste, de reducción del
gasto público, se deprime la demanda
global y se genera recesión.
-¿Cómo van a afectar esas medidas a los
sectores en que opera la FILCAMS?
-Van a verse fuertemente golpeados,
sobre todo a raíz del plan de
liberalización de los horarios de las
actividades comerciales que impulsa el
gobierno.
Al igual que Berlusconi y la
“Troika” europea, Monti cree que
dando a la gente la posibilidad de
comprar a cualquier hora recuperará un
flujo de ventas que no existe en la
realidad.
Es un error garrafal que va a afectar
negativamente a la ocupación, a la
pequeña empresa y al consumidor, y que
ya ha sido uno de los elementos de
división y ruptura de la unidad sindical
al momento de negociar la renovación del
Contrato Nacional del Comercio.
Recordemos que la FILCAMS|CGIL no
firmó, porque la propuesta empeoraba las
condiciones de trabajo en el sector.