El gobierno español se endeudó por 100
mil millones de euros, se los prestó a
los bancos para que no quiebren y estos
usaron los fondos para pagarle a los
bancos alemanes y la deuda que era
privada se convirtió en deuda pública.
El gobierno de España está
intervenido por la Unión Europea, el
Banco Central Europeo y el FMI, que
exigen que recorte los gastos, pague los
intereses y devuelva la deuda
rápidamente.
Aceptando las exigencias se recortaron
los gastos en el presupuesto de 2012 en
casi 40.000 millones de euros y se
sostienen las ganancias del capital con
el empobrecimiento de los sectores
populares.
Las políticas alternativas permiten que
los costos se distribuyan de otra forma.
El origen
de la crisis
En los diez años que van desde 1998 a
2007, en España se construyeron
más viviendas que en Alemania,
Francia y Gran Bretaña
juntas, a través de créditos con
garantía de hipotecas. Sin embargo sus
precios aumentaron 150 por ciento, mucho
más que los salarios; los bancos
españoles tuvieron grandes ganancias por
estas actividades especulativas y los
bancos alemanes también se llevaron una
parte porque le prestaban a los bancos
españoles.
Cuando los compradores de las viviendas
no pudieron pagar y los bancos alemanes
dejaron de otorgar créditos, vino la
crisis y lo que se llamó el estallido de
la burbuja especulativa.
Se paralizó la construcción de
viviendas, lo que tuvo como resultado
una caída en la actividad económica y el
empleo que, a su vez, provocó una
contracción de la demanda interna y
nuevas caídas en el nivel de actividad y
en el número de personas ocupadas. El
gobierno, que hasta 2007 recaudaba por
impuestos más de lo que gastaba y tenía
un superávit fiscal, empezó a recibir
menos ingresos y se generó un déficit
fiscal.
El gobierno español se endeudó por 100
mil millones de euros, se los prestó a
los bancos para que no quiebren y éstos
usaron los fondos para pagarle a los
bancos alemanes. La deuda que antes era
privada se convirtió en deuda pública,
aumentó la tasa de interés y el pago de
intereses aumenta el déficit.
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Si el gobierno gasta menos
hay menos demanda interna,
por lo tanto menos actividad
económica, más desempleados,
mayor empobrecimiento de la
población y finalmente,
nueva caída de los ingresos
del gobierno. Por lo tanto,
se volverá a recortar el
gasto público.
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La deuda pública era el 36 por ciento
del PIB en 2007 y pasó al 49 por ciento
en 2012 y la deuda de los bancos
españoles con el Banco Central Europeo
agrega otro 23 por ciento del PIB. Pagar
estas deudas puede ser posible en un
plazo largo y con una economía en
crecimiento.
Se estima que se precisan 80 mil
millones de euros adicionales porque la
caída del nivel de actividad continuará
reduciendo los ingresos del gobierno, a
lo que se agrega que la fuga de
depósitos de los bancos hace necesarios
nuevos préstamos para que estos no
quiebren.
El Banco Central Europeo y el Fondo
Monetario Internacional exigen que el
gobierno español vuelva a tener
superávit para pagar los intereses y
devolver la deuda y el gobierno español
aceptó las condiciones y recortó los
gastos en el presupuesto de 2012 en casi
40.000 millones de euros.
Si el gobierno gasta menos hay menos
demanda interna, por lo tanto menos
actividad económica, más desempleados,
mayor empobrecimiento de la población y
finalmente, nueva caída de los ingresos
del gobierno. Por lo tanto, se volverá a
recortar el gasto público.
Los costos y los beneficios
de las medidas
Rajoy
aumentará los ingresos llevando la tasa
del IVA a 21 por ciento. Los
prestamistas exigen además que se
aumente la edad de jubilación y de ese
modo se recauden más por aportes a la
seguridad social y se gaste menos en
jubilaciones; nuevas reducciones de
salarios públicos y pensiones; la
reducción de los pagos a los
desempleados y la privatización de
servicios públicos para aumentar los
ingresos del gobierno y abrir nuevas
oportunidades de inversión.
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En lo que va del año el
desempleo superó el 24 por
ciento y llegaba al 50 por
ciento para los jóvenes,
alcanzando a 5 millones 690
mil personas, se recortaron
los gastos en salud y
educación en 10 mil millones
de euros. |
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Con la crisis bancaria de España,
Grecia, Portugal e
Irlanda los bancos alemanes tienen
grandes ganancias, porque además de
cobrar más intereses por los préstamos a
los gobiernos aumentan los depósitos por
la fuga del capital de estos países que
huye de la crisis.
El apoyo a los bancos españoles para que
no quiebren permite a los grandes
depositantes retirar los fondos para
llevarlos a los bancos alemanes,
buscando más seguridad. Las ganancias
del Deutsche Bank subieron un 67 por
ciento entre 2009 y 2011, año en el que
llegaron a 8.000 millones de euros.
Al mismo tiempo, en España, se deterioró
la situación social y laboral, el
desempleo superó el 24 por ciento y
llegaba al 50 por ciento para los
jóvenes, alcanzando a 5 millones 690 mil
personas, se recortaron los gastos en
salud y educación en 10 mil millones de
euros.
El poder del capital
financiero
El gobierno debería endeudarse para: a)
ayudar a los compradores de viviendas de
bajos ingresos para que pueden pagar los
préstamos con una refinanciación a mayor
plazo y por lo tanto con una cuota
mensual más baja; b) financiar la
actividad productiva para que no caiga
el empleo; c) refinanciar sus deudas a
mayor plazo para no tener la exigencia
de un gran superávit fiscal inmediato;
d) devolver los depósitos de baja
magnitud en los bancos que quiebren.
Las políticas alternativas posibles
permiten que los costos se distribuyan
de otra forma y parten del principio que
deberían respetar los que se dicen
liberales, y que consiste en que el que
especula se beneficia cuando gana pero
asume los costos cuando pierde.
Pero España es un caso más de lo
que conocemos muy bien en América
Latina, la burguesía es liberal
cuando le va bien y reclama la ayuda del
gobierno cuando le va mal para
socializar las pérdidas.
Si los bancos españoles no pudieron
cobrar los préstamos hipotecarios y no
pueden devolver los créditos a los
bancos alemanes, unos y otros deben
asumir las pérdidas, y si los bancos
quiebran, los depositantes también
tienen que asumir que perdieron su
capital.
Pero el gobierno de España está
intervenido por la Unión Europea,
el Banco Central Europeo y el FMI, que
condicionan los préstamos a que se tomen
las medidas para sostener las ganancias
del capital con el empobrecimiento de
los sectores populares, con la
complicidad del gobierno del Partido
Popular que coincide con los objetivos
de las reformas que debilitan a las
organizaciones sindicales.
Mientras tanto Alemania aprovecha
la situación para someter la integración
en la Unión Europea a su
enfoque.