La recesión está
pasando una dura factura
al mundo en
desarrollo
Si en los
países ricos la crisis económica
está teniendo efectos devastadores
sobre la población, incrementando
sustancialmente las personas que
pasan necesidad o viven por debajo
del umbral de la pobreza, en el
mundo en desarrollo la situación es
todavía más grave.
Según un informe del Banco
Mundial, la
recesión internacional arrastrará a
53 millones de personas más a la
pobreza en las zonas más olvidadas
del planeta. Y los Objetivos del Milenio, que establecen cifras concretas de
reducción de la necesidad en el
mundo para 2015, han pasado a un
segundo plano ante las nuevas
dificultades económicas en el primer
mundo.
Las estimaciones para 2009 no son
muy halagüeñas.
El
menor crecimiento económico llevará
a 46 millones de personas más de las
esperadas a engrosar la cifra de
personas que viven con menos de 1,25
dólares a día. Otros 53 millones
tendrán que sobrevivir con menos de
2 dólares al día. Además de los
130-155 millones de personas que se
hundieron en la pobreza en 2008 por
el aumento del precio de los
alimentos y los combustibles, con lo
que se supera con creces la cifra de
1.000 millones de pobres en el
mundo.
“La crisis económica global amenaza
con convertirse en una crisis humana
en muchos países en desarrollo a
menos que puedan tomar medidas para
proteger a los más vulnerables”,
señala el presidente del Banco
Mundial, Robert Zoellick.
“Mientras el mundo está volcado en
los rescates bancarios y los planes
de estímulo, no debemos olvidar que
los pobres en los países en
desarrollo están mucho más expuestos
si sus economías quiebran. Es una
crisis global que requiere una
solución global y hay que poner
sobre la mesa las necesidades de los
más pobres en los países en
desarrollo”.
Casi el 40 por ciento de los 107
países catalogados como en
desarrollo están muy expuestos a los
efectos de esta crisis y el resto,
moderadamente, con menos del 10 por
ciento afrontado un riesgo mínimo,
según el documento del Banco
Mundial.
Además, el 75 por ciento de estos
países no puede recaudar fondos
interna o externamente para
financiar programas que les ayuden a
restringir los efectos de la crisis.
El 25 por ciento incluso carece de
la capacidad institucional para
expandir el gasto y proteger a los
más expuestos. Por eso, el Banco
Mundial reclama apoyo financiero en
forma de donaciones o de créditos a
tipo cero para estos países.
Estas nuevas previsiones del
organismo multilateral vuelven a
poner de manifiesto las graves
amenazas que pesan sobre el
cumplimiento de los Objetivos del
Milenio de la ONU. “Los bajos
índices de crecimiento económico
retrasarán significativamente los
progresos en la reducción de la
mortalidad infantil”, advierte el
informe.
Las anteriores previsiones para
2009-2015 preveían que entre 200.000
y 400.000 más niños al año podrían
morir si la crisis persiste, hasta
entre 1,4 y 2,8 millones. Las cifras
hablan por sí solas.