Con una resolución contra el muro que
planifica extender Estados Unidos en su
frontera con México y con acento en los
derechos humanos de los inmigrantes,
aunque dejando a criterio de los estados
su regularización, finalizó este domingo
en Montevideo la XVI Cumbre
Iberoamericana
Los compromisos adoptados esta vez por
los gobernantes y representantes de los
22 países miembros de la comunidad
"avanzaron en la problemática de las
migraciones con criterio progresista y
humanista, teniendo en cuenta
especialmente sus aportes culturales y
de integración social, no sólo
económicos", afirmó la presidenta de
Chile, Michelle Bachelet, en la rueda de
prensa final.
Y los muros van en sentido totalmente
contrario a esta premisa, añadió
Bachelet en un breve balance junto al
presidente anfitrión, Tabaré Vázquez, su
par de El Salvador, Antonio Saca, y el
titular de la Secretaría General
Iberoamericana, el uruguayo-español
Enrique Iglesias.
La mandataria chilena condenó
directamente la medida estadounidense de
cerrar con una valla de concreto de
1.100 kilómetros de largo buena parte de
la línea divisoria con México, pero no
mencionó la doble muralla en la frontera
española de sus enclaves africanos de
Ceuta y Melilla.
La Cumbre de Montevideo se destacó por
abordar el acuciante asunto de las
migraciones, con España presionada por
sus compromisos con la Unión Europea en
sentido contrapuesto al reclamo
latinoamericano, neto expulsor de
habitantes con unos 26 millones de
personas fuera de sus fronteras, algo
así como toda la población actual de
Venezuela.
Pero esta reunión tuvo su
particularidad, además, por las
ausencias, en especial la del presidente
Luiz Inácio Lula da Silva por
representar al país de mayor tamaño y
población de Iberoamérica, Brasil, la
inesperada de su par venezolano Hugo
Chávez, y la lógica del cubano Fidel
Castro, convaleciente de una grave
enfermedad.
Mientras Chávez se excusó por razones de
campaña para las elecciones
presidenciales del 3 de diciembre,
alterada en las últimas horas por
denuncias opositoras de presiones en la
empresa estatal petrolera, provocó gran
enojo en la delegación de España la
inasistencia de Lula, que según
analistas puede motivarse en la sombra
que hace Madrid al liderazgo del
brasileño en la región.
Pero también en el gobierno de Vázquez
cayó como un balde de agua fría el
desaire de Lula, al que Montevideo
pretendía apelar para encontrar una
salida al conflicto que mantiene con
Buenos Aires por la protesta argentina a
la instalación de dos plantas de
celulosa sobre la margen uruguaya de un
río limítrofe.
Precisamente, un protagonista de la
Cumbre de Montevideo fue el rey Juan
Carlos de España, propuesto como "facilitador"
de ese conflicto en reuniones
bilaterales sucesivas del propio monarca
y del jefe del gobierno español José
Luis Rodríguez Zapatero con Vázquez y
con el presidente argentino Néstor
Kirchner, de fugaz participación en la
conferencia.
Vázquez, en la rueda de prensa de
cierre, valoró este puente de
desbloqueo. "Desde el primer momento en
que surgió la iniciativa la apoyamos",
apuntó sin opinar sobre su posible
resultado. "Uruguay demostró una vez más
que está siempre dispuesto a dialogar",
añadió.
El presidente puso esos contactos
llevados adelante por España entre los
"importantes encuentros bilaterales
realizados en estos tres días de Cumbre,
que han podido trazar líneas de
entendimiento en muchos órdenes",
comentó con la callada aprobación de
Bachelet e Iglesias, sentados a su lado.
El mandatario uruguayo, como lo había
hecho horas antes Iglesias, minimizó las
ausencias de ocho de los 24 jefes de
Estado y de gobierno (contando las
duplas española y portuguesa)
iberoamericanos. "Sé que luego algunos
en mi país van a destacar estas
ausencias, pero aquí estuvieron todos
los gobiernos de Iberoamérica", afirmó.
Vallas, compromisos y alertas
"Convencidos de que la cooperación y el
diálogo deben prevalecer para encontrar
soluciones justas y equilibradas a la
migración internacional, los gobernantes
de los países iberoamericanos
consideramos que la construcción de
muros es una práctica incompatible con
las relaciones de amistad y cooperación
entre los Estados", expresa la
resolución contra la futura valla en el
sur de Estados Unidos.
El texto añade que "la construcción de
muros no detiene la migración
indocumentada, el tráfico de migrantes
ni la trata de personas, incita a la
discriminación y la xenofobia y favorece
la aparición de grupos de traficantes
que ponen en mayor peligro a las
personas".
Los mandatarios manifiestan su "profunda
preocupación por la decisión adoptada
por el gobierno de Estados Unidos" y le
hacen "un firme llamado (...) para que
reconsidere la construcción de un muro
divisorio en América".
Aunque en el comunicado especial se
evitó escribir la palabra condena, tanto
Bachelet como Vázquez la repitieron al
comentar este aspecto con la prensa.
En cuanto al llamado Compromiso de
Montevideo, tal cual adelantara IPS el
viernes, se mantuvo lo enunciado en su
borrador respecto de instar a los
gobiernos partes a suscribir "acuerdos
bilaterales, regionales y
multilaterales" para contribuir "al
ordenamiento y a la dinámica de los
flujos migratorios".
Se debe "al mismo tiempo garantizar el
respeto de los derechos humanos y la
diversidad cultural de los migrantes y
sus familias, y el estricto apego al
principio de no discriminación o
selectividad por motivo de origen
étnico, género, edad, religión o
nacionalidad, en el marco del
ordenamiento legal vigente de cada
país", agrega.
En el punto 15 del extenso Compromiso se
precisa que "la entrada y permanencia de
los trabajadores extranjeros de acuerdo
con las vías establecidas en las
respectivas legislaciones constituye la
mejor garantía para el respeto de los
derechos humanos y laborales de los
migrantes y para su plena integración
social".
"Migrar no es un delito, por lo que los
Estados no desarrollarán políticas
orientadas a criminalizar al migrante",
reafirma la Cumbre y se compromete junto
a la comunidad internacional a combatir
"el tráfico ilícito de migrantes y la
trata de personas, en especial de
menores, y otras formas de delitos
transnacionales conexos".
Asimismo, la Declaración de Montevideo
reitera la total adhesión a la Carta de
las Naciones Unidas (ONU), "a la
vigencia plena de la democracia, al
respeto a la soberanía, (...) al
fortalecimiento del multilateralismo, a
la solución pacífica de las
controversias" y al rechazo del uso de
la fuerza y la aplicación de medidas
coercitivas unilaterales contrarias al
derecho internacional.
"Conscientes de las diferencias
existentes entre el estatus de migrantes
y de refugiados", se compromete a
"generar un ambiente en el cual las
personas puedan recibir la protección y
las garantías que merecen".
Para dar seguimiento a los compromisos
adoptados en materia migratoria, se
aprobó el establecimiento de un Foro
Iberoamericano sobre Migración y
Desarrollo, que tendrá su primera
reunión en 2008, en la ciudad
ecuatoriana de Cuenca.
En otro plano, los mandatarios ordenaron
a la Secretaría Iberoamericana elaborar,
en el marco de los Objetivos de
Desarrollo de la ONU para el Milenio,
indicadores específicos respecto de los
pueblos indígenas y afrodescendientes,
que sirvan de herramienta para avanzar
en la lucha contra su exclusión y
pobreza.
También la Secretaría tendrá la misión
de concretar un proyecto de cooperación
entre los países a través de un Fondo
Iberoamericano para el Acceso al Agua
Potable, como propuso España.
Zona de Conflicto
La XVI Cumbre Iberoamericana respaldó en
su declaración la presencia de
contingentes militares latinoamericanos
en Haití en el marco de la fuerza de paz
de la ONU y produjo nueve comunicados
especiales que van desde el muro de
Estados Unidos hasta la guerra civil en
Colombia y la equidad de género.
Luego de arduas discusiones se zanjaron
diferencias como las que había en torno
al proceso colombiano, pero los
gobernantes cuidaron su lenguaje.
"Saludamos la desmovilización colectiva
e individual que desde noviembre de 2003
han hecho cerca de 40.000 miembros de
grupos armados ilegales, y acompañamos
los esfuerzos (...) para reinsertarlos",
señalan al respecto.
Pero advierten que ese proceso debe
darse "en el marco de respeto de los
Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario y con el
concurso de la comunidad internacional".
El bloqueo de Estados Unidos a Cuba fue,
al igual que en otras cumbres,
"enérgicamente" rechazado y se pidió su
inmediato cese, pues "resulta
inaceptable la aplicación de medidas
coercitivas unilaterales que afectan el
bienestar de los pueblos y obstruyen los
procesos de integración".
Cuba fue tenida en cuenta, además, en un
texto de condena al terrorismo. El único
caso concreto mencionado es la
reafirmación de las dos cumbres
anteriores de apoyo "a las gestiones
para lograr la extradición o llevar ante
la justicia al responsable del atentado
que derribó en octubre de 1976 el
aparato de Cubana de Aviación, que mató
a 73 civiles inocentes".
Las próximas citas iberoamericanas serán
en 2007 en Chile, con la cuestión social
como tema, en El Salvador en 2008, y en
Argentina en 2010, cuando se cumplan 200
años de la independencia de ese
país.(FIN/2006)
Por Darío
Montero
IPS
6 de
noviembre de 2006
Foto: Terra - España