Del 20 al 22 de agosto las
organizaciones populares colombianas
se dieron cita en Bogotá, en la
Cumbre Social y Política: un espacio
y proceso que invita a pensar y
movilizar una agenda política,
económica y social para el país en
el marco de una gran discusión
nacional.
La convergencia social y política
que dio origen a la Gran Coalición
Democrática, fue la convocante de la
Cumbre Social y Política. En el
tríptico de la Cumbre se señala que
Colombia, que no es ajena a la
actual crisis mundial, padece cuatro
grandes tragedias:
1. La tragedia económica signada por
los perversos efectos de la
aplicación del neoliberalismo, la
inequidad económica y la excesiva
concentración de la riqueza y de la
tierra que hace de Colombia
uno de los países con mayor
desigualdad y exclusión económica y
social.
Según datos de la
Corporación Viva la
Ciudadanía, Colombia es
una de las doce naciones
del mundo con mayores
niveles de desigualdad,
producto de la irritante
concentración del
ingreso y de la renta.
Por ejemplo, menos del 2
por ciento del total de
propietarios de la
tierra es dueño de más
del 50 por ciento de
toda la tierra
productiva.
Entre 2005 y 2008 las
importaciones
agropecuarias crecieron
30 por ciento, y las
importaciones de
alimentos pasaron de 4,4
a 8,2 millones de
toneladas.
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2. La tragedia social, marcada por
el aumento atroz de la pobreza, la
miseria y la exclusión que afectan a
gran parte de la población
colombiana, pero que se acentúa en
la población femenina, jóvenes y
afrodescendientes e indígenas; el
crecimiento rampante del desempleo,
la pauperización del trabajador
colombiano ante la pérdida de
garantías laborales, el paquete
legislativo junto al
desmantelamiento sistemático de los
derechos jubilatorios, y una
criminal política agroindustrial
destinada a liquidar al campesino o
a empujarlo a aumentar los cordones
de miseria de las grandes ciudades.
En los cuatro primeros
meses de 2009, los
sectores financieros
registran utilidades por
3,14 billones de pesos
mientras las tasas de
desempleo aumentan al
13,4 por ciento en ese
mismo período y la
informalidad ocupa el 61
por ciento de la fuerza
laboral colombiana.
14 millones de
colombianos sobreviven
con menos de dos dólares
diarios. De cada 100
colombianos 64 están en
el umbral de la pobreza.
El subempleo y el
desempleo, así como el
sector informal de la
economía, generan
puestos muy precarios de
trabajo y son los
directos responsables de
la pobreza de los
colombianos
(Santana, Viva la
Ciudadanía)
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3. La tragedia humanitaria, que
contabiliza más de 4 millones de
personas víctimas del desplazamiento
forzoso, miles de desaparecidos,
centenas de crímenes de Estado (mal
llamados “falsos positivos”),
asesinatos masivos y sistemáticos
contra poblaciones indígenas,
campesinos y pobladores del campo y
afrocolombianos; millares de
detenciones masivas y arbitrarias;
violaciones aberrantes contra los
derechos de las mujeres, niñas y
niños en medio del conflicto;
persecución y homicidios a líderes
sindicales, comunales, campesinos y
defensores de derechos humanos,
violaciones de derechos humanos
cometidas en el marco de la política
de seguridad y confianza
inversionista.
Según la Consultoría
para los Derechos
Humanos y los
Desplazados (CODHES),
Colombia es el país con
más desplazados en el
mundo, seguida por Irak
y el Congo. Se estima
que desde los años 90
los desplazados suman 4
millones y que éstos han
perdido 5,5 millones de
hectáreas de tierras en
los últimos once años.
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4. La tragedia política, marcada por
la toma del Estado y los partidos
por mafias del narcotráfico y bandas
criminales que han llevado a
involucrar hasta hoy a 81
parlamentarios en el proceso de la “parapolítica”,
a tener municipios -e incluso
departamentos enteros- bajo el
dominio militar y criminal de las
mafias, y a la infiltración de
organismos como el Departamento
Administrativo de Seguridad (DAS) y
la Fiscalía para ponerlos al
servicio del hampa en detrimento de
los derechos ciudadanos a quienes
deberían proteger.
El 30,7 del total de los
parlamentarios se
encuentran incursos en
procesos de
investigación por sus
alianzas con grupos
armados violentos.
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La Cumbre Social
y Política es un espacio abierto de
discusión y en tal sentido se han
realizado Cumbres regionales y
departamentales en varios puntos del
país. El resultado del trabajo
colectivo y deliberativo de las
cumbres regionales y de las mesas
temáticas desembocó en la Cumbre
Social y Política reunida la semana
pasada en la Universidad de la
Salle, Bogotá.
El cumplimiento de sus desafíos
dependerá del grado de unidad,
coordinación y acción de las
organizaciones integrantes de la
Gran Coalición Democrática: ¡tarea
nada fácil, pero imprescindible!