AL PUEBLO COLOMBIANO
Convocatoria a la acción política
y movilización social
Esta Cumbre Social y Política, realizada exitosamente en
Bogotá del 20 al 22 de agosto con la participación de 1030
delegados de todo el país, marca un punto alto en los pasos
que debemos dar para la construcción de la unidad de las
fuerzas sociales y políticas, tal como se expresa en los
acuerdos alcanzados:
I. Colombia ha sido afectada por la crisis económica mundial
pero además, como lo expresamos en la convocatoria a esta
Cumbre, sufre cuatro tragedias:
1)
la económica signada por los efectos perversos de la
aplicación del neoliberalismo, la inequidad económica y la
excesiva concentración de la riqueza y de la tierra que nos
ha llevado a ser uno de los países en el mundo con mayor
desigualdad y exclusión económica y social. Estos efectos se
han agravado con la profundización de los TLC con Estados
Unidos, Canadá y Unión Europea, rechazados
por unanimidad en esta Cumbre Nacional;
2)
la social, marcada por el aumento atroz de la pobreza, la
miseria y la exclusión que afecta a gran parte de la
población colombiana y más intensamente a mujeres, jóvenes,
afro-descendientes e indígenas; marcada también por el
crecimiento del desempleo, la pauperización del trabajador
colombiano ante la pérdida de garantías laborales, el
desmonte sistemático de los derechos pensionales, el paquete
legislativo del gobierno y una criminal política
agroindustrial destinada a liquidar al campesinado,
desplazarlo por la violencia o a empujarlo a aumentar los
cordones de miseria de las grandes ciudades;
3)
la humanitaria, con la guerra y las violaciones crónicas a
las normas del Derecho Internacional Humanitario que se
contabiliza en la última década en más de cuatro millones de
personas víctimas del desplazamiento forzado, miles de
crímenes de Estado (mal llamados falsos positivos), miles de
homicidios entre la población civil, desaparecidos y
secuestrados, asesinatos masivos y sistemáticos contra
poblaciones indígenas, afro-colombianos, campesinos y
pobladores del campo y millares de detenciones masivas y
arbitrarias; violaciones aberrantes contra los derechos de
las mujeres, niñas y niños en medio del conflicto,
persecución y homicidios de líderes sindicales, políticos,
comunales, campesinos y defensores de derechos humanos,
violaciones de derechos humanos cometidas en el marco de la
política de seguridad y confianza inversionista, y
4)
la tragedia
política, atravesada por la toma del Estado y los partidos
por mafias del narcotráfico y paramilitares, hoy llamadas
bandas criminales, que han llevado hasta ahora a involucrar
a 81 parlamentarios en el proceso de la para-política,
a tener municipios e incluso departamentos enteros bajo el
dominio militar y criminal de las mafias y a infiltrar
organismos como el DAS y la fiscalía y ponerlos al servicio
del hampa en detrimento de los derechos de los ciudadanos
que deberían proteger.
Hemos constatado el incremento de la pobreza y la exclusión
que se han extendido con las nefastas políticas neoliberales
y el autoritarismo que condensa el proyecto de Estado
Comunitario y su seguridad antidemocrática.
La magnitud de las luchas sociales de los pobladores de todos
los rincones de Colombia evidencian que éstas siguen
su curso ascendente como lo ilustran la resistencia de los
corteros de caña del Valle del Cauca, la amplia movilización
de la juventud y de la sociedad en contra de la guerra, la
Minga Indígena y Popular, las luchas de Asonal judicial, de
trabajadores del carbón, campesinos, afro-descendientes,
educadores, organizaciones de víctimas y muchas otras.
Luchas que expresan alto grado de inconformidad con la
situación actual y disposición para transformar condiciones
de trabajo y vida al mismo tiempo que para lograr los
cambios estructurales que necesita el país.
Este ambiente social va en contravía de las encuestas, denota
un acelerado desprestigio del gobierno y el mayor
conocimiento de las reformas y los cambios estructurales que
requiere Colombia, con visión de lo social al servicio de
las mayorías y del desarrollo sostenible y equitativo del
país.
La crisis económica ha puesto de manifiesto con crudeza los
factores esenciales que entraban el desarrollo y generan
pobreza. Llamamos desde esta Cumbre a sumar esfuerzos para
plantear iniciativas y acciones que pongan a pagar la crisis
a sus causantes y a impedir que sus costos se descarguen
sobre los sectores populares.
II- Nos ponemos de acuerdo
y asumimos compromisos para:
·
Construir
y aclimatar la paz con justicia social por la vía de la
democracia y la equidad. Promover acciones y acuerdos
humanitarios y escenarios hacia la solución política del
conflicto armado interno y los conflictos sociales y
políticos. Apoyar iniciativas como las de colombianos y
colombianas por la Paz y otras que propenden por el diálogo
por la paz y la democracia, y la búsqueda inmediata de un
cese de hostilidades bilateral o simultáneo.
·
Asumir con
más fuerzas la defensa del medio ambiente y persistir en la
búsqueda de la soberanía alimentaria para defender la
calidad de vida de todos los colombianos. Apoyar
las exigencias de reparación
integral a las víctimas y en particular el reclamo por más
de 8 millones de hectáreas despojadas mediante la violencia
por narcotraficantes, paramilitares y promotores de
negocios legales e ilegales.
·
Rechazar la
presencia de bases extranjeras y la entrega de las bases de
las Fuerzas Armadas para operaciones del Comando Sur, que es un camino que escala el conflicto, lo
internacionaliza, lesiona la soberanía y la necesidad de la
unidad latinoamericana y de una nueva política concertada y
multilateral de seguridad en la región.
·
Apoyar una
agenda de lucha contra el narcotráfico que se aparte de la
fracasada “guerra contra el narcotráfico” y privilegie un
enfoque de salud y contra los carteles internacionales del
tráfico y lavado, rechace la criminalización de los
campesinos o de los adictos y consumidores, suspenda la
erradicación forzada, las fumigaciones y la utilización de
la estrategia antidroga como instrumento de seguridad
continental.
· Lucharemos
por la generación de empleo digno, por el respeto a las
libertades políticas y los derechos humanos defendiendo un
plan económico y social de desarrollo democrático que no
descargue los costos de la crisis en el pueblo.
Estos objetivos inaplazables nos llevan a pensar y actuar
para fortalecer la unidad de acción social, popular y
política, a fortalecer el tejido formado por todos los hilos
sociales y políticos que surgen del esfuerzo histórico por
el progreso y la democracia, por la libertad y la
autodeterminación de nuestros pueblos.
Alzamos nuestra voz diciendo que estamos contra el referendo
reeleccionista, contra la perpetuación del presidente Uribe
en el gobierno y ratificamos la urgencia de una gran
convergencia progresista y democrática que permita elegir en
el 2010 un gobierno de carácter democrático y popular, con
un programa político, para los cambios de fondo que
necesita el país.
III- Para el logro de los propósitos que nos unifican
nos
comprometemos a sacar adelante las siguientes
acciones
políticas y de movilización social:
1.
Organizar y preparar acciones de protesta y paros cívicos regionales y
locales en defensa de los intereses económicos y sociales de
todos los sectores del pueblo. Respaldar las movilizaciones
convocadas para los próximos meses por el movimiento
sindical, indígena y popular, en particular la Jornada
Nacional de Lucha convocada por CGD, CUT, FECODE y la
CPC el
26 de agosto; la Movilización Nacional contra las bases
norteamericanas el 9 de septiembre y la Jornada Mundial,
continental y nacional por el Trabajo Decente el 7 de
octubre. La Cumbre compromete su respaldo y solidaridad con
las luchas sociales que se libran en el país.
2.
Respaldar
el llamado de la Gran Coalición Democrática formulado en su
Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales y Políticas
del 17 de abril en Bogotá para preparar un paro cívico
nacional.
3.
Unir
esfuerzos para producir un vuelco en la política con una
candidatura presidencial que proyecte soluciones de fondo a
las angustias crecientes en las mayorías populares.
4.
Sumar
energías para lograr que el tratado sobre las bases
militares norteamericanas en Colombia sea echado atrás y
para ello realizar una jornada nacional de lucha el próximo
9 de septiembre.
5.
Trabajar
por afianzar y fortalecer la unidad de todos los pueblos de
nuestra América que hoy siguen levantándose contra la
tiranía y la opresión para triunfar como lo hicieron hace
200 años ante el imperio español.
6.
Vamos con
entusiasmo a realizar en todos los departamentos Cumbres o
encuentros de Organizaciones sociales y políticas, para
informar del desarrollo y decisiones de esta Cumbre nacional
y asumir los compromisos con la movilización social y
política.
7.
Las
conclusiones consensuadas a las que llegaron las mesas
temáticas de trabajo en esta Cumbre forman parte de este
pronunciamiento y nos comprometen en su desarrollo y
ejecución. Ellas sintetizan los acuerdos y el ambiente
unitario de esta Cumbre nacional.
8.
Las
conclusiones de la Cumbre Social y Política y su
materialización honran la memoria del compañero
Apecides Alvis Fernández quien murió en medio de
nuestras deliberaciones cumpliendo con su compromiso
unitario. Igualmente honramos la memoria de los dirigentes
sindicales, sociales y políticos asesinados y desaparecidos
por el autoritarismo del régimen colombiano.
CUMBRE
NACIONAL DE ORGANIZACIONES SOCIALES y POLITICAS
Bogotá,
agosto 22 de 2009
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