Con Humberto Ortiz
La
economía solidaria debe ser una
oportunidad para los más pobres
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Es
integrante del Grupo Red de Economía Social y Solidaria del
Perú, participa en la Comisión Episcopal de Acción Social de
ese país, organismo oficial de la Conferencia Episcopal
Peruana, y es colaborador del Consejo Episcopal
Latinoamericano (CELAM). Es también uno de los más activos
promotores de la economía solidaria (ES) en América Latina y
dialogó con Rel-UITA al fin del III Encuentro, a punto de
abandonar Dakar.
-¿Qué es la economía social y solidaria?
-Es la economía del compartir; compartir el trabajo y sus
frutos, lo que implica que existe en todos los aspectos
desde la producción hasta el consumo. Como contracara, la
economía neoliberal puede ser definida como la del competir.
Es verdad que ambas cosas, competir y compartir, son
necesarias, el punto es desde dónde partimos y adónde
queremos llegar. Este modelo vigente que plantea una
competencia extrema, el sálvese quien pueda, el
individualismo absoluto, ha creado un impasse a
escala planetaria donde las sociedades se dividen en
ganadores y perdedores, y estos nada pueden esperar más allá
de unos programas compensatorios, subempleo y desempleo. Por
otro lado, el desafío de la ES no es enriquecer a los que ya
están ricos, sino abrir oportunidades para los pobres y los
excluidos para salir de esas condiciones; por eso –como dice
un compañero peruano– allí donde haya un solo pobre y un
solo excluido o excluida, la economía solidaria no pude
descansar. La ES esencialmente es una oportunidad para
estos, para los más pobres.
-La Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social
y Solidaria (RIPESS), organizadora del Encuentro Dakar 2005,
tuvo su origen en Lima.
-En julio de 1997, en la ciudad de Lima, se inició un proceso
que desembocaría en la formación de RIPESS. En esa
oportunidad tuvo lugar el I Encuentro Mundial Globalización
de la Solidaridad, que contó con varios antecedentes porque
la ES tiene una historia larga. En los años 90, después de
20 años de aplicación de ajustes estructurales, la respuesta
de la gente de abajo, de los más pobres tanto del Sur como
del Norte fueron estas experiencias de economía popular, de
microempresas, de emprendimientos pequeños, de solidaridad
económica. Así llegamos a ponernos de acuerdo entre actores
del Sur y del Norte para convocar un encuentro que tuviese
la finalidad de plantearse la globalización pero desde la
solidaridad. Así se realizó aquel primer encuentro que
reunió a mucha gente para reflexionar en común sobre todo lo
hecho hasta ese momento en el terreno de la economía social
y solidaria, del apoyo mutuo.
-Luego hubo otro encuentro en Québec.
-Fue en 2001, aunque hubiésemos querido hacerlo antes, pero
no es fácil organizar eventos de esta naturaleza. Recién a
los cuatro años se dieron las condiciones para que una red
local pudiese acoger a esta impresionante red
intercontinental, como quedó demostrado con las 1.200
personas que asistieron a este encuentro de Dakar 2005.
Después de que en Lima se identificaron los esfuerzos de ES,
y de que se sacaran conclusiones como promover que se
crearan redes de ES, difundir los acuerdos alcanzados y
seguir trabajando en una perspectiva Norte-Sur, lo que
hicimos en Québec, teniendo en cuenta la quiebra de la Bolsa
en el sudeste asiático y el surgimiento de los movimientos
mundiales contra la globalización neoliberal, fue definir
una plataforma con base en dos conceptos: resistir y
construir. Resistir al modelo neoliberal en esta su última
etapa ya que está viviendo una crisis sistémica, y construir
la ES que se presenta como una alternativa real.
-¿Cuál es tu balance de Dakar 2005?
-Este encuentro ha permitido reforzar las redes porque hay un
mayor número de delegados participando, lo que ha implicado
una fase preparatoria en cada continente; se destacó una
excelente presencia africana –un continente que para el
neoliberalismo es prácticamente descartable–, lo que
demuestra que África tiene muchísimos recursos culturales y
económicos que pueden ser aportes universales a la hora de
la solidaridad; y tercero que en la línea de resistir y
construir se abrió aquí en Dakar un capítulo interesante
como es el diálogo con los hacedores de políticas públicas,
en una reunión impresionante con más doce representantes de
Ministerios y organismo públicos de África, Europa, América
Latina. Esto es auspicioso en relación con las posibilidades
de incidencia política para abrir oportunidades a la
solidaridad económica.
-¿Cuáles han sido las resoluciones en el ámbito de la
estructura de RIPESS?
-Se han definido dos instancias: el Consejo Directivo (CD) y
el Comité Internacional de Enlace (CIE). El primero estará
integrado por una de legación de dos representantes por
continente, quiere decir que habrá doce delegados que serán
investidos por los integrantes de las redes en cada
continente; el CIE es un organismo más amplio, consultivo y
donde puede haber una participación de cuatro a seis
representantes.
-¿Quiénes integrarán esos organismo por América Latina?
-La reunión continental de América Latina –en la cual
participó la Rel-UITA–, resolvió que el Consejo Directivo
fuese integrado por Perú y Brasil como titulares, y por
México y Chile como suplentes. Ahora la red de cada país
debe designar a las personas concretas que asumirán esa
tarea que, es importante aclararlo, es benévola. Para el CIE
habrá que señalar a otros dos países más. Uno de ellos
pienso que podría ser Ecuador, que tiene una red nacional de
ES.
-¿Cuál debería ser la dirección de esta red
intercontinental?
-En mi opinión su objetivo debería ser la instalación de la
ES a nivel planetario, para que luego las redes
continentales, nacionales y locales puedan hacer crecer la
ES como una propuesta de transformación de la sociedad, para
ir provocando modificaciones concretas en los sistemas
económicos en los cuales se sustenta el neoliberalismo como
son el financiero y el de comercio en particular.
-El próximo encuentro es Bélgica 2007. ¿Se definió alguna
línea de trabajo concreta en esa perspectiva?
-Lo esencial es continuar y profundizar. Se intentará llegar
a Bélgica con redes mejor constituidas, más afiatadas, con
plataformas continentales más definidas, incorporar más a
Asia y Oceanía, y enfatizar en la línea de la incidencia
política. Se ha planteado como una sugerencia que se
convoque un diálogo con el sistema multilateral y, por qué
no, con la Unión Europea, el FMI, el Banco Mundial, la OMC,
a fin de darle mayor visibilidad a la ES.
En
Dakar, Carlos Amorín
© Rel-UITA
7 de
diciembre de 2005
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