En
Argentina, el 24 de marzo fue declarado “Día Nacional de la
Memoria por la Verdad y la Justicia”, en
recuerdo del golpe
militar y los 30.000 desaparecidos que
dejó, pero la conmemoración de este año
es diferente a
todas las anteriores:
hay un desaparecido más, el compañero
Julio López.
La
preocupación y alarma que produce el primer caso de
desaparición política en 27 años de democracia, ha
enfrentado a organismos de derechos humanos entre sí, lo que
no impidió que se realizaran actos en escuelas, fábricas,
barrios, villas, estadios, en todo el país. Los más
relevantes fueron los de la Plaza de Mayo que los pro
Kirchner ocuparon por unas horas y los opositores
después. Todos coinciden en acelerar los juicios para evitar
“aprietes” o cosas peores. Mientras tanto, el Presidente dio
un fuerte discurso desde el centro de tortura La Perla, en
Córdoba y lo inauguró como otro museo de la memoria, algo
que se piensa hacer con los más de 600 centros clandestinos
de represión.
En estos
seis meses hemos visto la cara de Julio López
todos los días, en cualquier canal y en cualquier horario,
pidiendo datos sobre su paradero por parte de gobierno
nacional y el de la Provincia de Buenos Aires. La piel se
nos ha erizado cuando atendíamos los llamados, que se
realizaron a todos los teléfonos celulares empadronados en
Argentina, con mensajes grabados para saber dónde
acudir en caso de verlo. Han mandado mensajes de texto
también. Las radios, los diarios, los carteles en la vía
pública, su cara en los vidrios de los patrulleros. Pero
nada, a López parece habérselo tragado la tierra.
Espíritu de Korps
Este
corresponsal habló también con un
policía de inteligencia de la
Capital. Off the record, el policía
relató que “estas son maniobras de
Kirchner. Nosotros sabemos
que el hombre (Julio López)
vivía en un barrio de policías y era
amigo de ellos. Es una maniobra
electoralista de los `zurdos´, por
eso se pelean entre ellos. El tipo
está `tapado´ por el gobierno y eso
lo sabemos todos en Inteligencia.
Además Kirchner nos tiene
bronca por ser montonero. Ellos nos
mataban a nosotros en los 70. Ahora
puso ‘infiltrados’ en la Policía
y gente de la guerrilla que da
cursos de Derechos Humanos. Nosotros
nos matamos de la risa de la `basura´
que nos quieren meter, pero si te
escuchan los ‘infiltrados’ te
rajan”.
Este
es el pensamiento de la Policía
que debe buscar a López. La
línea que los divide con los
perpetradores del secuestro es muy
delgada, como la diferencia de
hablar en voz alta y pasar a la
acción. Este informante no tiene más
de 35 años, por lo que el “espíritu
de cuerpo” de la Policía de la
dictadura se mantiene intacto, aún
en los que no la vivieron. El
término “infiltrados” es el que
usaba la Triple A para designar a
los peronistas de izquierda en los
sindicatos o en el gobierno y que
luego asesinaba.
Este
es, además, un agente que está en el
caso, en un importante puesto, y es
uno de los de mentalidad “más
abierta”. Imaginarse la tropa
entonces.
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Para
intentar ubicarlo se realizaron 2.500 operativos policiales,
4.000 declaraciones testimoniales, rastrillajes con perros,
patrullas y helicópteros. Lo buscaron en 15 provincias, así
como en Brasil, Uruguay y Paraguay. Se
analizaron los casos de 90 cadáveres no identificados y el
gobierno de la Provincia de Buenos Aires ofrece 20 mil
dólares por cualquier información sobre su paradero. Pero hoy, al
cumplirse 31 años del golpe de Estado, se abrió, según los
expertos que siguen la causa, una nueva pista: la de los
laderos del fallecido ex represor Camps, general que
fue el jefe máximo de la Policía Bonaerense en la
dictadura, reconocido por su ferocidad y ensañamiento con
los prisioneros.
La nueva pista y estaba tan
cercana…
Por orden
del juez que investiga en la causa de la desaparición, se
allanó la cárcel donde está detenido el mismísimo
Etchecolatz, genocida contra el cual declaró López, y
por lo que se supone lo habrían secuestrado.
Lo cierto es
que la hipótesis más fuerte por estos días, es la denominada
“pista de la banda mixta”, que apunta contra ex miembros de
la Policía Bonaerense y también del Ejército,
como presuntos responsables del secuestro.
En la cárcel
común de Marcos Paz purgan condenas Etchecolatz y
otros ex policías involucrados en violaciones a los derechos
humanos.
Según
dijeron a Sirel fuentes de la investigación, la
hipótesis es que desde este presidio habrían planificado la
desaparición del albañil de 77 años que en julio de 2006
declaró contra el ex subjefe de la Policía
Bonaerense
en la dictadura.
Ya no hay
dudas de que el objetivo del procedimiento fue intimidar a
los testigos que deben dar testimonio en otros procesos
contra jerarcas de la dictadura. “Lo que pasa es que estos
personajes se impacientaron: hay más de 200 militares en
prisión que esperan juicios y miles de policías y jerarcas
del Ejército que lo esperan en prisión domiciliaria.
Además odian al gobierno que los quiere poner en cárceles
comunes junto a los demás criminales comunes, y consideran
que los ex Montoneros se están tomando revancha”, señaló a
Sirel un alto jefe de Investigaciones, que prefirió
el anonimato.
“Si estos
tienen algo que ver, es en la planificación del secuestro,
son los ideólogos. Lo peligroso es que se conectan con
policías y militares activos que no participaron en la
represión, pero que simpatizan con estos personajes, por lo
que pueden estar siendo adiestrados por represores que aún
no han sido procesados. Esto sería un peligro, estaríamos
ante la formación de nuevos ‘Grupos de Tareas’ como en la
dictadura”, afirmó la fuente muy allegada a la causa.
El juez
Corazza, a cargo de la causa, pidió el secuestro de
libros de guardia para saber quiénes visitaron a los
represores en la cárcel, así como teléfonos celulares y
otros objetos pertenecientes a un grupo de reclusos que
integraban el entorno del general Camps.
Según pudo
averiguar este corresponsal, las celdas revisadas
corresponderían a: el ex cabo Norberto Cosan,
lugarteniente de Camps; el ex chofer de
Etchecolatz, Hugo Guallama; y la de
Carlos “Oso” García, un ex policía que, según las
pruebas reunidas en el Juicio por la Verdad, intervino en
operativos de represión a fines de los `70. Igualmente,
ninguno de los otros 33 ex militares detenidos en la misma
cárcel están exentos de sospecha o colaboración.
Allí están
alojados muchos represores de una de las Megacausas,
la del Primer Cuerpo del Ejército. Pesos pesados de
los “Grupos de Tareas”, como el “Turco Julián” (Julio
Simón), Eduardo Rufo y Pascual Guerrieri.
El
allanamiento en la cárcel constituyó el primer aval de la
teoría de la “banda mixta”, impulsada desde el principio por
los organismos de derechos humanos.
Por otra
parte, la familia del desaparecido López hizo un
llamado desesperado a la población y a las autoridades para
que esclarezcan el caso. Incluso abrió su propia
investigación, con una dirección de correo electrónico (ruben_eduardo_lpez@yahoo.com.ar)
donde recibir información que pueda conducir a localizar al
testigo.
Un mismo objetivo: dos
visiones
Los
organismos de derechos humanos que no responden a Kirchner y
que intervienen como querellantes en la causa por la
desaparición de Julio López, denunciaron una supuesta
maniobra electoralista y cuestionaron la actuación de las
fuerzas de seguridad.
“El
procedimiento en la causa comenzó a las 8 horas, y diez
minutos después integrantes de la Policía Federal se lo
comunicaron a la agencia oficial TELAM y a otros medios
poniendo en riesgo su éxito”, afirmó a Sirel,
Adriana Calvo, de la Asociación de Ex
Detenidos-Desaparecidos. También consideró que dada la
fecha, existió un “intento por usar mediática y
electoralmente el caso López”.
También se
corrió un rumor: las supuestas demoras en el allanamiento
que le dieron tiempo a los sospechosos para guardar valiosa
documentación. El gobierno negó la afirmación y sostuvo que
se ordenó el jueves 22 y se cumplió un día después.
En otro
hecho también se acusó a la policía de ser, por lo menos
negligentes. Fue cuando se allanó un campo en la localidad
de Atalaya, donde supuestamente habría estado López.
Pero los organismos de derechos humanos se quejaron de que
la operación estaba “cantada”, y que unas horas antes al
allanamiento el lugar había sido “visitado” por dos policías
que sembraron pistas falsas para confundir la investigación.
También solicitaron al juez que esos dos policías y sus
jefes sean indagados y castigados.
“Por otro
lado, no debemos olvidar el secuestro y torturas que sufrió
Carlos Leiva, quien reconoció a uno de sus
secuestradores como miembro de un organismo de seguridad;
las recientes amenazas a dos testigos en Neuquén y a una
tercera en Lincoln; las intimidaciones y agresiones a
militantes populares que continúan produciéndose con total
impunidad; el brutal recrudecimiento del gatillo fácil,
muestran que no alcanza con un discurso del presidente en el
que nos diga que `es evidente que todavía en la Argentina
funcionan… cadenas de impunidad´. Necesitamos medidas de
fondo”, afirmó Adriana Calvo a este corresponsal.
“Desde el
principio dijimos que debieron y deben buscar a los
responsables del secuestro y desaparición de López,
como así también del secuestro del compañero Gerez y
a los responsables del cadáver baleado y calcinado que
apareció en el camino negro de Punta Lara. También deben
hacer inteligencia dentro de la Policía Bonaerense,
en los organismos represivos y en la derecha fascista que se
reúne a reivindicar la tortura y la muerte”, agregó.
La Armada también espía
La ex
detenida desaparecida tampoco puede creer que no se le haya
dado importancia judicial a un caso que involucra al tercer
hombre de la Armada, el comandante de Operaciones
Navales Eduardo Avilés, quien fuera denunciado por
organismos de derechos humanos por ordenar tareas de
espionaje político desde la base aeronaval de Trelew, y sólo
se lo separara del cargo. Hay que destacar, igualmente, que
la denuncia la hizo un joven soldado que se negó a
participar de estas tareas ilegales y que lo hizo ante el
CELS, un organismo de derechos humanos. Entre las pruebas
aparecían reportes de inteligencia recientes como una ficha
con información sobre la ministra de Defensa, Nilda Garré,
que incluía su foto, una síntesis de su carrera pública, un
listado de sus hijos y las actividades a las que se dedica
cada uno. También había seguimientos sobre los actos de
conmemoración de la Masacre de Trelew (16 combatientes del
ERP, FAR y montoneros fusilados el 22 de agosto de 1972, en
represalia por la fuga de las máximas cúpulas guerrilleras
de la Base Almirante Zar), los familiares de estas víctimas,
además de un parte referido a la reapertura de la causa
judicial sobre la matanza. En algunas carpetas aparecen
datos de archivos de la última dictadura, archivos cuya
existencia la Marina siempre negó.
Muchos de
los elementos reunidos que estudia el juez de Rawson hacen
pensar que la reapertura de la causa de la masacre de Trelew
ya está en trámite, lo que genera gran inquietud en la
Armada. Hay un parte sobre la reapertura en trámite de
la investigación judicial de la masacre, ocurrida durante el
gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse, por
el cual podrían ser citados los militares que estaban en la
base en aquella época. Abarca detalles sobre reuniones de
funcionarios del gobierno con los familiares de las víctimas
y un análisis de la probable evolución del caso. Un informe
titulado “Acontecimientos acaecidos durante la semana de la
Memoria” describe los actos de conmemoración de agosto del
año pasado. Detalla los movimientos de funcionarios locales
y de nivel nacional como el secretario de Derechos Humanos,
Eduardo Luis Duhalde. Agrega un listado de personas
presentes, como la subsecretaria local del área (con todos
sus datos personales), ex detenidos y madres de Plaza de
Mayo.
Además, hay
fotos de funcionarios provinciales entrando y saliendo de
reuniones con organismos de derechos humanos y de los
fiscales Jorge Miquelarena (de Estado) y Alejandro
Panizzi (anticorrupción), que viajaron recientemente a
Estados Unidos para brindar conferencias. También en un
mueble archivero se encontraron carpetas que dicen:
“Movimiento indigenista”, otra que dice “Gremios” y otra
“Religión”.
“¿Cómo puede
ser que este organismo de probable desestabilización
política no fuera llevado a juicio? ¿Por qué no se quieren
meter con los policías y militares antidemocráticos de la
actualidad?”, se pregunta Adriana Calvo y advierte:
“¿Así van a evitar otro caso López?”.
Un 24 de marzo dividido
La ciudad de
Buenos Aires y todo el país fueron escenario de
multitudinarios actos y marchas como sucede cada año en esta
triste fecha. En Capital hubo dos marchas, apenas
distanciadas por una hora, por las divergencias en los
organismos de derechos humanos. La primera fue convocada a
las 15 horas por Abuelas y Madres de Plaza de Mayo-Línea
Fundadora, la APDH, el CELS, el SERPAJ,
HIJOS Capital y
cientos de otras organizaciones, además de la Juventud
Peronista, Barrios de Pie y Libres del Sur, movimientos de
la izquierda peronista. Mientras tanto, a las 16 horas
comenzó el acto en Congreso y posterior marcha a Plaza de
Mayo de Encuentro Memoria Verdad y Justicia –compuesto por
HIJOS-Nacional, Polo Obrero, Ex Detenidos Desaparecidos y
otros más- que es absolutamente crítico con el gobierno y
que intentó copar el 30 Aniversario en Plaza de Mayo, con
consignas contra Kirchner, no dejando pasar a las
Madres y Abuelas, y cuando quisieron hablar les apagaron el
micrófono.
Los vecinos
se reunieron en los centros clandestinos de tortura,
colocaron placas recordatorias en los barrios y cambiaron
los nombres de las calles por los de los vecinos
desaparecidos. Los artistas hicieron recitales gratuitos en
cientos de actos. También hubo movilizaciones hacia el
Cuartel de Campo de Mayo, sede del Ejército, donde
fueron ejecutadas miles de personas y donde funcionaba una
de las maternidades clandestinas en la que nacieron algunos
de los 500 nietos apropiados por los militares y la
Policía.
Mientras
tanto, el presidente Néstor Kirchner habló en cadena
desde el centro de tortura de “La Perla”, ubicado a 12
kilómetros de la capital cordobesa, por donde pasaron entre
2.200 y 2.500 detenidos-desaparecidos y que estaba a cargo
del represor Luciano Benjamín Menéndez, del
Ejército.
En Buenos Aires, Javier
Amorin
© Rel-UITA
26
de marzo de 2007
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FOTO:
Los combatientes deponen sus armas. Pronto
serán fusilados en la “Masacre de Trelew”. Ahora, grupos de
la Marina espían a sus familiares (Telam)
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