Han
transcurrido 31 años de resistencia y reclamos por Verdad y
Justicia en la lucha contra la dictadura militar, la
impunidad y por la vigencia de los derechos humanos.
Y es
necesario hacer un alto en el camino y un balance de los
avances, retrocesos y problemas frente a los nuevos
escenarios y desafíos que se presentan en la situación
actual que vive nuestro pueblo. Se han producido fuertes
cambios en el escenario nacional e internacional.
El país ha
entrado en una etapa electoral que agudiza tensiones,
intereses y compromisos políticos e ideológicos y se
reacomodan posiciones. Se privilegian más candidaturas
personales que la presentación de opciones y programas de
gobierno.
En este
marco, el próximo 24 de marzo estará ajeno a estos vaivenes
y marcará una vez más la voluntad superadora, dentro de la
diversidad de los organismos de DDHH, como de sectores
sociales, culturales y políticos que se movilizarán
reclamando la vigencia de los derechos humanos y juicio y
castigo a los responsables de ayer y de hoy. Levantarán la
voz para decir “Nunca más” a la impunidad que marcó largos
años de silencio y complicidades.
Siempre es
un aprendizaje la capacidad de diálogo, saber escucharse
unos a otros a fin de construir y marchar juntos, fortalecer
la memoria colectiva y recordar a las víctimas del golpe de
Estado por las FF.AA., en 1976, nefasto período vividos
hasta 1983, con un proyecto de destrucción y muerte. A la
vez es necesario reconocer que en los últimos años se han
dado pasos positivos; el gobierno supo escuchar el reclamo
de la sociedad y tuvo la voluntad política para terminar con
la impunidad y asumir la responsabilidad de impulsar los
juicios a los represores que violaron los DDHH. Un hecho
positivo reciente fue la firma en París de la Convención
sobre la Desaparición Forzada de Personas, aprobada por las
Naciones Unidas.
En esa
dirección es necesario apoyar la decisión política del
gobierno, que por otra parte es su obligación. Llegar a esa
instancias, es el fruto de largos años de lucha de las
organizaciones nacionales e internacionales que promovieron
a ese alto organismo para lograr que se concrete la
Convención sobre la Desaparición Forzada de Personas,
sumándose y fortaleciendo los instrumentos jurídicos
promulgados por ese alto organismo, pactos, protocolos y
convenciones internacionales que los Estados miembros están
obligados a respetar y hacer respetar.
Sin
embargo, en cuanto a los derechos humanos, hoy en el país,
queda un largo camino a recorrer, donde el Estado de Derecho
sea una realidad.
Vivimos en
un país plagado de dificultades y a pesar de algunas medidas
gubernamentales, se continúa cometiendo graves violaciones
de los derechos humanos. El gobierno nacional y los
provinciales no pueden quedarse en el pasado reciente,
necesitan generar políticas sociales de prevención y
protección de los DDHH en particular para superar los graves
problemas que viven los sectores sociales más vulnerables,
victimas de la violencia y las injusticias.
Un hecho
que duele a la sociedad y que exige esclarecimiento y
castigo a los responsables es el secuestro y desaparición
del testigo Julio López, de quien, desde hace
más de seis meses hasta la fecha no se tiene noticias de su
paradero.
Situación
preocupante y dolorosa que pone en evidencia que, remanentes
de los grupos de tareas de la dictadura militar, continúan
vigentes y que en su accionar en las sombras buscan
paralizar a través del miedo a testigos y a la población, a
fin de evitar la continuidad de los juicios.
Si bien las
consignas y luchas se mantienen como eje motivador del
derecho a la Verdad y Justicia, juicio y castigo a los
responsables, los escenarios, dinámica, y alianzas, en la
realidad social han cambiado. En este contexto y como todos
los años, se están organizando diversas marchas y actos,
algunas partirán desde el Congreso Nacional hasta la Plaza
de Mayo. Otras han optado por diversos recorridos en la
Capital Federal como en el interior del país, sumándose el
apoyo y solidaridad de grupos y organizaciones en otros
países.
La
diversidad es la gran riqueza de los pueblos que permiten el
fortalecimiento del hacer democrático; es importante llegar
a consensos y tener claro los objetivos y propuestas para
superar los problemas existentes y fortalecer la vigencia
integral de los derechos humanos.
Es
necesario debatir y profundizar situaciones que generan
preocupación, por ejemplo, la dispersión de las causas
judiciales. Si bien se avanzó en la apertura de los juicios,
al paso actual se tardaría muchos años en lograr que se
lleven a cabo, por lo tanto es necesario dar pasos
superadores y positivos que permitan construir estrategias.
En la
apertura de sesiones del Congreso Nacional, el Presidente de
la Nación reclamó a la justicia celeridad, en especial a la
Cámara de Casación que es donde quedan frenadas las causas.
Es
necesario fortalecer acciones para lograr la aceleración de
las causas y la unificación por región, (es necesario
consultar con juristas para analizar su viabilidad) evitando
formas que lleven a la dispersión y que neutralicen los
juicios.
Caso
contrario, las buenas intenciones se perderán en el
laberinto de la impunidad. En la resolución del juicio al ex
-comisario represor Etchecolatz, el Tribunal
determinó como “genocidio” los delitos cometidos en la
Argentina, durante la dictadura militar. Esta figura
jurídica marca un hecho trascendente en la jurisprudencia
del país. La “Desaparición Forzada de Personas, es un delito
determinado como “crimen de lesa humanidad”, que no
prescribe en el tiempo y que la Convención sobre la
desaparición forzada de personas reafirma.
Entre las
asignaturas pendientes que requieren un análisis más
profundo a fin de clarificar y superar las dificultades
generadas en la marcha del año 2006, está la lectura de un
documento que no fue consensuado por todas las
organizaciones participantes. Las tensiones provocadas por
dicho documento generaron problemas entre las organizaciones
y organismos de DDHH participantes.
Se sumó a
estos problemas la intencionalidad y presiones del gobierno
de capitalizar y manipular la marcha, como también pretender
apropiarse de la política de los derechos humanos. Esta
situación ha dejado un sabor amargo y problemas no
resueltos. En esta fuerte dinámica de cambios sociales y
re-acomodamientos es evidente que existen alianzas entre el
gobierno y algunos organismos de DDHH, son decisiones
políticas que algunas organizaciones asumieron.
Otros
organismos no comparten la misma visión y objetivos de
buscar alianzas con el gobierno ya que consideran que es
conveniente mantener su independencia de todo gobierno de
turno, quien debe respetar la autonomía de las
organizaciones.
La
intervención y manipulación por parte del gobierno en las
marchas, no ayuda a la construcción de políticas de DDHH. y
daña el derecho de independencia de las organizaciones.
Es
necesario recordar que todo gobierno tiene la
responsabilidad de cumplir y hacer cumplir los DDHH
amenazados hoy en nuestro país, en muchas provincias. Es
obligación indeclinable del Estado. Es necesario tener
presente que son los gobiernos los que violan los derechos
humanos y por lo tanto los mismos no pueden ser juez y
parte. Las organizaciones sociales y organismos de DDHH son
los controladores para lograr el cumplimiento de los
derechos sociales.
Esto no
significa ser “enemigo del gobierno”, es necesario el
diálogo, las propuestas y colaboración entre los distintos
estamentos oficiales; ayudar y contribuir en políticas de
DDHH. en su integridad y a la vez ser críticos y reclamar
solución a los problemas cuando las autoridades violan los
derechos de las personas y el pueblo. La obsecuencia es un
camino hacia ningún lado y termina en el descrédito.
El gobierno
debe respetar el derecho de independencia de las
organizaciones y no buscar manipularlas y condicionarlas a
sus intereses.
Muchos años
de lucha, capacidad de resistencia social e independencia de
los gobiernos, dieron credibilidad y fuerza a la vigencia de
los derechos humanos. Queda un largo camino a recorrer y es
necesario trabajar en la construcción social y poder evaluar
junto a los sectores populares cuales son los caminos y
opciones a seguir.
El día 24
se podrá ver cual es la realidad, las decisiones, unidad y
fuerza de las organizaciones sociales. No hay que confundir
los objetivos que lleven a enfrentar organizaciones del
pueblo entre si; muchas veces ponen pobres contra pobres.
Están aquellos que buscarán las divisiones y enfrentamientos
sociales.
Resistir
con esperanza y dignidad para continuar la lucha por la
vida, la dignidad de las personas y el derecho de nuestro
pueblo. Estamos en camino.
Adolfo
Pérez Esquivel
Comfia.info
7 de marzo
de 2007
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