Amnistía
Internacional pide a Blair que no apoye la
ley colombiana de justicia y paz |
Amnistía Internacional (AI) pidió hoy al primer ministro
británico, Tony Blair, que no apoye la nueva ley de justicia
y paz de Colombia cuando se reúna con el presidente Álvaro
Uribe, posiblemente el próximo jueves.
El presidente colombiano visitará durante un día el Reino
Unido, después de su estancia de tres días en España, donde
animó a los empresarios a invertir en su país y pidió el
respaldo oficial a la mencionada ley, que sienta el marco
jurídico para la desmovilización de los grupos armados
ilegales que participan en el proceso de paz de 2002.
En su visita a Londres, está previsto que el presidente
Uribe se reúna con el primer ministro y también con el
titular de Exteriores del Reino Unido, Jack Straw, aunque el
programa es aún susceptible de cambios, según fuentes de la
Embajada colombiana.
En todo caso, Amnistía pidió hoy al Gobierno británico que
no respalde "ni política, ni económicamente" la ley de
justicia y paz y que inste al presidente a presentar un
nuevo texto que garantice "el derecho a la verdad, justicia
y la reparación a las víctimas" de los crímenes cometidos.
La organización de derechos humanos fue incluso más allá y
pidió a Uribe "que no ratifique la ley (actualmente en el
Congreso) y que la sustituya por un texto nuevo", indicó
Marcelo Pollack, responsable para Colombia.
Según Amnistía, la ley que el Gobierno colombiano "vende"
como la solución para la desmovilización y castigo de los
paramilitares, garantiza, en realidad, "su impunidad".
La legislación afecta, de momento, a las Autodefensas Unidas
de Colombia (AUC), los únicos que participan en la
negociación de paz con el Gobierno, que se inició en 2002
con un alto el fuego.
Aunque, "desde ese supuesto alto el fuego, han desaparecido
más de 2.000 personas" en el país latinoamericano, denuncia
AI.
Según la organización, la ley tiene muchas lagunas.
Por ejemplo, no pone medios para el desmantelamiento de la
estructura de los grupos, con lo cual pueden reorganizarse
con facilidad e impunidad.
Las penas son "insuficientes", de 5 a 8 años, y tampoco da
tiempo para investigar los hechos, ya que establece un
máximo de 60 días por caso para crímenes que pueden
remontarse a hace diez años.
No hay incentivos para que los acusados colaboren con las
autoridades y si mienten en su declaración no serán
castigados a menos que se demuestre que lo hicieron "con
mala fe", critica AI.
Sólo afecta a los paramilitares "que están bajo
investigación", unos cientos, mientras que "unos 4.800 han
recibido amnistías bajo el decreto 128 de enero de 2003",
añade.
Otro gran fallo de la ley, según sus críticos, es que no
tiene en cuenta a las víctimas, que, entre otras cosas,
"difícilmente podrán recuperar toda la tierra que le fue
confiscada".
Por otra parte, AI pidió a Colombia que presente un
calendario concreto para la aplicación de las
recomendaciones de la ONU sobre derechos humanos, a lo que
se ha comprometido en varias ocasiones.
EFE
12 de julio de
2005
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