Estados Unidos

Una heroína de la clase trabajadora:

Alexandra Svoboda

 

Una pacífica movilización sindical es brutalmente atacada por la policía. La pierna de una militante es terriblemente desfigurada, salvándose por poco de ser amputada. Posiblemente mutilada de por vida, fue acusada de múltiples delitos.

 

El campo de batalla no son las cuencas mineras del condado de Harlan en la década de 1930; tampoco es un ejemplo de la violencia contra los sindicatos en Colombia o Filipinas. El escenario que describimos es actual: Providence, Rhode Island.

 

En ese soleado sábado 11 de agosto de 2007, Alexandra Svoboda no hizo lo que se suponía que debía hacer. No se quedó en casa mirando televisión, no fue de compras. Esa hermosa tarde de sábado, Alex eligió la acción. Una trabajadora de 22 años, estudiante y militante sindical, había sentido la llamada de la solidaridad por parte de una organización de inmigrantes trabajadores de una tienda de golosinas de Queens, Nueva York.

 

Algunos de los trabajadores de la empresa eran miembros de Trabajadores Industriales del Mundo (IWW, por sus siglas en inglés), el sindicato al cual Alex también pertenecía. Los obreros estaban hartos del abuso constante, los salarios adeudados y las 100 horas de trabajo semanales.

 

Cuando se supo que la tienda de golosinas vendería sus existencias a una cadena de restaurantes ubicada en la zona norte de Providence, Alex y sus compañeros miembros del sindicato acordaron actuar. No sólo estaban motivados por la caridad, sino por la creencia en la solidaridad y la ayuda mutua. Esto es, la idea de que como trabajadores nos beneficiamos si permanecemos unidos en la lucha por nuestros derechos, sin importar nuestra raza, estatus inmigratorio, género u orientación sexual.

 

Como la mayor parte de los jóvenes trabajadores del sindicato marcharon hacia el restaurante Jackie’s Galaxy para promover la toma de conciencia sobre su relación con la tienda de golosinas de Queens, la policía de Providence comenzó su ofensiva. Inexplicablemente, tres agentes aislaron a Alex y violentamente le dislocaron su rodilla mientras la arrojaban al suelo. A continuación un policía se sentó sobre la pierna malherida de Alex y la esposó. Mientras tanto, un compañero del sindicato, Jason Friedmutter, fue reducido, golpeado y arrestado. Otros pacíficos manifestantes fueron rociados con gas pimienta (Las fotografías del brutal ataque están disponibles aquí).

 

Después del ataque, los médicos dispusieron una cirugía de emergencia sobre la pierna de Alex. Si no hubiese sido así, su pierna debería haberse amputado. Siguieron tres intervenciones quirúrgicas más, un dolor indescriptible e innumerables horas de rehabilitación. La policía le había desgarrado la arteria poplítea de su rodilla, fracturado la tibia y el hueso fibia, y rotura de menisco y ligamentos. Por ese abuso, Alex no pudo trabajar durante un año. Su vida nunca volvería a ser la misma.

 

Las comunidades de color, trabajadores precarios y otros grupos familiarizados con la brutalidad policial saben que los cargos criminales o insinuaciones hacia las víctimas es habitualmente el paso siguiente a la agresión policial. El caso de Alex y Jason no fue la excepción. Alex fue ridículamente -pero no sorprendentemente- acusada de tres delitos: agresión hacia un agente de policía, resistencia a la autoridad y alteración del orden público. A pesar de que los cargos contra Alex no fueron reconocidos como delitos menores, la pareja continúa enfrentándose a un juicio penal en los próximos meses.

 

Ante la determinada resolución de Alex y sus compañeros sindicalistas, Jackie’s Galaxy finalmente cortó todos los lazos con la tienda de dulces HWD-Dragonland. Según se ha informado, desde entonces esta tienda ha cerrado. Mientras una tienda con sindicato con salarios y condiciones laborales de calidad podría haber tenido mejores resultados, por lo pronto ahora hay una empresa menos en el planeta que abusa de sus trabajadores y un ejemplo más de las consecuencias de atacar a los sindicatos para otras empresas en donde se explota a los trabajadores.

 

Alex Svoboda se unió a una larga lista de héroes de la clase trabajadora que han sido gravemente heridos o asesinados luchando por la justicia contra los capitalistas y su poder corporativo irrestricto. En palabras de Thomas Paine, ella “desafió no sólo a la tiranía, sino al tirano”. Comprometiéndose mediante la acción directa a favor de su clase, despertó la ira del Estado y sufrió terriblemente por ello.

 

El cambio revolucionario solo proviene del duro trabajo de todos los días y el sacrificio de gente como Alex. Ella estuvo ahí por nosotros este fatídico día -todos los que hemos sufrido las condiciones indignas en el trabajo y que creemos en que los trabajadores merecemos algo mejor.

 

Correspondámosles ahora. Alex y Jason necesitan apoyo moral y financiero para afirmar su inocencia en el juicio. Puedes escribir a providenceiww@gmail.com para recibir detalles sobre cómo echar una mano.

 

Cuando te mantienes firme en la vida no sólo contra la explotación sino contra los explotadores mismos, ojalá te fortalezcas e inspires con el ejemplo de Alex. Yo lo he hecho.

 

 

 

 

Daniel Gross

Tomado de sinpermiso.info

21 de octubre de 2008

Fotos: jonathanmcintosh.smugmug.com

 

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