En su momento la
foto prácticamente no circuló. Ahora lo hace por vías “alternativas”. La
foto muestra a la selección argentina de fútbol, una de las favoritas para
ganar el Mundial, apoyando la candidatura al Nóbel de la Paz de las Abuelas
de Plaza de Mayo.
La explicación de que esa imagen apenas haya tenido difusión
en los grandes medios de prensa, no sólo argentinos, cuando se trataba de un
hecho no menor, habría que buscarla en una censura no explicitada por sus
autores.
Las Abuelas de Plaza de Mayo están entre las
principales gestoras de la investigación en curso sobre la identidad de los
dos hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, la principal
accionista del principal multimedios de Argentina, el Grupo Clarín.
La foto muestra a la selección argentina en pleno, momentos
antes de su partido de despedida ante Canadá, previo a su partida
hacia Sudáfrica, el 24 de mayo, posando junto a un cartel en el que
se lee: “Apoyamos a las Abuelas de la Plaza de Mayo para el Premio
Nóbel de la Paz”.
Prácticamente ninguna publicación de gran circulación dio
cuenta de esa foto, que ahora circula profusamente por Internet.
La semana pasada una delegación de Abuelas, encabezada
por su presidenta, Estela de Carlotto, fue recibida en
Sudáfrica por el entrenador Diego Maradona, y visitó el lugar de
entrenamiento de la selección. “Tenemos que estar con ellas. Luchan por la
verdad y la sociedad argentina toda se merece la verdad”, comentó
Maradona. En el estadio donde practica la selección, en Pretoria, la
pancarta ha sido desplegada.
Carlotto
promocionó en la propia Sudáfrica la candidatura al Nóbel de su
organización, aceptada en abril por el comité noruego que las examina. En
los órganos de prensa propiedad de Clarín la información casi que no
se mencionó.
En las declaraciones que realizó en Sudáfrica,
Carlotto se refirió al mundial de fútbol de 1978, disputado en su país
en plena dictadura militar: “cuando entonces la selección hacía los goles
los papás de desaparecidos llorábamos, a pesar de ser argentinos, porque
mientras se hacía un gol se apagaban los gritos de los que estaban
secuestrados y estaban siendo torturados e iban a ser asesinados”.
Por esas épocas Ernestina Herrera de Noble solía
aparecer fotografiada acompañando al dictador Jorge Rafael Videla.
Las Abuelas de Plaza de Mayo sospechan que en la adopción de los dos
hijos de la propietaria del Grupo Clarín, en 1977, tuvieron
participación Videla, y otros altos jefes militares y jerarcas de la
Iglesia Católica, fuertemente vinculada a la dictadura.
El juicio para averiguar si Marcela y Felipe Noble Herrera,
son o no hijos de desaparecidos apropiados por represores, comenzó en 2002 y
ha sufrido múltiples y sospechosas dilaciones, por ejemplo de parte de la
justicia. Una de las últimas, fue la recusación por la defensa de Noble
de la jueza Sandra Arroyo, que a fines de mayo ordenó la realización
de pruebas de histocompatibilidad a los dos hijos adoptivos de la
multimillonaria empresaria. Como éstos se negaron a entregar muestras de
material genético, se las extrajo de su ropa interior.
El examen debería realizarse en el Banco Nacional de Datos Genéticos.
Pero el abogado de la empresaria cuestionó la independencia de ese organismo
creado por las Abuelas en 1984.
“Es siniestro pensar que a través del Banco las Abuelas queremos
cualquier nieto a costa de lo que sea”, protestó Carlotto. Este mismo
mes de junio cinco científicos expertos en biología y genética elevaron a la
jueza de la causa un escrito en el que establecen que los exámenes de ADN no
pueden ser fraguados de manera alguna.
El Banco de Datos Genéticos logró restituir su verdadera identidad
a 18 hijos de desaparecidos apropiados por represores. En total, 101 jóvenes
sustraídos a sus padres fueron recuperados gracias a las investigaciones
conducidas por Abuelas de Plaza de Mayo. Falta encontrar a otros 400,
y para ello las Abuelas confían en que, cuando ellas ya no vivan, sus
datos biológicos depositados en el Banco -que la defensa de Noble
ahora recusa- permitan hacerlo.