2011: Temporada trágica
La pasada fue
una semana aciaga para el sindicalismo rural y el movimiento ambiental. En Pará,
Brasil, el martes 24 fueron asesinados
José Cláudio Ribeiro da Silva (Zé
Cláudio) y Maria do Espírito Santo Silva, sus cuerpos fueron mutilados por sus
asesinos. El jueves 26 fue asesinado Idar Joel Hernández Godoy, en Izabal,
Guatemala. Ambos hechos están distanciados geográficamente, pero sus raíces son
las mismas: la miserabilidad de los poderosos y la desidia
de
los Estados.
Los nombres de
Zé Cláudio y María do Espírito Santo Silva figuraban en
una lista de 300 amenazados de muerte que circula en el estado de
Pará, en el norte brasileño, donde el avance de la deforestación
deja a la gente desnuda de selva.
Zé Cláudio
y María fueron intimidados primero y ultimados después por
defender la Amazonia, esa gigante verde generadora de vida que sufre
la tala indiscriminada como un cáncer de piel. Las manchas
amarillentas que crecen en todo su cuerpo gritan su galopante
enfermedad y denuncian a su vez la enfermedad del capitalismo.
Tumbar selva y
asesinar gente son las acciones criminales de un modelo mafioso de
producción que considera al árbol un estorbo y a las poblaciones
locales un enemigo.
No por casualidad entre 2006 y 2010 fueron asesinados en Brasil 152
activistas y líderes rurales, de los cuales 70 cayeron en Pará.
|
El Sindicato de
Trabajadores Bananeros de Izabal (SITRABI), junto a
SINTRAINAGRO de Colombia, son las mayores organizaciones
de trabajadores bananeros de América Latina. En los años 90
la zona bananera de Urabá, en el noroeste colombiano, se miraba
“desde el horror de la masacre que acababa de ocurrir y a la espera
de la siguiente”. Las balas procedían de todas partes y los muertos
los ponía el Sindicato.
SITRABI
es una isla
en el ámbito sindical centroamericano. Está allí afiliado el 90 por
ciento de los trabajadores de Izabal y todos tienen cobertura de
Convenio Colectivo. Un mal ejemplo que pocos aplauden y muchos
quisieran destruir.
En 1999, toda la
Dirección del Sindicato que representa a los trabajadores de la
transnacional Del
Monte Fresh
Produce,
fue secuestrada por un grupo paramilitar y obligada a renunciar a la
organización. Cinco de esos dirigentes y sus familias abandonaron
primero la región bananera, y luego el país.
El 23 de
setiembre de 2007, cuando cerca de las 6 de la mañana salía de su
casa rumbo al trabajo, fue asesinado Marco Tulio Ramírez Portela,
secretario de Cultura y Deportes del Comité Ejecutivo del SITRABI.
Lo asesinaron frente a su esposa e hijos. El caso sigue impune.
|
H ace
unos meses decía públicamente
Zé Cláudio:
“Yo vivo de la selva, por eso la protejo con todas mis fuerzas. Sé
que vivo con una bala en la cabeza a cualquier hora. La misma cosa
que le hicieron a
Chico Mendes,
o a la
Hermana
Dorothy,
quieren hacer conmigo. Yo puedo estar con ustedes
aquí y dentro de un mes pueden recibir la noticia de que desaparecí.
Me preguntan: ¿tienes miedo? Sí, tengo, soy un ser humano. Pero los
árboles que hay en el Amazonas son mis hermanos. Yo soy hijo de la
floresta. Vivo de esos árboles, dependo de ellos y soy parte de
ellos. Por eso cuando veo uno de esos árboles encima de un camión
yendo para un aserradero, me da un gran dolor. Porque él es vida
para mí, que vivo en la selva, y es vida para los que viven en los
centros urbanos…”
A
Zé Cláudio
lo asesinaron
el mismo día
en que la Cámara
de Diputados en Brasilia aprobó un proyecto de un nuevo Código
Forestal, un engendro extraño que contó con el voto de gente
sospechosa del
agrobusiness. Este
(des) código llegará para
des
regular
las áreas de preservación permanente, incitando el avance
desenfrenado de la frontera agrícola y ganadera. Un (des) código
votado para
des
penalizar
y
amnistiar a quienes deforestaron.
Zé Cláudio
y su esposa
fueron baleados
en momentos en que la deforestación del Amazonas se multiplicó por
seis en un año.
Sólo entre marzo y abril de 2011 se destruyeron 593 kilómetros
cuadrados de bosque: unas 83 mil canchas de fútbol.
|
El 10 de abril de 2011 fue asesinado
Oscar Humberto González Vásquez.
Hacía siete años
que trabajaba en
Bandegua, Del Monte
Fresh,
y
era dirigente del Sindicato. En el lugar del homicidio se
contabilizaron 35 impactos de bala. El caso continúa impune.
En la mañana del
26 de mayo mataron a
Idar Joel Hernández Godoy,
secretario de Finanzas del SITRABI. Fue en el trayecto entre
su casa y el Sindicato. Recibió cuatro balazos en la cabeza y uno en
la espalda: “Para matarlo bien muerto”, como dicen por allá.
Idar Joel
trabajaba junto al resto del Ejecutivo del Sindicato y la
Confederación Sindical Internacional (CSI), en la
organización de la II Conferencia Contra la Impunidad en
Guatemala.
En Pará, en
Brasil, se mata a los ambientalistas que defienden la vida de la
selva, es decir la vida del mundo. Se mata por la muerte. En Izabal,
en Guatemala, se mata a los sindicalistas que luchan por
justicia y contra el olvido de los sindicalistas asesinados, donde
la impunidad vuelve a cargar las armas luego de cada cacería.
|
|