Familiares de
la religiosa asesinada en el Amazonas brasileño, reclamaron
al presidente Luiz Inacio "Lula" da Silva que termine la
"indiferencia" del gobierno con respecto al caso. La víctima
es la misionera Dorothy Stang, de 73 años, muerta a tiros el
12 de febrero en un paraje de Anapú, del estado amazónico de
Pará.
En una carta
pública, los familiares expresan: "nuestra hermana sacrificó
su vida por una reforma agraria igualitaria... ¿Por qué sólo
aquellos que desprecian las leyes deben sentir que tienen
derechos?".
El crimen,
cometido aparentemente por cinco mercenarios ya detenidos,
habría sido ordenado por dos terratenientes que buscaban
explotar territorios que la monja defendía para el trabajo
de los campesinos de la región. El reclamo apunta a que el
crimen sea abordado en un tribunal federal, pese a que el
Supremo Tribunal de Justicia dictaminó que el asesinato no
podía ser calificado "como una seria violación a los
derechos humanos", por lo cual aquella posibilidad quedaba
excluida.
La causa, al
quedar en el ámbito judicial de Pará carece de garantías, ya
que puede ser objeto de las maniobras y corrupción que ya
han sido denunciadas en otros casos originados en este
lugar.
Tomado
de COMCOSUR
1 de
setiembre de 2005