Guatemala - Caso Pedro Zamora

 

 

Con Arturo Ruiz

 

Cuando el Estado es refugio del terror

 

Es el Coordinador Regional para América Central de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF). Su sindicato base es el de trabajadores de la aeronáutica civil que cuenta con cobertura en todo el país, donde funge como secretario general. SIREL lo entrevistó para abordar sobre la problemática de derechos humanos en Guatemala y sobre la Misión del movimiento obrero que llegó al país ante el asesinato de Pedro Zamora.

 

 

-En Guatemala se está dando nuevamente una situación alarmante de sistemática violación de los derechos humanos…

-En nuestro país, tres décadas de enfrentamiento armado causaron 150 mil muertos, 45 mil desaparecidos y 250 mil huérfanos. Luego de la firma de los acuerdos de paz (1996) se experimentó un proceso de relativa calma. Sin embargo, en los últimos años, y es más, en los últimos meses como tu señalas, se incrementó la violencia y se sistematizaron las prácticas de intimidación a dirigentes y activistas sindicales…

 

-Pero esta situación se da en un marco de violencia generalizada en el país…

-Sí. Tenemos un promedio de 33 homicidios por día en el país, y ocupamos el segundo lugar mundial en femicidios, según datos de la Procuraduría de Derechos Humanos. Ahora bien, no es que el pueblo de Guatemala sea inconsciente de lo importante que es el derecho a la vida, sino que es el sistema del Estado que trata de mantener amedrentada a la población bajo este régimen de violencia.

 

-En Guatemala son ya tradicionales las restricciones a la práctica sindical, situación que ahora se agudiza. Pero además de las amenazas y asesinatos de líderes sindicales, se mencionan otra clase de amedrantamientos…

-Existen políticas de Estado dirigidas a la intervención del movimiento sindical, por ello se interceptan llamadas telefónicas, correos electrónicos y todo tipo de comunicaciones. La gente teme organizarse por la persecución que existe, por las amenazas y porque muchos compañeros han sido asesinados.

 

-A esto se suman las recientes declaraciones del Ministro de Gobernación, Carlos Roberto Vielmann Montes, en un canal de televisión, diciendo que había que terminar con los sindicatos…

-No ayudó para nada. Lo que hizo fue contribuir con el sistema porque enfrenta rival contra rival, el que estaba oculto contra el que se saca la máscara y te enfrenta con un clima de supremacía, ya que ellos tienen el control económico, político y policial. Por eso ese señor declara que en Guatemala el movimiento sindical sirve solamente para defender haraganes, para defender gente que no produce nada.

 

-Que lo haga, además, en el momento en que viene una delegación internacional por el caso del asesinato de Pedro Zamora, una misión de la OIT, habla también de la impunidad y el desprecio que hay hacia el movimiento sindical.

-El señor ministro de Gobernación le está dando a la comunidad nacional, y también a la internacional, un claro mensaje: que en Guatemala son ellos quienes mandan y no importa la presión de quiénes vengan o cuántos sean. El hecho de que este mensaje lo haya dado a través de la televisión, que es un medio masivo, habla de la total impunidad que reina en el país. No es un dato menor que este señor esté vinculado al sector empresarial, más específicamente a la banca.

 

-¿Cómo se evaluó el trabajo de la Misión de la ITF que llegó al país ante el asesinato de Pedro Zamora?

-Como muy positiva. Su presencia, su muestra de solidaridad, no sólo con el movimiento sindical sino con todo el pueblo guatemalteco, demostró que los sindicalistas no estamos únicamente preocupados por nuestros problemas internos, sino que la solidaridad trasciende hacia el conjunto del movimiento sindical en todo el mundo. Solidarizándonos con el respeto y el derecho a la vida.

La Misión Guatemala ha sido una rápida respuesta para demostrarle al gobierno que la comunidad internacional está muy preocupada por lo que está sucediendo en el país. Paradójicamente, el único que no recibió a la misión fue el Poder Ejecutivo.

 

-¿Con quién se solicitó la entrevista?

-Con el Presidente de la República, con el Fiscal General del Ministerio Público, con el Vicepresidente de la República, y no obtuvimos respuesta. Ni siquiera se dignaron enviar a algún asesor; la solicitud fue por escrito y vía correo electrónico, para agilizar el mensaje, pero no hubo respuesta, ni siquiera una disculpa.

 

-¿Esta actitud del gobierno fue una sorpresa para los integrantes de la Misión?

-La mayoría de los estadounidenses y europeos se sorprendió mucho de ver el clima de omisión de las autoridades frente a los problemas nacionales, porque el asesinato del compañero Zamora no se toma como un hecho aislado, sino que es algo que afecta a toda la sociedad

 

-¿Percibieron alguna especie de control sobre la misión?

-Lo más raro fue que debido al clima de inseguridad que reina en el país, solicitamos que un equipo de seguridad nos acompañara. Hubo dos equipos, uno de la Procuraduría de Derechos Humanos de la Nación, que nos prestaron tres agentes de seguridad, y otro compuesto por la Policía Nacional Civil. Estos últimos tomaron fotografías de la gente con la que nos entrevistamos, estaban siempre muy cerca, dentro del proceso de entrevistas y no en el perímetro de seguridad. Cuando les preguntamos por qué lo hacían, respondieron que era para elaborar su informe. Pero en realidad no sabemos si es para ese fin o fue para controlarnos.

 

-¿Cómo sintió y evaluó el sindicato esta misión?

-El Sindicato de Trabajadores de la Empresa Portuaria Quetzal en Guatemala, quedó muy fortalecido por la Misión Guatemala. A pesar de los hechos, el estado de ánimo de los compañeros y las compañeras era muy bueno, pues se dieron cuenta de que no están solos en esta lucha.

 

-La UITA integró esta Misión…

-Si, los compañeros David Morales, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Alimentación (FESTRAS) y Edwin Ranchos, del Sindicato de Trabajadores de Embotelladora Central (STECSA / Coca Cola). Ambos integran el Comité Ejecutivo Latinoamericano de la UITA.

Su presencia marcó, una vez más, el compromiso solidario de la Internacional con el pueblo y el movimiento obrero guatemaltecos.

En Guatemala, Gerardo Iglesias

© Rel-UITA

16 de marzo de 2007

 

 

 

 

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