Morir con las botas puestas
El
2005 fue un año negro para la libertad de expresión
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Sesenta y tres periodistas murieron mientras ejercían su
profesion, cerca de 1.400 han sido amenazados o agredidos y
más de mil medios de comunicación censurados.
Sesenta y tres periodistas muertos, cerca de 1.400
amenazados o agredidos y más de mil medios de comunicación
censurados demuestran que la libertad de expresión es
todavía hoy una tarea pendiente. El informe La libertad
de prensa en 2005 realizado por Reporteros sin Fronteras
(RSF) pone de manifiesto que poco o nada se ha avanzado en
esta materia. Además, convierte al año 2005 en uno de los
años más negros desde 1995, cuando fueron 64 los periodistas
muertos.
Iraq, por tercer año consecutivo, es el país más peligroso
para ejercer como periodista. Este año 24 periodistas han
muerto en suelo iraquí, pero desde que comenzó el conflicto
en marzo de 2003 son más de 75 los periodistas fallecidos.
Más que durante los 20 años que duró la guerra de Vietnam
(1955-1975). Los atentados terroristas y la resistencia son
la primera causa de las muertes en Iraq, pero no hay que
olvidar las ‘bajas colaterales’ provocadas por el ejército
de estadounidense.
Filipinas, Líbano, Pakistán, Sierra Leona, Congo, Somalia o
Sri Lanka quedan muy lejanas en las cifras de periodistas
asesinados.
El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos recoge que “todo individuo tiene derecho a la
libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye no
ser molestado a causa de las opiniones el de investigar y
recibir informaciones y opiniones, y el difundirlas, sin
limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
La libertad de prensa también queda recogida en la mayoría
de las Constituciones de los países democráticos, pero a la
hora de ejercer ese derecho hay muchas limitaciones. Hoy son
más de 800 los periodistas que se encuentran encarcelados en
todo el planeta, según RSF. China y Cuba son los países que
encabezan esta ‘macabra’ lista, que aumenta cada año.
La censura tampoco ha dejado de crecer. Según el citado
informe, se ha producido un crecimiento del 60%. Tan sólo en
Nepal, se han dado cerca de 600 casos de censura. Y en
China, los directores de los medios de comunicación reciben
listas de los temas que pueden tratar.
La red de redes es, quizás, el medio más censurado. Internet
se ha convertido en una herramienta fundamental de
información en los últimos años. El traspaso de información
se hace de manera rápida y los costes son muy bajos. Países
como Arabai Saudí, China, Cuba, Corea del Norte o Irán están
en la lista de los ‘enemigos’ de Internet.
Sin embargo, el periodista no sólo tiene que cuidarse de las
balas de los ejércitos, de resistencia o no, y de los
departamentos de propaganda de muchos Gobiernos sino también
de sus empresas y de sus propias actitudes. El periodismo no
es más que “algo que le pasó a alguien y que otro cuenta”.
El periodismo nació para contar lo que les sucede a otras
personas. Y para ello, es fundamental mantenerse vivo. Hay
muchos periodistas en conflictos armados que se olvidan del
sentido común y corren riesgos innecesarios. Pero ninguna
historia merece una vida. Tampoco ser los primeros en
contarlo. La competitividad y la rapidez que se han
instalado en las redacciones de los medios de comunicación,
tras el caso Watergate, no suelen ser buenas
consejeras para el periodista.
La democracia, no obstante, no pueda ser entendida sin la
existencia de la libertad de expresión. Como decía Thomas
Jefferson, “si yo tuviera que decidir entre tener un
gobierno sin una prensa libre y una prensa libre sin
gobierno, preferiría esto último”. Los medios de
comunicación se hacen imprescindibles como instrumentos de
control de los poderes públicos. La prensa se convierte en
un cauce entre lo público y los ciudadanos. Conocer lo que
ocurre es fundamental para que la sociedad se forme una
visión de la realidad.
Ana Muñoz
CCS – España
13 de enero de 2006
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