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Jair Krischke |
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El abogado Jair Krischke afirma que su carta magna respeta
la dignidad y los derechos humanos, como los tratados
internacionales. El Supremo Tribunal Federal decide el caso
desde el 18 de julio, en el aniversario de la Constitución
uruguaya. El pedido de refugio es analizado por el Conare,
que interrogó al militar durante cinco horas. Tiene pedido
de captura desde Argentina.
El eventual otorgamiento de un estatus de "refugiado" al
prófugo coronel retirado Manuel Cordero, quien se encuentra
en San Pablo, Brasil, sería inconstitucional, además de
constituir una afrenta al pueblo uruguayo, afirmó a La
República el activista de derechos humanos Jair Krischke.
Krischke, del Movimiento Justicia y Derechos Humanos de
Porto Alegre, dijo ayer a La República que estaba "seguro de
que el gobierno de Brasil no le va a regalar el estatus de
refugiado a este terrorista de Estado, prófugo de todas las
justicias".
El Superior Tribunal Federal de Brasil decidirá desde el
próximo 18 de julio, paradójicamente en la fecha de
aniversario de la jura de la Constitución uruguaya, si
otorga o no el estatus de refugiado pedido por Cordero,
quien ha sido requerido por la Justicia de Uruguay y
Argentina.
Cordero declaró ser un perseguido político que desde 1986
recibe amenazas, sin que las autoridades uruguayas lo
protegieran y hasta corría el riesgo de no recibir atención
médica por su enfermedad cardíaca, situación que se agravaba
al asumir en el gobierno Tabaré Vázquez y el Encuentro
Progresista.
Refugio inconstitucional
Jair Krischke, quien ubicó al militar prófugo cuando se
escondía en una casa de Santa Ana de Livramento y lo informó
a la policía federal y la Interpol de su país, opinó que el
Superior Tribunal Federal de Brasil no puede otorgar el
refugio a Cordero porque implicaría una violación a la
Constitución de su país.
"Existen principios fundamentales -explicó Krischke-: el
artículo 1º de la Constitución dice que la República
Federativa de Brasil constituye un Estado democrático de
Derecho y tienen por fundamento, en su tercer capítulo, "la
dignidad de las personas humanas".
En el artículo 4º de la Constitución de Brasil se señala
como uno de los principios que rigen para sus relaciones
internacionales, "la prevalencia de los derechos humanos" y
en el artículo 5º , que otorga derechos y garantías, se
validan los tratados internacionales firmados por Brasil",
agregó.
"Brasil ha suscrito la Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto de San José, la Convención de la ONU
contra la Tortura y la Convención Interamericana para
prevenir y sancionar la Tortura... por lo que mal se le
puede dar refugio a un criminal de lesa humanidad", destacó.
Krischke recordó que Cordero se encuentra en Brasil desde
julio de 2004, se presentó ante la Policía Federal para
tramitar su permanencia legal el 21 de setiembre de ese año.
El 14 de febrero de 2005 mintió ante las autoridades al
declarar ser un perseguido para así solicitar su condición
de "refugiado".
Patas de Cordero
La Policía Federal lo citó a declarar el 28 de febrero, pero
su abogado, doctor Julio Martín Favero, pidió la
postergación de la fecha, con el argumento de que el militar
retirado estaba enfermo. Recién el 2 de marzo último Cordero
hizo sus argumentos para pedir refugio.
Para Krischke, las declaraciones de Cordero resultan
increíbles. "Este valiente coronel que cometió crímenes
terribles, como la tortura, la desaparición de personas y el
secuestro de niños, ahora miente cobardemente para escapar
de su segura condena."
En su relatorio, Cordero afirma: "Que desde el año de 1986,
el requirente y su familia sufren amenazas y ataques en
contra de su integridad física, lo que aumentó gravemente
después del cambio de gobierno en 2004" y que "sufre una
persecución implacable de parte de la izquierda". "Que
además de siempre buscar protección junto a las autoridades
uruguayas -agrega Cordero- éstas no tomaron ninguna medida
para protegerlo" y "que en Uruguay estaba sin recibir
atención médica para su enfermedad cardíaca, pues cuando se
trata de su persona, la niegan o la sabotean", denunció.
"¡Este señor miente descaradamente!" -enfatizó Krischke-,
"porque todos sabemos que en el año 2004 no hubo cambio de
gobierno en Uruguay. Cordero vino a Brasil en julio, antes
mismo de las elecciones que fueron en octubre, y pide
refugio el 14 de febrero, antes de asumir Tabaré Vázquez".
Desacatado y prófugo
Cordero huyó a Brasil en julio de 2004, cuando debía
enfrentar una causa de "desacato por ofensa", denunciada por
el juez penal José Balcaldi ante el juez Pedro Hackenbruch,
y apareció en setiembre último cuando se presentó ante la
Policía Federal de Brasil para tramitar un permiso de
residencia legal.
Balcaldi, quien debía instruir una causa contra Cordero en
un juicio por "apología del delito", debido a declaraciones
en las que el coronel retirado había defendido la tortura de
presos políticos, terminó por recusarse del caso cuando fue
acusado por el militar de haber sido "colaborador de la
dictadura".
En la entrevista del periodista Raúl Ronzoni, publicada por
el semanario Búsqueda el 27 de setiembre de 2001, Cordero
había reivindicado la acción irregular contra grupos
terroristas y defendió los métodos que implican matar,
torturar, secuestrar o hacer desaparecer personas.
Pese a la orden de captura ordenada por la Justicia uruguaya
en el juicio por desacato, la presencia de Cordero en Brasil
era de conocimiento del entonces ministro de Relaciones
Exteriores, Didier Opertti, ya que el militar debía
presentarse mensualmente ante los consulados para cobrar su
jubilación.
Cordero firmó un poder absoluto sobre sus bienes en favor de
su cuñado, pero deberá seguir presentándose cada mes ante
una oficina consular uruguaya para ratificar que se
encuentra vivo. De lo contrario no se podría autorizar a sus
representantes legales el cobro de haberes y pensiones.
A estudio del Conare
La solicitud de refugio se encuentra actualmente a estudio
del Comité Nacional para los Refugiados (Conare), que
preside el doctor Luiz Paulo Barreto y cuya coordinación
ejerce la doctora Nara Conceiçao Nascimento Moreira da
Silva, quien ya mantuvo una entrevista de cinco horas con
Cordero en San Pablo.
El Conare, con sede en Brasilia, está integrado por los
ministerios de Justicia, Relaciones Exteriores, Trabajo y
Empleo, Salud, Educación y Deporte, junto al Departamento de
Policía Federal, organizaciones no gubernamentales y el Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
El Comité
brasileño tiene entre sus cometidos el análisis de los
pedidos de refugio y recomendar su otorgamiento o no al
Supremo Tribunal Federal de Brasil, el máximo organismo
judicial de ese país, cuyos ministros deben resolver el
otorgamiento del refugio pedido por el prófugo Cordero.
El militar se encuentra en San Pablo, donde venía
realizándose exámenes médicos para una operación al corazón
o la instalación de varios by pass. El trámite iniciado por
Cordero le permitiría residir legalmente en Brasil con
documento provisorio y permiso de trabajo.
Hasta que no se resuelva el otorgamiento o no a su solicitud
de refugio, Cordero no podría ser repatriado a Uruguay o
extraditado a Argentina, donde el juez Guillermo Montenegro
-quien había librado una orden de captura internacional en
2001- ha pedido formalmente su extradición a las autoridades
brasileñas.
Un breve prontuario
Juan Manuel Cordero Piacentini, nació el 15 de setiembre de
1938 e ingresó al Ejército el 1º de marzo de 1951, en el
arma de Artillería. Ascendió a capitán en 1967 y un año
después su nombre era reconocido como el de un represor por
quienes lo sufrieron en el Grupo de Artillería Nº 5.
En 1972, luego de la declaración del Estado de Guerra
Interno, Cordero era uno de los oficiales que junto a José
Nino Gavazzo y Jorge "Pajarito" Silveira recorría las
unidades militares del interior del país, para dar "talleres
prácticos" sobre cómo interrogar a presos y presas por
razones sindicales o políticas.
Cuando el golpe de Estado de 1973, Cordero realizaba cursos
de Estado Mayor en Uruguay y de contrainsurgencia en
Argentina, adonde viajaba asiduamente como "nexo" entre los
servicios de Inteligencia (revista como S2 en Artillería Nº
5) entre ambos países.
Con el grado de mayor en 1976 ya estaba integrado al
Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA),
y había sido cooptado por el Servicio de Información y
Defensa (SID), por quienes participó en la operación del
Plan Cóndor en Automotores Orletti de Buenos Aires.
Con el alias de "303" era el tercer mando del tristemente
célebre centro de torturas "300 Carlos", conocido como "el
infierno", ubicado en los fondos del Batallón de Infantería
Nº 13, donde fueron desaparecidos militantes del Partido
Comunista del Uruguay (PCU) y del Partido por la Victoria
del Pueblo (PVP).
Roger
Rodríguez
La
República
4 de julio de
2005