Amnistía Internacional presentó su evaluación anual de la
situación de los derechos humanos en el mundo. El Informe
2005, que abarca 149 países, destaca el hecho de que ni
gobiernos nacionales ni organizaciones internacionales han
sido capaces de atajar las violaciones de derechos humanos,
y pide una mayor rendición de cuentas internacional.
Según el Informe, a lo largo del año 2004 se
despreciaron los derechos humanos de la gente corriente, o
se cometieron graves abusos contra ellos en todos los
rincones del planeta. Los intereses económicos, la
hipocresía política y la discriminación socialmente
organizada siguieron alimentando las llamas del conflicto en
todo el mundo.
En América, el respeto de los derechos
humanos siguió siendo una utopía para muchas personas. En la
evaluación de Amnistía Internacional los gobiernos del
continente no cumplieron su compromiso de mantener los
derechos humanos fundamentales. Las instituciones
democráticas y el Estado de derecho estuvieron en peligro en
una gran parte de Latinoamérica.
El Informe denuncia que los civiles siguen
siendo las principales víctimas de la violencia política en
el continente. La situación de los derechos humanos en
Colombia continuó siendo crítica, con la población civil en
el punto de mira de todas las partes implicadas en el
conflicto: las fuerzas de seguridad, los paramilitares
respaldados por el gobierno y los grupos armados de
oposición.
La inestabilidad y la radicalización política
siguieron afectando a Venezuela durante gran parte del año.
En Haití, a pesar de la presencia de una fuerza militar y
policial de la Organización del las Naciones Unidas (ONU),
persisten la violencia política y las violaciones de
derechos humanos. En otros países como Bolivia, Brasil,
Chile, Guatemala y Paraguay, las disputas sobre tierras y
las condiciones de trabajo en las plantaciones siguieron
exacerbando prolongados conflictos y violaciones de derechos
humanos.
Estados Unidos siguió incumpliendo las normas
internacionales sobre derechos humanos al aplicar la pena de
muerte a menores, a personas con discapacidades mentales, a
acusados que no habían dispuesto de una asistencia letrada
efectiva y a ciudadanos extranjeros a quienes se les habían
negado sus derechos consulares. En 2004 se llevaron a cabo
59 ejecuciones.
En la presentación del Informe 2005 de
Amnistía Internacional, la secretaria general de la
organización, Irene Khan, ha dicho que los gobiernos no han
dado muestras de integridad en el ejercicio de su liderazgo
y deben rendir cuentas. "Los gobiernos están incumpliendo
las promesas que han hecho en materia de derechos humanos
-ha señalado Irene Khan, según informan las agencias. "Se
está elaborando una nueva agenda en la que se utiliza el
lenguaje de la libertad y la justicia para aplicar políticas
de miedo e inseguridad. Con tal fin se está intentando,
entre otras cosas, redefinir la tortura para hacerla
admisible".
ADITAL
26 de mayo de 2005