Nicaragua

 

Derechos Humanos en Nicaragua

CENIDH presenta XVI Informe anual

 

 

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH)

presentó el Informe anual 20061

sobre la situación de los derechos humanos en Nicaragua.

 

Frente a una nutrida representación de la prensa nacional e internacional y de agencias de cooperación, la presidenta del CENIDH, Dra. Vilma Núñez de Escorcia, expresó: “nuestro balance respecto a los derechos humanos en el 2006 es negativo. Esta situación no se refleja solamente en los datos que les vamos a presentar  como CENIDH, sino también en el Informe sobre el Índice de Desarrollo Humano del PNUD. Para comenzar no se puede hacer ninguna valoración objetiva de derechos humanos si los hechos violatorios no se analizan en el contexto dentro del cual se desarrollan”.

 

Para la presidenta del CENIDH, el 2006 fue marcado por el proceso electoral con una campaña agresiva y de confrontación, debido principalmente a una gran injerencia extranjera. Los hechos que caracterizaron negativamente el año recién concluido fueron además “el debilitamiento y el deterioro institucional producto del pacto entre el Frente Sandinista (FSLN) y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y la crisis de la Asamblea Nacional que llevó a dos hechos muy graves. Estos hechos fueron la penalización del aborto terapéutico por fines electorales y para complacer la alta jerarquía de la Iglesia Católica, y la aprobación de la Ley Orgánica de la Asamblea Nacional, que contiene una serie de imposiciones que entran en contradicción con la Constitución Política del país”. Además, otro elemento que caracterizó el contexto nacional fue la actuación del Poder Judicial “instrumentado para resolver problemas de carácter político y vinculado con los problemas del narcotráfico y con la violación de los derechos humanos de los periodistas que investigaban estos hechos”, indicó.

 

Analizando el último año de la administración Bolaños, Vilma Núñez  señaló que el ex presidente continuó profundizando la pérdida de credibilidad, portándose como una persona autoritaria y prepotente y demostrando una predisposición a generar crisis y una incapacidad a generar consenso. Fracasó, además, en la lucha contra la corrupción y la desacreditó transformándola en un pleito personal contra Arnoldo Alemán.

 

“A nivel económico –continuó Núñez– con Bolaños hubo avances macroeconómicos, pero no se reflejaron en la vida cotidiana de los nicaragüenses. Deja una deuda pendiente en materia de derechos humanos, donde hay un evidente deterioro en la vida de la mayoría de la población. No es cierto, como dijo el ex presidente, que deja la mesa servida para el nuevo gobierno, sino que la mesa quedó vacía y con muchos comensales esperando”.

 

El 10% de los más ricos obtuvo el 44.4% de los ingresos nacionales, mientras que el 10% de los más pobres recibió solamente el 0.9%. El 80% de la población sigue viviendo con menos de 2 dólares al día y el 45% con menos de 1 dólar. Nicaragua sigue en el lugar 112 de los 177 países analizados en el Índice de Desarrollo Humano2. El 54% de la población no tiene acceso a la canasta básica, el 40% no está en la condición de adquirir ni siquiera los alimentos que la misma incluye3. El 27% sufre de desnutrición, el 72% de la población rural no tiene acceso a agua potable. Sólo el 34 % de la población urbana tiene servicio de alcantarillado4.

 

Núñez analizó también las primeras semanas del nuevo gobierno de Daniel Ortega, detectando una profundización del deterioro de la institucionalidad del país, con un intento de centralizar más el poder y con una confusión de roles entre el presidente de la República y la Primera Dama  y entre Estado-Partido-Familia.

 

Derechos Civiles

 

El informe del CENIDH abordó los derechos a la libertad individual, los cuales fueron afectados durante las protestas de diferentes sectores sociales contra la administración Bolaños por la intervención policial, llevando consigo detención y lesiones físicas, tanto de manifestantes como de oficiales de Policía. El Poder Judicial ha venido perdiendo credibilidad, ya no sólo por la falta de acceso a la justicia para las víctimas de diversos delitos, sino porque muchas de las y los funcionarios judiciales están íntimamente vinculados con partidos políticos e intereses económicos de un determinado grupo. Uno de los problemas más graves en materia de derechos humanos en el país está relacionado con la seguridad ciudadana.

 

“La descomposición –declaró Vilma Núñez–  ha aumentado y según datos de la Policía, hubo un aumento de casi el 12% en delitos. Esto es producto de la falta de oportunidades, del hambre y de la falta de trabajo. Entre los focos de donde se originan los delitos hay que mencionar el alcoholismo, el narcotráfico y las pandillas. Además, no podemos hablar de seguridad ciudadana sin hablar de la situación de la Policía Nacional, que en el año 2006 fue tremendamente sacudida por el descubrimiento de actos de corrupción, muchos de ellos vinculados al narcotráfico”.

 

La Policía Nacional resulta involucrada en casi el 30% de las denuncias presentadas al CENIDH en el 2006 y junto al Ministerio del Trabajo, representan las instituciones con más índices de violaciones a los derechos humanos.

 

Respecto a la libertad de expresión, el CENIDH expresó su preocupación por 13 casos de amenazas, agresiones físicas, verbales y demandas judiciales en contra de periodistas y medios de comunicación. Las acusaciones por injurias y calumnias se han convertido en una forma de persecución contra periodistas que investigan casos de corrupción, en los cuales la mayoría de las personas señaladas son funcionarios públicos.

 

Derechos económicos, sociales y culturales

 

Según la presidenta del CENIDH “como los otros años, el problema principal es el tema del desempleo y las violaciones a los derechos laborales. De la cantidad total de las violaciones a los derechos humanos tramitadas en nuestra organización y de la cantidad de violaciones comprobadas, casi el 40 por ciento fueron hechos relacionados al derecho al trabajo. El derecho al trabajo es el derecho más vulnerado en Nicaragua”.

 

El Informe señala que se comprobó, una vez más, el deterioro de los derechos laborales  debido en parte a que la tutela de esos derechos por el Estado sigue siendo muy pobre. Continúa la tendencia por parte de las autoridades de utilizar las leyes en detrimento del derecho de la población trabajadora. A esto se añade que los trabajadores desconocen muchos de sus derechos y cuando los conocen, sienten que es muy difícil hacerlos respetar por temor al despido, optando por perderlos para conservar el empleo, que muchas veces es el único sustento familiar.

 

En Nicaragua –continúa el informe del CENIDH– la pobreza afecta no sólo a personas desempleadas, sino a los trabajadores precarizados e informales. La mitad de las personas asalariadas perciben sueldos inferiores al umbral de la pobreza. Es decir, el problema no se resuelve únicamente creando empleos, se necesitan empleos de buena calidad, con mejores condiciones de trabajo y acceso al desarrollo humano.

 

Se evidencia también como el campesinado abandona la vida rural para buscar algo mejor en la ciudad, encontrando solamente trabajos ocasionales o comercio minorista de objetos de poco valor. La precariedad del empleo se ha acentuado, lo que se refleja en el aumento de la proporción de personas ocupadas en los sectores informales o de baja productividad (63.3% de la población trabajadora)5. Esta clase de empleo se ha convertido en el principal mecanismo de ajuste del mercado laboral ante la insuficiencia de las ocupaciones formales. De esta manera la actividad informal ha actuado como un amortiguador de los efectos de la reducción en el empleo.

 

En las violaciones de los derechos laborales hay que destacar el problema de las maquilas. Para Vilma Núñez “a la maquila no se le puede llamar centro de trabajo, sino un centro de violación de los derechos humanos y representa el lugar donde mayormente se violan los derechos laborales de los trabajadores. El ejercicio de los derechos de libertad sindical y de asociación es visto como una actividad incompatible con el derecho al trabajo, haciéndose cada vez más difícil la creación de organizaciones sindicales”.

 

Violaciones a la seguridad social, debilitamiento de las organizaciones sindicales, falta de protección adecuada por parte del Ministerio del Trabajo (MITRAB) y hasta complicidad de los inspectores del MITRAB con las empresas. Para las empresas son paraísos fiscales, mientras que para los trabajadores son centros de explotación intensivas en los cuales se confunden trabajo y padecimiento.

 

Entre las denuncias del CENIDH resalta también el caso de los buzos, casi siempre indígenas misquitos, que se dedican a la pesca de langostas. Actualmente hay casi 700 buzos lisiados e incapacitados  y en los últimos 10 años han fallecido 100 de ellos a causa del síndrome de descompresión. Esta práctica es utilizada por empresas pesqueras para capturar grandes cantidades de langostas y exportarlas. Los buzos se ven obligados a sumergirse a grandes profundidades, sin el equipo ni la capacitación requerida.

 

El informe incluye también los datos sobre la situación y las violaciones al derecho a la salud, a la seguridad social, a la educación, a la propiedad  y termina con los ámbitos específicos, que incluyen los derechos humanos de las mujeres, donde destacan las violaciones intrafamiliares y el problema del aborto terapéutico, de la niñez y la adolescencia, de la tercera edad, de los emigrantes, del medio ambiente y de los defensores de derechos humanos.

En Managua, Giorgio Trucchi

© Rel-UITA

13 de febrero de 2007

 

 

 

 

1 El CENIDH es miembro de FIDH y OMCT y es apoyado por NOVIB, HIVOS, Autoridad Sueca para el Desarrollo Internacional, ASDI, Pan para el Mundo, CAFOD, INKOTA, EIRENE, Iniciativa Cristiana “O. A. Romero”, Ayuda Popular Noruega

2 PNUD

3 Néstor Avendaño – economista independiente

4 Centro Humboldt de Nicaragua

5 XXI Encuesta de Hogares para la Medición del Empleo Urbano-Rural (INEC 2006)

 

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