Con profunda tristeza recibimos la
noticia del fallecimiento del maestro
ORLANDO FALS BORDA. Presidente
Honorario del CEAAL, Orlando fue
el maestro de muchos profesionales y
pensadores del país en torno a nuestra
misma problemática como sociedad en
conflicto, pero también en resistencia y
en esperanza.
Con
muchos educadores y con el propio
CEAAL, apostó a una nueva forma de
construir conocimiento y de transformar
las relaciones inequitativas e injustas
de la sociedad, contribuyendo de manera
desinteresada y con real compromiso, a
la consolidación de la educación
popular. En estos contextos, de la
sociología y de la educación popular,
impulsó propuestas innovadoras, entre
las que se destaca la Investigación -
Acción - Participativa (IAP).
Fue Presidente de CEAAL
y siempre estuvo atento a su
desarrollo, a sus programas, a sus
logros, dificultades y retos. Cuando nos
encontrábamos con él, siempre preguntaba
por CEAAL con una gran sonrisa
que traslucía el afecto de amigo y
cómplice.
En el emocionante homenaje que se le
hizo en el Auditorio de la Universidad
Central de Bogotá, a manera de panel
pudimos escuchar las intervenciones de
varios senadores y del presidente del
Polo Democrático, Doctor Carlos
Gaviria, quienes exaltaron con lujo
de detalles los invaluables aportes de
quien junto con monseñor Guzmán y
otro de los grandes, recientemente
fallecido, Eduardo Umaña Luna,
develarían lo que se conoció como la
'Violencia en Colombia', libro de
consulta obligada para quien desee
aproximarse al análisis de esta horrible
noche que aún no termina en el país.
Al final, escuchamos las palabras del
maestro Fals, quien emocionado y
con su característica modestia, recordó
algunos apartes de su trayectoria
profesional, política y personal. Allí
hizo pública su despedida. Quería
retirarse a descansar y terminar de
escribir tantas cosas que tenía
pendientes y que, aquejado por sus
'achaques de viejo' como le decía a sus
más cercanos, no había logrado.
Buscaba también, lejos del ajetreo de
las discusiones políticas, redactar sus
memorias. No alcanzó a cumplir este
sueño y nos deja con la ausencia de esa
figura tan querida y respetada por
muchas generaciones que contamos con el
orgullo de haber aprendido a su lado,
lecciones interminables de ética y
honradez de un ser humano excepcional.
¡Vive por
siempre en nuestras memorias, maestro
Orlando!
Jairo Muñoz
y
Nhora S. Torres
CEAAL
Colombia
13 de
agosto de 2008