Chile
Informe pide educación para todos en América
Latina y el Caribe |
La
Oficina Regional de Educación para América Latina y el
Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, Ciencia y Cultura (Orealc/Unesco), de Santiago,
Chile, dio a conocer el Informe Regional de Educación para
Todos (EPT), “Educación para Todos en América Latina: Un
objetivo a nuestro alcance”.
Este Informe
Regional de Monitoreo de EPT fue una iniciativa de la
Oficina Regional de Educación de la Unesco con el objetivo
de analizar los avances alcanzados por los países y por la
región en su conjunto respecto de los objetivos planteados
en la EPT.
La Declaración
Mundial sobre Educación para Todos (EPT), adoptada en 1990,
en Jomtien, Tailandia, comienza proclamando que “cada
persona - niño, joven o adulto - deberá estar en condiciones
de aprovechar las oportunidades educativas ofrecidas para
satisfacer sus necesidades básicas de aprendizaje”. Diez
años después, en el Foro Mundial de Educación, realizado en
Dakar, Senegal, en 2000, los gobiernos y las organizaciones
participantes reafirmaron su compromiso con el logro de una
educación de calidad a la que toda la población, sin
exclusiones, tenga acceso.
Según la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal),
el marco de acción de Dakar ha establecido los objetivos de
“Extender y mejorar la protección y educación integrales de
la primera infancia; Velar para que, de aquí a 2015, todos
los niños, y sobre todo las niñas, los niños que se
encuentran en situaciones difíciles y los que pertenecen a
minorías étnicas, tengan acceso a una enseñanza primaria
gratuita y obligatoria de buena calidad; Velar por que sean
atendidas las necesidades de aprendizaje de todos los
jóvenes y adultos; Aumentar de aquí al año 2015 los niveles
de alfabetización de los adultos en un 50%; Suprimir las
disparidades entre los géneros en la enseñanza primaria y
secundaria de aquí al año 2005 y lograr para 2015 la
igualdad entre los géneros en la educación; Mejorar todos
los aspectos cualitativos de la educación, garantizando los
parámetros más elevados, para conseguir para todos
resultados de aprendizaje reconocidos y mensurables,
especialmente en lectura, escritura, aritmética y
competencias prácticas esenciales para la vida diaria.
El informe
demuestra que la región latinoamericana se ha acercado
bastante al logro de algunos de esos objetivos, aunque hay
diferencias entre países y al interior de ellos, en aspectos
tales como el acceso universal a la educación primaria, el
aumento en el acceso a la educación preescolar y secundaria
y la paridad de géneros. Sin embargo, existen desafíos
importantes que obligan a revisar las prioridades, así como
las políticas y estrategias adoptadas por los países.
El mayor desafío
está relacionado con la permanencia y la finalización de los
estudios. Si se analiza, por ejemplo, el nivel de educación
que los jóvenes entre 15 y 24 años han logrado en cuatro
países (Brasil, Honduras, El Salvador y Nicaragua) casi uno
de cada tres jóvenes y en Guatemala la mitad de ellos,
tienen menos de 6 años de educación. Esta situación se
agrava marcadamente en las zonas rurales, donde en siete
países este porcentaje oscila entre 45,5% y 67,3% (es decir,
entre la mitad y dos de cada tres jóvenes), lo que supone
más de la mitad de dicha población.
Datos de la
Cepal muestran que, con excepción de Chile, que tiene la
menor tasa de deserción antes de terminar la secundaria
(16,8%), y Cuba, cuyos datos la Cepal no recoge, las tasas
de deserción antes de concluir la educación secundaria
oscilan entre un 23% (Argentina) y un 66% (Guatemala). Esa
tasa llega a 63,8% en Honduras, a 53,6% en Nicaragua, oscila
entre 44% y 46,4% en Paraguay, El Salvador y México y es de
27,5% en Brasil. Según datos de Unesco, Cuba atiende a 89,9%
de todos sus niños en edad de educación infantil, el mayor
índice de los países latinoamericanos.
Sin embargo, el
perfil educativo de la población latinoamericana es
alarmante. El círculo vicioso de la pobreza se desenvuelve
así: los padres y madres pobres con bajo perfil educativo
tienen numerosos hijos e hijas, pero insuficientes recursos
y conocimientos para satisfacer sus necesidades o educarlos
a nivel deseable; los niños y niñas que crecen en esta
situación de desventaja logran un menor desarrollo
cognoscitivo y socio-afectivo, por lo que enfrentan
dificultades académicas o interpersonales en la escuela,
repiten grados y/o abandonan la escuela; debido al bajo
nivel educativo, tienen dificultad para conseguir un empleo
bien remunerado y, por su vez, suelen tener numerosos hijos
e hijas precozmente.
La variable del
trabajo infantil añade otro factor más que mantiene y
empeora este círculo vicioso de la pobreza, haciendo que
descienda el logro de aprendizaje de los niños y aumentando
la posibilidad de repetición y deserción escolar. Sin duda
alguna, el trabajo infantil de naturaleza peligrosa o
ilícito, o de horas excesivas, viola algunos de los derechos
humanos más básicos, como son los derechos a una vida
saludable y al acceso a la educación, con el resultado de
que tantos niños, niñas y jóvenes abandonen la escuela. El
logro de una Educación para Todos constituye tanto una
estrategia como un resultado de la erradicación el trabajo
infantil. A su vez, el logro de la Educación para Todos y la
erradicación del trabajo infantil marcan un paso adelante
para superar la pobreza.
Zacharias
Bezerra de Oliveira
ADITAL
24 de agosto de 2004
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