"Si es
declarado culpable,
Amnistía Internacional
consideraría a
Ehren Watada preso de conciencia y
pediría su libertad inmediata e incondicional", ha dicho
Susan Lee,
directora del Programa Regional para América de
Amnistía
Internacional.
El
teniente del ejército
Ehren Watada,
de 28 años, está acusado de "no presentarse en su unidad
en el momento de su despliegue" por negarse a ir a
Irak en junio de 2006, y de "conducta impropia de un
oficial" por sus comentarios públicos sobre sus
objeciones a la guerra de
Irak, y
puede ser condenado a cuatro años de cárcel.
Ehren
Watada
ha afirmado que su negativa se basa en su creencia de
que la guerra de Irak es ilegal e inmoral. En una
vista preliminar celebrada el 16 de enero, un juez
militar falló que no podría basar su defensa en la
legalidad de la guerra en
Irak.
Sin
embargo, las normas internacionales de derechos humanos
protegen el derecho a negarse a prestar servicio militar
por motivos de conciencia, pensamiento o religión, como
recogen el artículo 18 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos y el artículo 18 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
ratificados por
Estados Unidos.
Ehren
Watada
se enroló en el ejército en 2003 por un periodo de tres
años, que acababa en diciembre de 2006. En enero de
2006, presentó una carta a su jefe militar comunicándole
sus motivos para negarse a participar en la guerra de
Irak
y presentando su dimisión. No se declaró oficialmente
objetor de conciencia porque las normas del ejército de
Estados Unidos
disponen que para ello es preciso oponerse a la guerra
en todas sus formas, no a una guerra determinada.
En su
carta, Ehren
Watada decía: "Creo con tanta fuerza en
esta causa que iría a la cárcel o moriría por ella.
Aceptaría cualquier castigo consolándome con mi
tranquilidad de conciencia, aunque lo más fácil y seguro
sería servir el año que me queda en
Irak". Su petición fue denegada en mayo
de 2006, y en junio se le ordenó que se desplegara a
Irak con su unidad, orden que desobedeció.
Amnistía Internacional
ha declarado presos de conciencia a varios objetores de
conciencia encarcelados en
Estados Unidos. Es el caso de
Camilo Mejía,
condenado a un año de cárcel por su objeción a la guerra
de Irak,
y de Abdullah
Webster, quien se negó a participar en
dicha guerra por sus creencias religiosas. Por su parte,
Kevin Benderman
fue condenado a 15 meses de cárcel tras negarse a volver
a Irak
debido a las escenas de devastación que allí había
presenciado. Los tres están ya en libertad.
Amnistía Internacional
7 de febrero de 2007
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