Sospechan que el prófugo Cordero huyó de Brasil para
sortear su inminente extradición
Pudo haber fugado a
Paraguay
donde tendría
contactos desde tiempos de la dictadura |
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Desde febrero, su defensa interpuso dilatorias judiciales
para evitar su remisión ante la Justicia argentina. Pidió
"refugio", presentó dos "hábeas corpus" y un "mandato de
segurança". Debía ir a un Juzgado el 6 de diciembre para
firmar un documento. No se presentó por temor a ser
detenido. Desde entonces se desconoce su paradero.
El prófugo coronel uruguayo, Manuel Cordero, se habría fugado
también de Brasil donde se le denegó por dos veces el amparo
de un "habeas corpus" y era inminente su detención
preventiva por orden de la Justicia federal que debía
resolver sobre un pedido de extradición procedente de
Argentina.
Organizaciones de derechos humanos de Brasil señalaron a LA
REPUBLICA su sospecha de que el militar retirado pudo haber
abandonado el territorio del país norteño y, posiblemente,
intente buscar refugio en Paraguay, donde tendría contactos
desde tiempos de las dictaduras militares de los setenta.
A mediados de 2004, Cordero huyó a Brasil para evitar una
condena menor en Uruguay y, desde que fue localizado en
Livramento a principios de año, realizó una serie de pedidos
ante la Justicia brasileña para que se le otorgara refugio,
se le concediera un "habeas corpus" y otras medias de
protección.
Los sucesivos recursos judiciales implicaron una dilación al
pronunciamiento de fondo sobre un pedido de extradición
tramitado por el juez federal argentino Guillermo
Montenegro, quien tiene a Cordero y otros militares
uruguayos entre los responsables de desapariciones y
homicidios del llamado "Plan Cóndor".
Cordero en fuga
Cordero huyó a Brasil en julio de 2004 para evitar comparecer
ante el juez Pedro Hackembruch en una causa de "desacato con
ofensa" denunciada por el juez José Balcaldi, quien le
instruía un juicio por "apología del delito" ante
declaraciones públicas en las que el militar reivindicó la
tortura.
Prontuario
de un torturador
Juan
Manuel Cordero Piacentini nació el 15 de
setiembre de 1938 e ingresó al Ejército el 1º de
marzo de 1951, en el arma de Artillería.
Ascendió a capitán en 1967 y un año después su
nombre era reconocido como el de un represor por
quienes lo sufrieron en el Grupo de Artillería
Nº 5.
En 1972,
luego de la declaración del Estado de Guerra
Interno, Cordero, junto a José Nino Gavazzo y
Jorge "Pajarito" Silveira, recorría las unidades
militares del interior del país para dar
"talleres prácticos" sobre cómo interrogar a
presos y presas por razones sindicales o
políticas.
Cuando el
golpe de Estado de 1973, Cordero realizaba
cursos de Estado Mayor en Uruguay y de
contrainsurgencia en Argentina, donde viajaba
asiduamente como "nexo" entre los servicios de
Inteligencia (revista como S2 en Artillería Nº
5) entre ambos país.
Con el grado
de mayor en 1976 ya estaba integrado al
Organismo Coordinador de Operaciones
Antisubversivas (OCOA) y había sido cooptado por
el Servicio de Información y Defensa (SID), por
quienes participó en las operación del Plan
Cóndor en Automotores Orletti de Buenos Aires.
Con el alias
de "303" era el tercer mando del tristemente
célebre centro de torturas "300 Carlos" ("el
infierno", ubicado en los fondos del Batallón de
Infantería Nº 13, donde fueron desaparecidos
militantes del Partido Comunista del Uruguay (PCU)
y del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).
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Balcaldi se recusó del caso luego de una serie de dilatorias
de la defensa de Cordero y ante una acusación por parte del
militar de que el juez penal había sido "colaborador de la
dictadura" y había estado bajo su mando como informante de
los servicios de seguridad del régimen.
La fuga del militar de Uruguay motivó un pedido de captura
internacional por parte de Hackembruch, que no fue informado
de su presencia en Brasil por parte del entonces canciller
Didier Opertti, quien mensualmente autorizaba que a Cordero
se le hicieran efectivos los pagos de su jubilación.
En setiembre de 2004, Cordero se presentó ante la Policía
Federal de Santa Ana do Livramento para tramitar su
permanencia legal y el 14 de febrero de 2005, cuando se
denunció su presencia en territorio brasileño, se declaró un
perseguido político y pidió el estatus de "refugiado".
Dilatar extradición
En marzo de este año, cuando alegó su pedido de refugio,
Cordero declaró que desde 1986 es amenazado y ha sufrido
ataques a su integridad, lo que se incrementó con el cambio
de gobierno en 2004, ya que sufría "una persecución
implacable de parte de la izquierda" uruguaya.
El militar acusado de múltiples violaciones a los derechos
humanos en Argentina y Uruguay, tramitó en Brasilia una
solicitud formal ante el Comité Nacional para los Refugiados
(CONARE), dependiente del Alto Comisionado de Naciones
Unidas.
Mientras se realizaban los trámites procesales entre el
CONARE y el Supremo Tribunal Federal de Justicia, Cordero
pudo acceder a un documento provisorio con el que viajó a
San Pablo, donde se habría sometido a una operación al
corazón con la instalación de by pass.
El abogado de Cordero, Julio Martins Favero, había presentado
un recurso de "habeas corpus" (Nº 86.954) que fue negado el
pasado 16 de noviembre por el ministro del Supremo Tribunal
Federal (STF), Dr. Carlos Brito, quien consideró que no
había mérito para dar protección al militar prófugo.
Últimas maniobras
La negativa de la Justicia, llevó a la defensa de Cordero a
presentar un nuevo "habeas corpus" (Nº 97.269) con un pedido
de decisión anticipada, a la vez que presentaba una
acusación para descalificar a otro ministro del STF, Marco
Aurelio de Mello, encargado de expedirse sobre su
extradición a Argentina.
El pasado 22 de diciembre, la doctora Ellen Gracie,
vicepresidenta del máximo órgano judicial brasileño, negó la
adjudicación anticipada del "habeas corpus" y envió el
expediente al procurador general de la República para que
diera vista fiscal y se pronunciara sobre el caso.
Paralelamente, el abogado del militar uruguayo cursó otra
maniobra legal, al presentar ante el STF un "mandato de
segurança" con el que calificaba de abuso de poder
("impetrado") al Consejo Nacional para los Refugiados (Conare),
que le había denegado el amparo inicialmente pedido.
El pasado 6 de diciembre, la Justicia brasileña pidió a la
defensa de Cordero que se presentara con un documento que
debía ser firmado por el militar. En dos semanas no se
cumplió el trámite, por lo que se considera que, temiendo su
detención, Cordero decidió fugar de Brasil.
Roger
Rodríguez
La
República
2 de enero
de 2006
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