Ahora, el gobernador José Manuel de la Sota -no por sus
convicciones sino ante el temor de que el local sea
ocupado por la militancia- cedió el edificio ubicado en
el Pasaje Catalina, contiguo al Cabildo Histórico, en
pleno centro de la capital mediterránea. La cesión
aprobada por ley en marzo de este año, solo nueve meses
después se cumple íntegramente. A partir de ahora, la
Comisión Provincial de la Memoria y los integrantes de
la Comisión de Notables: Sonia Torres (presidenta de
Abuelas de Plaza de Mayo), Juan Enrique Villa (ex
secretario general del sindicato de Perkins y de la Mesa
Nacional de Gremios en Lucha en los ´70), Carlos Alonso
(artista plástico), Guillermo Mariani (sacerdote) y
Santiago D´Ambra (de Familiares y Detenidos por Razones
Políticas), tienen la misión de concretar crónicas de
vida, donde antes reinó la muerte. Precisamente lo
primero que reclamaron es la entrega de los archivos
policiales celosamente guardados por los gobiernos de
turno.
En ese edificio, que aún muestra en su interior
las celdas y sitios de torturas que culminaban en el
asesinato de decenas de combatientes, se transformará en
un ámbito de puertas abiertas a la memoria, a nuevos
proyectos políticos y sociales.
En las horas previas, los organismos de derechos
humanos, con la presencia de alrededor de un millar de
ex presos políticos y sus familias, de representantes de
organizaciones sociales, estudiantiles, campesinas,
entre otras, descubrieron un monumento a los fusilados
en la Penitenciaria. Entre el 30 de abril y el 11 de
octubre de 1976 fueron asesinados Eduardo Bartoli,
Miguel Mozé, José Svagusa, Luis Verón, Eduardo
Hernández, Diana Fidelman, Ricardo Yung, Carlos
Sgandurra, José Puchetta, Claudio Zorrilla, Miguel
Barrera, Mirta Abdón, Esther Barberis, Marta Rossetti de
Arqueola, José Funes, Rául Bauducco, José Moukarzel,
Miguel Vaca Narvaja, Higinio Toranzo, Gustavo de Breuil,
Ricardo Tramontini, Liliana Páez, Florencio Díaz, Pablo
Balustra, Jorge García, Oscar Hubert, Miguel Ceballos,
Marta González de Baronetto y en julio de 1978 Osvaldo
de Benedetti.
Muchos de ellos fusilados fuera del penal,
sacados con la complicidad de los jueces, los que
después convalidaban los comunicados de prensa del
Ejército Argentino en que se daba cuenta de
"enfrentamientos" o "intentos de fuga". Y otros, el tiro
en la nunca o estaqueados en los patios de la cárcel en
el invierno del ´76, completaron la práctica del Terror
de Estado, cuyos responsables materiales e intelectuales
gozan de libertad gracias a las leyes de impunidad y la
llamativa morosidad de los juicios tras su derogación.
En ese sentido, cabe recordar uno de los tramos
del documento de los HIJOS de las presas y presos
políticos fusilados en la Penitenciaría: "La democracia
fue generosa con los asesinos", haciendo referencias a
las leyes de impunidad derogadas por la fuerza de la
lucha. También expresa que la construcción del futuro
debe ser "sin mentiras, sin hipocresías, sin crímenes,
sin impunidad". Para manifestar finalmente: "Y estamos
aquí sobre todo para exigir. Para reclamar que la
Justicia Federal de Córdoba cumpla, de una vez por
todas, con su obligación y encierre para siempre a
Menéndez y su siniestra corte de asesinatos cobardes y
decadentes. Nuestros muertos viven en nosotros. Justicia
para ellos. Juicio y Castigo a los culpables".
Adital
21 de
diciembre de 2006
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