Después del golpe parlamentario, el embajador de
Canadá, país en el que está la sede central de Río Tinto Alcan, fue el tercer
embajador en visitar a Federico Franco para felicitarlo.
Antes, el
ahora Presidente, había hecho una visita a dicho país para conocer esta
transnacional. Y en su primer discurso dijo que la electricidad que tenemos hay
que dejarla en manos de las grandes empresas.
Hechos y
palabras que muestran una cierta inclinación hacia Río Tinto Alcan. Un
punto de fricción con una gran parte de nuestro pueblo que no aceptaría un
contrato con ella.
Recordemos el problema con
Río Tinto Alcan
Es la primera
transnacional en minería de todo el mundo.
Entre otras cosas, trabaja el aluminio en tres etapas: una primera, muy
contaminante, en la cual se convierte la bauxita en alúmina. Una segunda etapa
-la que vendría al Paraguay- en la cual se utiliza la electricidad para
transformar la alúmina en aluminio. Y una tercera -que esta vez estaría en
Brasil- de adaptación del aluminio a los diversos usos.
Rio Tinto
Alcan, ella sola, consumirá tanta electricidad como todas las fábricas
actualmente funcionando en el Paraguay.
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La
inconveniencia de su instalación entre nosotros, señalada por expertos y muchos
ciudadanos, es al menos triple:
Ella sola
consumirá tanta electricidad como todas las fábricas actualmente funcionando en
el Paraguay.
Por ese
enorme empleo de electricidad pagaría menos de lo que cuesta producirla en
Itaipú, por lo que tendría que ser subsidiada. Un subsidio que recaería
sobre la factura de electricidad del usuario paraguayo.
Y,
finalmente, una vez terminada las construcciones necesarias para su instalación,
crearía solamente 1.250 puestos de trabajo, mientras que la industria nacional
genera más de 322.000 empleos.
El contrato
sería hasta 2035, y por él nos faltaría ya electricidad para otras fábricas,
sobre todo para las que dan valor agregado a los productos agrícolas que son
nuestra mayor riqueza.
Nos preocupa
que Federico Franco firme un contrato con Rio Tinto Alcan sin
antes consultar con el pueblo. Aunque no es realmente sorprendente.
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