El ex ministro de Economía fue retirado en camilla y
trasladado a un sanatorio. El juez destacó “la
deliberada impunidad de los procederes” en el caso
Gutheim, por el que fue detenido
José Alfredo Martínez de Hoz,
ex ministro de Economía de la última dictadura y
símbolo máximo de la política que castigó “a
millones de seres humanos con la miseria
planificada”, como advirtió
Rodolfo Walsh
en marzo de 1977, fue procesado ayer con prisión
preventiva por orden del juez federal
Norberto Oyarbide
por dos secuestros extorsivos que el magistrado
calificó como crímenes de lesa humanidad, por ende
imprescriptibles. La investigación judicial de los
delitos que padecieron los empresarios
Federico
y
Miguel Gutheim,
forzados a renegociar desde la cárcel un contrato
privado con comerciantes extranjeros en 1976, se
interrumpió gracias a un indulto del ex presidente
Carlos Menem
que la Corte Suprema de Justicia declaró
inconstitucional la semana pasada.
Eduardo Luis Duhalde,
titular de la Secretaría de Derechos Humanos,
definió a
Martínez de Hoz
como el “jefe civil del golpe de Estado” y calificó
la medida judicial como “una decisión histórica que
implica reparar una de las más importantes deudas
con la sociedad argentina”.
Martínez de Hoz
vivió hasta ayer en el cuarto piso del edificio
Kavanagh, en Florida al mil. Tal como había
requerido la Secretaría de Derechos Humanos,
Oyarbide
decretó su “prisión preventiva de cumplimiento
efectivo”. También le embargó sus bienes por dos
millones de pesos. Los efectivos de Interpol que
fueron a detenerlo con orden de trasladarlo a la
división Delitos Especiales de la Policía Federal
debieron esperar horas hasta que un equipo médico
constató el estado de salud del anciano de 85 años,
que según fuentes policiales se encontraba
“postrado”. Finalmente fue retirado en camilla y
trasladado en ambulancia al sanatorio De los Arcos.
En 1988 el juez federal
Martín
Irurzun
procesó al dictador
Videla
y a sus ministros
Martínez
de Hoz
y
Albano
Harguindeguy como coautores del secuestro extorsivo de los
Gutheim.
El economista estuvo más de dos meses preso en la
Unidad Penal 22 de Viamonte a 1100. El 14 de julio
de 1988 la Cámara Federal confirmó las preventivas
de los militares, firmantes del decreto que ordenó
las detenciones, y ordenó liberar a
Martínez
de Hoz,
no por falta de indicios sobre su responsabilidad,
sino porque a diferencia de los uniformados no había
dejado sus huellas en el decreto. Los camaristas
Gustavo
Mitchell,
Horacio Cattani y
Juan
Pedro Cotelezzi
no concluyeron que
Martínez
de Hoz
fuera “inocente” o “ajeno a la detención”, como el
imputado afirmó el miércoles pasado en una
solicitada. La investigación seguía abierta cuando
Menem
le perdonó sus delitos.
El proceso estuvo paralizado hasta mediados de 2006, cuando
los organismos de derechos humanos solicitaron la
reapertura de la causa y la declaración de
inconstitucionalidad de los indultos, reclamo al que
se sumó la SDH. El miércoles pasado se pronunció en
tal sentido la Corte Suprema de Justicia, con votos
de
Ricardo
Lorenzetti,
Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos
Maqueda y
Raúl
Zaffaroni.
El mismo día
Martínez
de Hoz
manifestó mediante una solicitada que se siente
víctima de “una persecución interminable” por parte
del gobierno nacional. Incluyó entre los supuestos
cómplices a la Justicia federal y a la Corte Suprema
de Justicia, con “escasas y honrosas excepciones”.
Duhalde solicitó su detención de inmediato.
Oyarbide ordenó el viernes la prohibición para que
el imputado saliera del país. Como
Martínez
de Hoz
había prestado declaración indagatoria en los ’80,
ordenó su detención sin necesidad de volver a
indagarlo.
El juez destacó en su resolución, de treinta y tres fojas,
“la deliberada impunidad de los procederes” que
caracterizó el caso de los
Gutheim.
También se refirió al “irrazonable empleo del poder
coercitivo del Estado nacional sobre sus súbditos,
las más absoluta desatención –plenamente consciente
y determinada– a las esenciales garantías ciudadanas
y el avasallamiento de todo principio
constitucional”. En resumen, “la actuación de las
máximas autoridades de la Nación disponiendo, según
su parecer, designios y/o conveniencias políticas
y/o personales, sobre la vida y la fortuna de las
personas, al margen de toda regla de convivencia y
del Estado de Derecho”, escribió.
Duhalde expresó su “profunda satisfacción” por la
decisión judicial durante una conferencia de prensa,
en el auditorio
Emilio
Mignone,
en la que anunció la creación de una unidad especial
de investigación de delitos económicos en la
decretaría que conduce. El funcionario destacó que
el procesamiento es “por su actividad delictiva y
no, como ha pretendido el procesado en la
insostenible solicitada publicada días atrás, por un
afán de persecución interminable”. También recordó
que “la dictadura cívico-militar produjo un
verdadero genocidio económico al pueblo argentino” y
consideró que
Martínez
de Hoz
“representó a las facciones más concentradas del
capital financiero, de los sectores industriales
–como ex presidente de Acindar y la Italo– y como
conspicuo miembro de los grandes terratenientes por
su pertenencia a la Sociedad Rural
Argentina”.
Martínez de Hoz está imputado en otras dos causas judiciales por
delitos durante la dictadura: una como jefe de la
asociación ilícita que dio el golpe de Estado el 24
de marzo de 1976 y la otra por la desaparición de
Juan Carlos Casariego de Bel, ex director del
Registro de Investigaciones de la dictadura,
secuestrado luego de oponerse a la estatización de
la Compañía Italo Argentina de Electricidad.
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