En el mes de junio del 2006 32 nuevas víctimas menores
de 23 años se sumaron al registro de muertes violentas
y/o ejecuciones y durante el corto periodo de tiempo que
ha transcurrido de la administración del presidente
Zelaya Rosales se ha alcanzado la cifra de 205
asesinatos, o sea un promedio de 41 muertes por mes.
Esta realidad hace con que la organización Casa Alianza
de Honduras se dirija a los medios de comunicación,
autoridades del país y a la sociedad en general,
manifiestando que continua lamentando estos hechos.
Los departamentos de mayor incidencia de asesinatos
fueron Cortes con 47% y Francisco Morazán con 44%. Las
autorías de los crímenes se responsabiliza en un 25% a
supuestos militantes de pandillas y un 75% a personas o
grupos desconocidos. En el 100% de los crímenes se
utilizó como instrumento de muerte armas de fuego, como
ser revólveres, pistolas 9mm y las AK-47.
Según Casa Alianza desde 1998 hasta el recién finalizado
mes de junio, 3.200 han sido las muertes o asesinatos de
niños ,niñas y jóvenes ocurridas en Honduras, por lo que
se percibe que a pesar de las recomendaciones
establecidas en el informe de la Relatora Especial de
las Naciones Unidas para las ejecuciones
extrajudiciales, sumarias y arbitrarias en Honduras en
el 2002, la practica de las ejecuciones no han cesado y
que las respuestas de las autoridades indica que no se
están tomando las medidas que se requieren para atender
eficientemente este problema.
Esta desatención por parte del Estado y la sociedad al
problema de las ejecuciones, ha provocado que la espiral
de violencia contra la niñez, adolescencia y juventud
vaya en aumento año tras año. El director nacional de
Casa Alianza José Manuel Capellin manifesto que Honduras
es un país que se define como un Estado de Derecho, pero
expresar que se vive en un sistema democrático o en un
Estado de Derecho cuando a diario son asesinados niños,
niñas, adolescentes y jóvenes, es contradictorio.
Casa Alianza insta al Estado de Honduras a fortalecer
con recursos humanos, técnicos y financieros la Unidad
Especial de Investigación de Muerte de Menores para que
se investigue de manera eficiente y efectiva todos estos
hechos. Además el Estado de Honduras y la sociedad deben
iniciar y mantener una campaña dirigida a sensibilizar e
inculcar en la población, una cultura de respeto a los
derechos humanos de la niñez, adolescencia y juventud,
especialmente su derecho a la vida.
La entidad también lamenta profundamente la tragedia
ocurrida en el centro de internamiento para menores
infractores Renaciendo, en la localidad de Tamara, donde
el día 08 de julio perdieron su vida de manera violenta
tres jóvenes adolescentes que se encontraban privados de
libertad en dicho centro.
Adital
13 de julio de 2006
FOTO: caiman.de/honduras