Hablar
de Derechos Humanos en Brasil, es hablar
de Jair Krischke. El pasado lunes 4, el
fundador del Movimiento de Justicia y
Derechos Humanos (MJDH) y asesor de la
Rel-UITA, arribó a nuestro país. Llegó
acompañando a Antonio Pires da Silva
Junior, testigo fundamental en el
asesinato del Dr. Vladimir Roslik.
Sirel participó
de
la conferencia de prensa que brindaron
junto a integrantes de la Asociación
de ex presos políticos, Crysol.
Jair Krischke
y
Antonio Pires |
Antonio Pires da Silva Junior
fue apresado en 1984 cuando regresaba a
Brasil -luego de haber vivido
varios años en el pueblo San
Javier (Fray Bentos, Río Negro)- en una
redada donde también estaba el doctor
Vladimir Roslik y como consecuencia
de esto fue testigo del asesinato del
médico.
Jair
comenzó la conferencia diciendo que
“Además de recibir un reconocimiento y
una reparación económica del Estado
uruguayo, el señor Pires está
aquí para declarar formalmente frente a
un escribano público todo lo que él sabe
sobre este tema, porque esto puede
servir en el futuro para abrir una causa
por el asesinato del doctor Roslik
y esta declaración formal, válida
jurídicamente, podrá servir. Es la
manera que Antonio Pires quiere
retribuir esta atención que recibió del
pueblo y del gobierno uruguayo”.
Antonio Pires
desde su silla de ruedas (en la que
permanece por padecer graves
enfermedades) contó que llegó al Uruguay
en 1958 y conoció al doctor Roslik
porque era el médico de la familia. “El
doctor Roslik te atendía igual
aunque no tuvieras para pagarle la
consulta”, recuerda Antonio.
Vladimir Roslik
uno de los dos médicos del pueblo,
miembro del partido comunista, fue
detenido y asesinado en abril de 1984.
Antonio Pires compartió el sector
en el 9 de caballería de Fray Bentos con
el médico. “Yo oía cuando torturaban a
Roslik y escuché cuando el
encargado de esas torturas, Sergio
“Pocho” Caubarrere, dijo: “Este ya
dio, y todo quedó quieto”. Entonces
puedo asegurar que oí los últimos
lamentos de Roslik”, sentenció
Pires.
Antonio Pires
fue trasladado desde Fray Bentos al 13
de caballería en Montevideo, luego por
su delicado estado de salud lo llevaron
al hospital Militar, y de allí frente a
un Tribunal Militar que lo condenó a
prisión y lo envió al Penal de Libertad.
Valentina Bugarof |
Magdalena Piaza,
abogada de Antonio comunica la
situación a la Asociación de Abogados
Latinoamericanos por los Derechos
Humanos y esta denuncia llega a Jair
Krischke que junto al doctor
Belisario dos Santos Filho, la hace
pública a través de la prensa brasileña.
“Inmediatamente después sucede algo
realmente extraordinario: los militares
al fin y al cabo expulsan a Antonio
Pires del Penal”, ironizó Jair.
Pires
fue dejado en la ciudad fronteriza de
Rivera, donde le dieron 80 pesos
para se vaya y se olvide de todo.
Antonio Pires da Silva que en
septiembre de 1984 (5 meses después de
su detención) aún tenía las marcas de la
tortura en su cuerpo, no olvidó. Desde
entonces no ha parado de denunciar los
crímenes de las dictaduras de América
Latina. ”Luchar
por la libertad es bueno, reconquistarla
es mejor aún, la dictadura me enseñó a
luchar por la libertad”, concluyó Pires.
El pasado miércoles 6 de agosto, con la orientación del
doctor Oscar López Goldaracena,
abogado especializado en derechos
humanos, se formalizó el testimonio
frente a escribano público. “Cabe a la
justicia uruguaya tomar las decisiones
en este asunto, más teniendo en cuenta
que el caso Roslik es un caso
emblemático por ser el último asesinato
cometido por la dictadura uruguaya.
Estamos frente a un homicidio que es el
crimen más grave para cualquier código
penal del mundo, no obstante, mientras
no se resuelva el tema de la ley de
caducidad va a ser difícil su
esclarecimiento”, concluyó Krischke.
Al finalizar la conferencia de prensa se hizo presente
Valentina Bugarof, sobrina de
Roslik, quien emocionada agradeció a
Antonio Pires por todo lo que
está haciendo por su familia y por la
memoria del pueblo uruguayo.