El Centro Nicaragüense de
Derechos Humanos (CENIDH) había
convocado a la población a
participar a una marcha para
celebrar el 60º aniversario de
la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y el 10º de la
Declaración de los Defensores de
los DDHH. Al mismo tiempo, la
oficialista Procuraduría para la
Defensa de los Derechos Humanos
(PDDH) había hecho lo mismo,
concentrando centenares de
militantes sandinistas
pertenecientes a organizaciones
sociales afines al gobierno.
Gonzalo
Carrión |
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Bayardo
Izabá |
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Lamentablemente, lo que
pretendía ser una jornada de
celebraciones se transformó en
un paradójico enfrentamiento
iniciado por los militantes
sandinistas, enardecidos por los
rótulos y las consignas críticas
lanzadas por organizaciones de
la sociedad civil que se oponen
al actual gobierno de Daniel
Ortega, las que se habían
sumado a la convocatoria del
CENIDH.
Llegando en las inmediaciones de
la Rotonda El Güegüense, en
Managua, y frente a la
escasa presencia policial, la
marcha oficialista desvió su
recorrido hasta llegar a toparse
con el otro grupo, comenzando de
esta manera un intercambio de
acusaciones y ofensas que pronto
degeneraron en empujones y
pedradas.
Los militantes sandinistas se
adueñaron de la Rotonda y de sus
alrededores, desalojando a los
miembros del CENIDH y de
las demás organizaciones y
obligándolos a replegarse
haciendo también uso de morteros
caseros. Afortunadamente, el
enfrentamiento no pasó a mayores
y no hubo que lamentar
lesionados, aunque en medio de
la trifulca los verdaderos
derrotados fueron los derechos
humanos que se iban a celebrar.
Para Gonzalo Carrión,
director del Área Legal del
CENIDH, “Reafirmamos nuestro
compromiso de defender los
derechos humanos de todos los
nicaragüenses, y no es posible
que se nos ataque de esta
manera, violando nuestro derecho
a la libre manifestación y
movilización. ¿Cómo es posible
que la Policía haya otorgado un
permiso a la PDDH para
que pasara en el mismo lugar
donde estábamos nosotros?”, se
preguntó.
Bayardo Izabá,
director del CENIDH,
declaró que “Hemos visto cómo
se nos está reprimiendo por el
simple hecho de emitir un punto
de vista que no coincide con el
gobierno, y es absolutamente
contradictorio que se haya
ejecutado esta acción para
dispersar nuestra marcha. Es
algo que condenamos y que vamos
a denunciar en todas las
instancias de derechos humanos a
nivel internacional. Pedimos al
gobierno que respete nuestro
derecho a expresarnos”,
concluyó.
Esta lamentable situación es el
reflejo de la difícil coyuntura
que está viviendo Nicaragua
después del proceso
electoral que acaba de concluir,
y que marcó el triunfo del
FSLN en 105 de los 146
municipios que participaron en
la contienda. La denuncia de
supuestos fraudes por parte de
los partidos de oposición y de
diferentes organizaciones de la
sociedad civil ha incendiado aún
más el ambiente, y está llevando
al país hacia una nueva crisis
institucional y un preocupante
estado de enfrentamiento entre
los diferentes bandos que se
disputan el control de las
calles de la capital.
En este día tan importante para
la defensa de los derechos
humanos es indispensable hacer
un llamado a la calma y la
tolerancia, para que las partes
en conflicto busquen las formas
adecuadas para dirimir sus
diferencias, en aras de una
salida que tenga como único
objetivo el bien de Nicaragua
y su camino hacia la
consolidación del bienestar para
la población más pobre.
Estado de Nicaragua bajo
observación
En 1980, a pocos meses del
triunfo de la Revolución Popular
Sandinista, Nicaragua
ratificó el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, comprometiéndose
con esta entidad de las
Naciones Unidas a presentar
un informe cada cinco años.
Pese a ese compromiso, el Estado
nicaragüense cumplió ese deber
solamente en 1993, y es por eso
que para el actual gobierno
representa un logro muy
importante haber presentado ese
informe periódico el pasado
noviembre al Comité de Derechos
Económicos, Sociales y
Culturales.
Organizaciones de la sociedad
civil nicaragüense, entre ellas
el CENIDH, se dieron a la
tarea de presentar un informe
alternativo que también fue
analizado por el Comité antes de
publicar sus observaciones y
recomendaciones al Estado de
Nicaragua.
Entre los aspectos positivos, el
Comité señaló la aprobación de
una serie de leyes, entre las
cuales destacan la Ley de
Igualdad de Derechos y
Oportunidades, la Ley de
Participación Ciudadana, la de
promoción y protección de los
derechos humanos ante el Sida,
entre otras. El Comité consideró
positivas también “las medidas
tomadas contra la pobreza como
uno de los pilares fundamentales
de la política nacional que se
refleja en los programas Hambre
Cero, Usura Cero, Soberanía y
Seguridad Alimentaria para la
Vida, el programa ‘Yo, sí
Puedo’, así como la puesta en
marcha del Plan de Desarrollo
Humano 2009-2012”, señala el
documento.
El Comité pasó posteriormente a
presentar los principales
motivos de preocupación y las
recomendaciones al Estado
nicaragüense. Bayardo Izabá
dijo a Sirel que “Entre
las diferentes recomendaciones
se pidió al Estado que garantice
de manera efectiva los derechos
para las poblaciones indígenas
de la Costa Caribe, el
cumplimiento de los objetivos
señalados en la Ley de Igualdad
de Oportunidades, el goce de los
derechos de los y las
trabajadoras de las maquilas, la
aplicación efectiva de las leyes
laborales y que el salario
mínimo cubra el 100 por ciento
de la canasta básica y la
aprobación de la Ley de
Soberanía y Seguridad
Alimentaria”.
Entre las otras recomendaciones,
Izabá recordó la toma de
medidas inmediatas para frenar
el asesinato de mujeres y
garantizar el acceso efectivo a
la justicia para las víctimas de
violencia de género, la efectiva
implementación de los programas
gubernamentales cumpliendo con
el criterio de no discriminación
consagrado en el Pacto, y una
revisión de la legislación
nacional que actualmente prevé
la prohibición total de
cualquier forma de aborto.