Entre
14.500 y 17.500 personas llegan a Estados Unidos cada año
víctimas del contrabando para ser sometidas a condiciones de
esclavitud sexual y explotación laboral, reveló un informe
divulgado este martes 18 de mayo por el Departamento de
Justicia.
El informe,
enviado esta misma semana al Congreso, lamenta que, aunque
Estados Unidos abolió la esclavitud hace más de 130 años,
"este trágico fenómeno no debería existir y sin embargo
persiste".
El lucrativo
contrabando de personas -que según el Departamento de
Justicia ayuda a financiar el crimen organizado- fue
analizado, por separado, durante una audiencia en un
subcomité de Inmigración de la Cámara de Representantes.
Según el informe
oficial, las víctimas de este tráfico humano típicamente son
obligadas a prostituirse o a trabajar en condiciones
infrahumanas.
Pero el
Departamento de Justicia afronta dificultades para procesar
a los responsables de estos delitos debido en parte a que
las víctimas, por su condición de indocumentadas, temen
denunciar su situación ante las autoridades.
No obstante, el
subsecretario general para asuntos de Derechos Civiles del
Departamento de Justicia, Alexander Acosta, dijo que Estados
Unidos está intentando aumentar el número de demandas
entabladas contra los contrabandistas.
Desde comienzos de
2001, sólo 149 personas han sido acusadas de contrabando de
personas, un número insignificante "en comparación con lo
que estamos viendo", reconoció Acosta.
John Torres, uno
de los responsables para asuntos de seguridad pública en el
Departamento de Seguridad Nacional, advirtió que las vías
utilizadas por los contrabandistas "fácilmente podrían ser
explotadas por terroristas y organizaciones extremistas".
"Estados Unidos es
un destino principal para los contrabandistas, lo que
significa que decenas de miles de hombres, mujeres y niños,
vienen ilegalmente cada año, sin papeles, sin protección y
sin ser detectados", dijo Torres durante una audiencia del
subcomité de Inmigración y Seguridad Fronteriza de la Cámara
de Representantes.
Según Torres, el
contrabando de indocumentados genera alrededor de 9.500
millones de dólares anuales en todo el mundo, dinero que a
su vez ayuda a financiar el tráfico ilícito de armas y
drogas.
En la misma
audiencia, el subjefe de la Patrulla Fronteriza de Estados
Unidos, Robert Harris, enumeró los logros y retos de su
entidad para combatir la inmigración ilegal a lo largo de la
frontera del país.
"Una frontera sin
controles es de gran preocupación, porque se propaga la
violencia y se deteriora la calidad de vida en las
comunidades fronterizas y otras zonas afectadas", dijo
Harris.