Funeral de "Guatón
Romo" |
Rodeado por una cruda soledad,
Osvaldo Romo Mena,
conocido como el Comandante
Raúl, o el Guatón Romo,
murió el pasado 5 de julio.
Romo fue considerado uno de
los más brutales torturadores de
la dictadura pinochetista,
involucrado en al menos 100
asesinatos de prisioneros
políticos.
Acompañaron sus restos solo un
funcionario sepulturero y un
silencioso sacerdote. El cura,
bajo la lluvia, no pronunció
palabra alguna.
Su historia fue particular
Durante el gobierno de
Salvador Allende fue
militante y agitador de la
Unidad Popular gobernante.
Derrocado y asesinado Allende,
en 1973, Romo reaparece
como agente de la Dirección de
Inteligencia Nacional (DINA),
la policía secreta de Augusto
Pinochet. En los mismos
barrios donde agitaba su
discurso ultraizquierdista,
volvió como represor.
Estuvo refugiado con un nombre
falso en Brasil,
integrando también allí
escuadrones de la muerte. En
1992 fue deportado a Chile.
Ni su esposa ni ninguno de sus 5
hijos lo acompañaron nunca. No
lo visitaron en la prisión ni
acompañaron sus restos al
cementerio.
Osvaldo Romo Mena no mostró ningún atisbo de arrepentimiento. Así lo dejó claro cuando
declaró al canal Univisión que
el error principal de la
dictadura de Pinochet fue
dejar izquierdistas vivos: "Yo
siempre le decía a mi general
'no hay que dejar a ningún
periquito vivo'...". Dijo
también en aquella oportunidad
que desearía que se escribiera
en su epitafio: "aquí yace un
torturador".
Entre los hechos por los que fue
condenado figuran las
desapariciones de la periodista
Diana Aron Svigilsky, el
contador Manuel Cortez Joo
y Ofelio Lazo, militantes
del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR) en
1974.
También se lo procesó por el
secuestro calificado del
sacerdote español Antonio
Llidó Mengual, también
desaparecido.
Romo violaba
personalmente a las prisioneras,
usaba perros contra ellas y les
introducía ratas en la vagina.
Otro de sus "juegos" predilectos
pasaba por la aplicación de
electricidad. Lorena Pizarro,
presidenta de la Agrupación de
Familiares de Detenidos
Desaparecidos (AFDD),
afirmó que Romo
representó lo peor de la
dictadura de Pinochet:
"era
el fantasma del horror... sus
víctimas siempre hablaron de él
como de un torturador muy
siniestro, muy brutal, muchas
mujeres fueron violadas por él" manifestó.
En Porto
Alegre,
Jair
Krischke
©
Rel-UITA
10
de julio de 2007 |
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Foto: Juan
Ibarra,
La Segunda