Alrededor de mil
indocumentados mexicanos perdieron este año la vida mientras
intentaban cruzar la frontera con Estados Unidos en busca de
trabajo, según estimados de Organizaciones No
Gubernamentales (ONG).
Los
decesos fueron producto de mordeduras de serpientes,
accidentes, hambre, los intensos fríos y la deshidratación,
indicaron las ONGs Rescate, Coalición de los Derechos
Humanos de Arizona y Humane Borders.
De acuerdo con las fuentes, sólo en el cruce de México con
Texas murieron 120 inmigrantes en los primeros cinco meses
del año, en tanto en los límites con Arizona perecieron 15
la semana anterior.
La única forma de atender favorablemente esta situación es
creando un proceso de migración formal entre México y
Estados Unidos y asumiendo estrategias y acciones de buena
voluntad por ambas partes, afirmó el senador Jeffrey Max
Jones.
El titular de la Comisión de Asuntos Fronterizos del Senado
mexicano manifestó en declaraciones al diario El Sol de
México su preocupación porque no existe una conciencia real
sobre el impacto que la inmigración va a tener en los
próximos años para el país.
Mientras, la titular de la Coalición de los Derechos Humanos
de Arizona, Isabel García, aseguró que las muertes
registradas en ese tramo fronterizo son el resultado de una
política injusta y equivocada de Estados Unidos hacia los
migrantes.
Durante el pasado año, sólo en el desierto de Arizona fueron
localizadas 243 personas víctimas de las altas temperaturas;
pero a los gobiernos (estadounidense y mexicano) no parecen
importarle estas vidas, deploró.
Argenpress
1 de junio
de 2005