No importa cuántas veces hablemos del horror, no lo
podemos alejar. Desde aquel 24 de Marzo de 1976 hasta el
10 de Diciembre de 1983, el denominado “Proceso de
Reorganización Nacional” nos introdujo en un agujero
negro, el peor de nuestra historia, aniquilando
sistemáticamente a toda persona que se opusiese a la
concepción de nación “occidental y cristiana” sostenida
por los militares golpistas.
La doctrina de la seguridad nacional, los grupos de
tareas, los centros clandestinos de detención, la
práctica sistemática de la tortura, los secuestros , las
desapariciones, el exterminio generalizado, los “vuelos
de la muerte”, los abusos sexuales, la ESMA, la
sustracción de bebes. Todo está allí. Nada se olvida.
Apartamos sin esfuerzo la paja del trigo y podemos ver,
claramente, hombres nobles y monstruos temibles,
conductas heroicas y personajes miserables. Todos con
nombre y apellido. Todos.
Y recordamos a los militantes de la causa del trabajo,
que tanta falta nos han hecho durante estos años.
Nada nos garantiza que estos horrores no vuelvan a
suceder, pero podemos levantar algunas barreras. Existen
tareas que debemos llevar a cabo: Primero: No Olvidar.
Segundo: Permanecer atentos. Tercero: Juzgar y condenar
socialmente a todos los culpables, más allá de la
actuación del Poder Judicial. Cuarto: En el día a día de
las instituciones, clubes, agrupaciones vecinales,
cooperativas, mutuales, empresas y, sobre todo,
sindicatos, tratar siempre de integrar a todas las
compañeras y compañeros incluyéndolos en un proyecto
solidario ajeno a cuestiones personales, resolver
situaciones de injusticia, ser un ejemplo de verdadera
unidad, no abandonar jamás una causa justa. Crear, en
definitiva, un fuerte sentido de pertenencia, de
verdadera argentinidad, de Nación.
Héctor Ponce
Secretario General de ATILRA *
25 de
mayo de 2006
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