El Convenio, que
sirve de base para las leyes nacionales y las acciones
destinadas a combatir ese problema, fue adoptado
unánimemente por la Conferencia Internacional del Trabajo en
1999.
Un total de 150
países han ratificado hasta ahora el convenio de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) que prohíbe las
peores formas de trabajo infantil.
Con la
ratificación número 150 de Kirguizistán, el documento ha
sido aprobado más rápidamente que cualquier otro acuerdo en
los 85 años de historia de la OIT, integrada por 177 países.
"La rapidez con
que está siendo ratificado el Convenio demuestra que la
opinión pública es firme en su rechazo al flagelo del
trabajo infantil, particularmente cuando implica crueldad y
explotación", dijo este lunes 24 de mayo el director general
de la OIT, el chileno Juan Somavía.
Si ese convenio
fuera aprobado por todos los Estados miembros de la OIT,
sería el primero en la historia en lograr un respaldo
universal.
Otros acuerdos
fundamentales como los de libertad sindical, trabajo
forzoso, discriminación o los relacionados con la edad
mínima, han sido ratificados por un número de países que
oscila entre los 100 y 165 aunque el proceso ha sido más
largo.
El convenio número
182 de la OIT identifica las peores formas de trabajo
infantil como las que tienen un efecto perjudicial sobre la
salud, la moral o el bienestar sicológico de los niños.
Se incluye el
trabajo en industrias peligrosas como la minería, en
actividades ilegales como la prostitución, la pornografía o
el tráfico de drogas, el trabajo en condiciones extremas de
frío o calor o el que implica la exposición a sustancias
peligrosas.
El director del Programa
Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil,
Frans Roselaers, comentó tras la ratificación número 150 que
esa "no afecta solamente el ejercicio de la ley, sino que
impulsa acciones concretas para mejorar la vida de los
niños".