Los Estados Unidos fueron vapuleados el viernes 5 de mayo 
					2006 en la primera audiencia sobre los abusos de la lucha 
					antiterrorista. Una nutrida delegación del gobierno de 
					George Bush compareció en Ginebra ante los diez expertos del 
					Comité contra la Tortura de la ONU, que vigilan el 
					cumplimiento de la convención internacional en la materia.
	 
	
	Los Estados Unidos 
	fueron vapuleados el viernes 5 de mayo 2006 en la primera audiencia sobre 
	los abusos de la lucha antiterrorista. Una nutrida delegación del gobierno 
	de George Bush compareció en Ginebra ante los diez expertos del Comité 
	contra la Tortura de la ONU, que vigilan el cumplimiento de la convención 
	internacional en la materia. La vista oral se reanuda el lunes. 
	Posteriormente la ONU emitirá sus recomendaciones, un dictamen que se 
	pronunciará también sobre los excesos en Afganistan, Irak y Guantánamo.
	
	 
	
	Fueron unánimes las 
	criticas sobre la inexistencia de una ley federal en los Estados Unidos que 
	castigue la tortura. Los funcionarios del Departamento de Estado trataron de 
	suplir el vacío alegando que los actos constitutivos de torturas están 
	contemplados en otras disposiciones, pero el argumento no tuvo acogida. 
	"Están jugando con las palabras para derogar normas", exclamó Essadia Belmir, 
	la experta de Marruecos. Su colega Guibril Camara, de Senegal, los intimó a 
	que "adopten la definición de tortura de nuestra Convención porque entre 
	Ustedes y nosotros, son Ustedes los que deben ceder".
	
	 
	
	La ONU estipula que se 
	cometen torturas cuando se infligen "dolores o sufrimientos graves, ya sean 
	físicos o mentales, con el fin de obtener de la persona o de un tercero 
	información para una confesión". La formula da la impresión de no satisfacer 
	a los Estados Unidos, que supuestamente quisieran librarse sin limites a 
	interrogar a los detenidos en el combate contra el terrorismo.
	
	 
	
	Al tiempo, los expertos 
	de la ONU barrieron otros argumentos avanzados por los Estados Unidos, que 
	siguen sin reconocer que la Convención prohibitiva de la tortura se aplica 
	sin restricciones durante los conflictos armados. Y que no exime a los 
	países que la han ratificado de hechos ocurridos fuera de sus fronteras en 
	los que participaren fuerzas bajo su responsabilidad, como acontece para los 
	Estados Unidos en Afganistan, Irak y Guantánamo.
	
	 
	
	El experto español, 
	Fernando Mariño Menéndez, quien tuvo el papel de fiscal en la comparecencia, 
	desestimó el pretexto mediante el cual un gobierno se negare de informar a 
	la ONU esgrimiendo que no puede hacerlo respecto a operaciones secretas de 
	los servicios de inteligencia. "Las acciones de la CIA son actos de gobierno 
	y Ustedes deben responder por ellos", explicó. Finalizó recordándole a los 
	Estados Unidos que no pueden entregar prisioneros a terceros países si se 
	sospecha que los pueden torturar, "y eso tanto lo hagan dentro o fuera de 
	vuestro territorio".
	
	 
	
	 
	
	Juan Gasparini
	
	Red Voltaire
	
	18 de mayo de 2006