El sábado 3, después de 54 años del
golpe de estado, que llevó al poder en
Paraguay al dictador Alfredo
Stroessner, los defensores de los
derechos humanos del país salieron a las
calles para repudiar el período
dictatorial, recordar a los más de 500
militantes sociales desaparecidos, o
ejecutados, y pedir al nuevo gobierno de
Fernando Lugo -electo en abril-
la implementación de un Plan Nacional de
Derechos Humanos.
El acto de repudio fue realizado frente al
Panteón de los Héroes, donde los
participantes hicieron una caminata,
levantando pancartas con las fotos de
los desaparecidos. Los manifestantes
pidieron el reconocimiento del Estado
para estos luchadores de la libertad y
una investigación y búsqueda permanente
de los desaparecidos.
Durante la dictadura de Stroessner, además
de los desaparecidos, más de 20 mil
personas fueron detenidas y/o
torturadas; instaló un Estado de terror
en el país, que dejó como secuela la
desaparición forzada de personas, la
ejecución primaria, la privación
ilegítima de libertad y más de 1 millón
de exiliados.
Además, fueron creados cientos de centros de
detenciones arbitrarias por todo el
país, en los cuales los presos eran
torturados, y tenían un trato
equivalente al de los campos de
concentración. Mientras el terror
reinaba, los derechos sociales se
evaporaban. El analfabetismo en
Paraguay se convirtió en uno de los
mayores de América Latina, la
salud pública dejó a más del 90% de la
población desprotegida, la tierra quedó
concentrada en las manos de pocos y la
impunidad fue instaurada en los estrados
judiciales.
Para la Asociación de Familiares de
Detenidos-Desaparecidos y Asesinados de
Paraguay (FADDAPY), las
consecuencias más duras fueron
invisibles, las que no son
cuantificables, como: el miedo, el
empobrecimiento de la población, la
corrupción gubernamental, la impunidad.
Tomado de
Adital
7 de mayo de 2008