Una oposición
parlamentaria dividida, fragmentada y una dura reacción de la población no
permitió a las bancadas opositoras aprobar una Ley de Amnistía que pretendía
absolver a miles de funcionarios que ejercieron cargos públicos durante 16
años de gobiernos neoliberales. Centenares de manifestantes irrumpieron en
el hemiciclo parlamentario al grito de “¡Ladrones!”.
Usurpación de atribuciones, prevaricato,
morosidad y negligencia de empleados públicos, fraude, cohecho, peculado,
delitos contra la Constitución, contra las personas, contra el orden
público, delitos electorales y contra la administración pública, soborno y
hasta lavado de dinero,
son algunos de los crímenes incluidos en el proyecto de Ley de Amnistía con
el que la Comisión parlamentaria de la Paz, Defensa, Gobernación y Derechos
Humanos pidió una “amplia e incondicional amnistía”, que beneficiaría a
todos los funcionarios públicos de los gobiernos
de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996), Arnoldo Alemán
(1997-2001) y Enrique Bolaños (2002-2006).
El proyecto fue incluido en la agenda
parlamentaria con el voto de cuatro de los siete miembros de la Junta
Directiva de la Asamblea Nacional, todos pertenecientes a las bancadas
opositoras al actual gobierno sandinista, para que fuera discutido y
aprobado en el plenario.
Sin embargo, las divisiones internas de la
oposición, el amplio rechazo mostrado por la población y las mismas
organizaciones de la sociedad civil afines a estos sectores, y la fuerte
movilización de las bases sandinistas impidieron que este proyecto se
convirtiera en ley.
En el marco de una verdadera ofensiva mediática
en contra de la aprobación de la amnistía, en diferentes puntos de la
capital aparecieron grandes rótulos y afiches que acusaban a los dos
principales líderes de la oposición, el ex presidente Arnoldo Alemán
y el ex canciller y actual diputado Eduardo Montealegre, de estar
detrás de este proyecto.
Para la diputada oficialista Alba Palacios,
el verdadero objetivo de la ley sería amnistiar a estas dos personas,
quienes se enfrentan a varios juicios por corrupción y tienen aspiraciones
presidenciales para 2011.
“Estamos hablando de un monto aproximado de 800
millones de dólares que fueron sustraídos de las arcas del Estado durante
los gobiernos neoliberales. En estos días la oposición se tambaleó
nuevamente ante el repudio nacional, y vamos a seguir convocando a la gente
para que pueda expresar su protesta –dijo Palacios–.
Como bancada no vamos a hacer quórum, porque no
podemos permitir que se apruebe esta ley vergonzosa e inmoral, promovida por
una oposición encabezada por Arnoldo Alemán y Eduardo Montealegre.
Son otras las prioridades para el país”, sentenció la diputada sandinista.
Por segundo día consecutivo, en la Asamblea
Nacional no se logró el quórum y la discusión de la Ley de Amnistía pasó a
ser historia, mientras que centenares de activistas de las organizaciones
del Poder Ciudadano y sindicales irrumpieron en el hemiciclo legislativo al
grito de “¡Ladrones!”, celebrando el éxito de la protesta y la derrota de la
oposición.
“La presión del pueblo no ha permitido que se
aprobara esta ley ilegítima, inconstitucional e inmoral, porque nuestra
Constitución prevé el instrumento de la amnistía para delitos políticos y
conexos, mientras que aquí se quería amnistiar a gente que ha cometido
delitos comunes contra el Estado –explicó el diputado oficialista José
Figueroa–.
Una vez más la derecha nicaragüense ha sido
derrotada y ahora vamos a concentrarnos sobre lo que de verdad necesita con
urgencia el país”, concluyó.