Uruguay

 

Homenaje a Roger Rodríguez

“En Uruguay la verdad sigue saliendo

por cuenta gotas”

El pasado jueves 22 de septiembre, el periodista Roger Rodríguez fue homenajeado en Montevideo por su lucha constante por conocer la verdad de lo ocurrido durante los años de dictadura en Uruguay. Lo que sigue son los conceptos compartidos por Roger en esa ocasión.

Roger Rodríguez y Jair Krischke

 

“La verdad es, la historia puede ser”

 

Alguna vez pude escribir con otros colegas un libro sobre resurgimiento del movimiento sindical uruguayo. Ese libro empezaba con una frase que siempre me gustó: “La verdad es, la historia puede ser”. Y creo que es así, que los hechos son, pero quienes escribimos podemos ver sólo una parte de su real magnitud, y por eso creo, además, que buscar elementos que nos lleven lo más cerca posible de la verdad es la tarea central del periodismo.

 

Cuando el golpe de Estado en Uruguay yo tenía 13 años y mi entorno familiar no estaba relacionado con lo que entonces ocurría, o al menos no me dejaban verlo. La relación que realmente existía de mi familia con ese tiempo se ocultó como un secreto, intentando protegernos (y por eso) tardé muchos años en encontrar, en mis propias raíces, la existencia de ancestros relacionados con el periodismo y con ideas de vida similares a las mías.

 

“Si no se publica no pasó”

 

En los años ochenta yo trabajaba en el diario “El Día” y hubo una historia que me impactó. Fue en la época entre el plebiscito de 1980 y las internas de 1982. Yo tenía veinte y pocos años. Un día salí de noche y me encontré en plena Avenida 18 de Julio con una represión y vi como detenían a un grupo de jóvenes que volanteaban. Muy emocionado volví a la redacción y le dije a mi secretario de redacción lo que acababa de ver. El me dijo que escribiera algo, pero corto. Lo escribí, lo entregué y escuche una discusión muy fuerte en la sala del Consejo Editor. (Al rato) vino uno de los directores y me pregunto sí yo había escrito eso. Le dije que sí, y él me respondió: “No va”. Entonces pregunté por qué no iba, si acababa de ocurrir y yo lo había visto; fue cuando él lanzó una frase que me marcó para el resto de mi vida: “Si ‘El Día’ no lo publica, no pasó”. Y fue una lección de vida. Creo que cada vez que escribo también me acuerdo de eso, que cada vez que algo no se publica, no pasa.

 

Roger y Sara Méndez

 

En 1983 yo trabajaba en (el semanario) “Convicción” y le pude hacer la primera entrevista a Sara Méndez,1 en el marco de una nota sobre los niños desaparecidos… Siempre digo que fue la nota más difícil de mi vida. Creo que para Sara también porque era una de las primeras veces que hablaba, y fue una grabación que teníamos que interrumpirla porque si no lloraba ella, lloraba yo, y fue muy largo tener que parar (tantas veces) porque nos quedábamos los dos sin poder hablar.

 

Desde entonces es un compromiso para mí el tema del esclarecimiento de todo aquello. Fui descubriendo lo que ocurrió en cada testimonio, en cada caso, en cada mirada, y entonces comprendí que la realidad de la prensa sistémica también era la del ocultamiento. Comprendí entonces la importancia de la prensa alternativa, de la prensa que camina no sólo con el compromiso con la realidad, sino también con el compromiso con la vida. Y he podido trabajar en muchos de esos medios y he tenido muchos maestros.

 

(…) Hace cuatro años trabajando en Posdata, (…) surgió la posibilidad de empezar una investigación que, finalmente, permitió encontrar a alguien que nos dio datos que, con la ayuda de Rafael Michellini, permitieron encontrar a Simón, el hijo de Sara. Esa misma investigación también permitió hallar datos sobre el “segundo vuelo”2, y es una investigación que continua; hoy vine a las 5 de la mañana de Buenos Aires de seguir profundizándola.

 

Una editora me propuso hace poco que escribiera un libro sobre una de mis investigaciones, y yo le dije que no creo poder hacerlo porque (todas mis investigaciones) forman una sola. Creo que es la misma investigación desde que le hice la entrevista a Sara Méndez y todavía no terminó.

 

“Segundo vuelo”, contrainformación y ninguneo

en los medios de comunicación

 

Creo, sí, que el del “segundo vuelo” es un dato real (…) que cambiaría la perspectiva histórica. El “segundo vuelo” prueba que en Uruguay no ocurrió solamente que alguien se moría porque no aguantaba la picana, tragaba mucha agua o se le golpeaba mal, sino que hubo una ejecución masiva de gente y eso cambia la perspectiva.

 

Durante los últimos tres años aquella serie de notas (que yo hice) fue negada, ninguneada por algunos medios de comunicación, aunque reconocida por muchos periodistas amigos a quienes también les reconozco que ahora, cuando se ha confirmado la verdad, entendieran que en (aquellos años) yo trataba de hacer silencio para que, pegándome a mí, no le pegaran al tema.

 

(Ahora a la luz de los hechos) ellos me reconocen todo, en todos los medios se reconoce el trabajo realizado, y para mí ése es de los mayores reconocimientos, el reconocimiento de los colegas. Pero ese ninguneo continúa, y no sólo es ninguneo de los colegas o de los medios, hay un ninguneo sistémico. Existió ninguneo por ejemplo de parte de la Comisión para la Paz, que desechó la investigación, que no incorporó datos que nosotros dábamos por ciertos y sí incorporó otras versiones con mucho menor fuerza o posibilidades de ser reales y calladas por sus propios protagonistas. Me cuesta un poco entender que hoy Bonelli3 diga fue el piloto del “primer vuelo” y que Malaquín4 siga callando cuando fue el copiloto del “segundo vuelo”. (…) La verdad sigue saliendo por cuenta gotas.

 

El informe de la aviación implica la ruptura del pacto del silencio, y ahora todos quieren hablar, ahora todos quieren difundir y entramos en las reglas de la contrainformación. Tenemos datos de veinte y pico de vuelos, de treinta y pico de lugares de enterramientos, decenas de informantes anónimos, pero los restos de los desaparecidos no aparecen.

 

El derecho a la verdad

 

Este concepto que se está manejando a nivel internacional y discutiendo en la ONU, en Ginebra, sobre el derecho a la verdad, pasa a ser algo cuantitativa y cualitativamente importante de lo que aferrarse.

 

Tenemos que seguir aportando a la memoria. (…) Los familiares y las víctimas tienen el derecho humano de conocer las respuestas a las seis preguntas básicas del periodismo: ¿qué? ¿quién? ¿cuándo? ¿cómo? ¿dónde? y ¿por qué?, y tiene que ser un derecho ampliado como derecho universal, consagrado en normas internacionales y también en normas nacionales, porque si no, no es aplicable.

 

Pero sobre todo, ese derecho a la verdad tiene que ser carne en quienes trabajamos en la comunicación. Tenemos que entender que la verdad es lo que importa, entender que saber la verdad es un derecho humano, y saber toda la verdad; no sólo la verdad conveniente de unos u otros. La memoria debe ser toda la memoria, la que nos gusta y la que no nos gusta y la verdad toda la verdad. No creo en la existencia de silencios buenos y silencios malos; no creo en el silencio conveniente, ni antes, cuando la época de la censura, ni ahora, cuando luego de los años de la dictadura cívico-militar y de dos décadas de democracia tutelada se puede creer que al fin vamos a acabar esta interminable transición. Pero esto no puede hacerse sobre la base del ocultamiento y del “silencio bueno”, “conveniente”, del “ahora no es conveniente”. ¡Hay que decirlo todo ya!, porque “la verdad es, la historia puede ser”.

 

Los periodistas tenemos el compromiso de aportar todos los pedacitos de verdad a los que podamos llegar para que nuestros hijos y nietos al leer la historia, puedan entender, si no la intangible verdad absoluta, por lo menos una versión lo más cercana y lo más honesta de los tiempos que sus padres y sus abuelos vivimos.

 

Le agradezco a Jair, a CELADI (Centro Latinoamericano de Investigación), a UITA y a todos los que están acá, que me queda grande. Lo único que espero es poder seguir cumpliendo, un poquito, con este rol de periodista y nada más.

(Aplausos)

 

 

Rel-UITA

18 de octubre de 2005

 

1  Sara Méndez es una de las tres madres de niños desaparecidos que sobrevivieron a la última dictadura militar, y en 2002 se reencontró con su hijo Simón, en gran medida gracias al trabajo de Roger.

2  Operativo de traslado clandestino de exiliados políticos secuestrados en Buenos Aires, que confirmó la sospecha de que la mayoría de los uruguayos desaparecidos en Argentina fueron en realidad asesinados en Uruguay.

3  Actual Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea.

4  Se refiere al entonces Comandante de la Fuerza Aérea, el brigadier general José Pedro Malaquín.

 

 

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