Colombia
Construyendo el tejido social
El coraje contagioso |
En presencia del gobernador Angelino Garzón, y con el aval
de 36 organizaciones locales, quedó constituida el pasado 30
de septiembre la regional Valle del Cauca de la Unión
Nacional Agroalimentaria de Colombia (UNAC). En la ocasión,
Garzón llamó a establecer una coordinación nacional para
utilizar tierras incautadas por el Estado para fomentar
emprendimientos agrícolas que apunten a alcanzar la
seguridad alimentaria del país.
El acto fundacional, que contó con la participación de 60
delegados y delegadas, se realizó en el Salón de
Gobernadores del Palacio de San Francisco. Al inicio
hicieron uso de la palabra, Angelino Garzón, Gobernador del
Valle del Cauca; Guillermo Banguero, Secretario de
Agricultura y Pesca de la citada gobernación; Jarrisón
Martínez Collazos y Alberto Giraldo Gallego, por el comité
organizador; Luis Alejandro Pedraza, Presidente de la UNAC,
y Gerardo Iglesias, por la Rel-UITA.
Angelino Garzón pronunció un discurso en el cual su impronta
sindical y su pedagogía por la paz afloraron con naturalidad
y sin complejos. Sobre el tema de inseguridad alimentaria
manifestó: “En la Gobernación estamos abiertos a ver cómo
desarrollamos unos programas dentro de una estrategia de
seguridad alimentaria que nos permitan aprovechar al máximo
las experiencias que se han venido desarrollando en
distintos lugares, y construir otras empezando por la
agricultura urbana”.
Queremos construir una propuesta junto con las
organizaciones sindicales, con la UNAC, con la UITA, en el
(departamento del) Valle. Entonces nos preguntamos: ¿cómo
aprovechamos lo que sería una política de seguridad
alimentaria en la zona urbana, donde hay muchos terrenos?
Hemos dicho: podemos llevar adelante una alianza estratégica
para plantearle al gobierno nacional que algunas tierras
incautadas, puedan ser utilizadas para el desarrollo de una
política de seguridad alimentaria. Hay muchas tierras de muy
buena calidad incautadas en el Valle del Cauca. En lo que me
es personal quisiera que se formara un gran movimiento
social sobre esto”.
Con relación a la violencia que en el departamento del Valle
registra el mayor número de personas asesinadas, Garzón
informó: la violencia “no tiene un solo origen, lo cual hace
más complejo este problema. ¿Cuáles son los orígenes?” En
primer lugar, “un enfrentamiento de la criminalidad
organizada al servicio del narcotráfico. Un enfrentamiento a
fondo, a muerte, que parte del principio de que el amigo de
mi enemigo es mi enemigo. (…) Un segundo origen de las
muertes está en los barrios, en la pelea de las pandillas
juveniles de delincuencia común. Hay un tercer nivel de
muertes que resulta del enfrentamiento de paramilitares y
guerrilla. Y un cuarto origen que resulta de la acción entre
las fuerzas del Estado y grupos ilegales. Ayer, por ejemplo,
murió un teniente en una emboscada que le hizo la guerrilla.
Y días antes el ejército había dado de baja a miembros de la
guerrilla y paramilitares. La característica de estos cuatro
grupos, es que en todos hay gente armada”.
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Seguidamente consignó: “Necesitamos encontrar caminos de no
violencia, caminos para la convivencia pacífica. Que tenemos
que fortalecer la policía, las fuerzas militares y de
seguridad, no hay dudas. Pero no basta con eso. Se necesita
encontrar caminos para disminuir la miseria, para disminuir
el desempleo, para lo cual una política en materia agrícola
es fundamental en una estrategia de seguridad alimentaria. Y
necesitamos también un proceso pedagógico de paz, de cultura
democrática. Que significa que podemos tener diferencias,
pero no tenemos que matarnos para resolverlas.
Uno de los principales problemas de la violencia, además de
eliminar contrarios, es el propósito de crear miedo
colectivo, convertir a la población en prisionera del miedo.
Que los gobernantes nos desequilibremos, lo cual es fácil.
Cuando yo salgo digo que no usaré un chaleco antibalas, no
voy a volverme un fanático del miedo. Seguiré visitando los
municipios, las zonas rurales, voy a seguir concertando con
la población. Si alguien me pregunta, Angelino, ¿usted
siente miedo? Claro que sí, respondo, es algo natural en los
seres humanos. Pero no podemos ser prisioneros del miedo. Si
caemos en esa trampa perdemos la dignidad, y si perdemos la
dignidad, lo perdemos todo.
La cultura ciudadana, la cultura de paz, se construye
fortaleciendo las organizaciones sociales. Nosotros tenemos
una postura política desde el gobierno que no ocultamos, la
reivindicamos públicamente: queremos contribuir a fortalecer
las organizaciones de campesinos, de trabajadores agrícolas,
de trabajadores de las fábricas, de artesanos; las
organizaciones sindicales, comunales, de afrodescendientes,
de mujeres, de jóvenes, de pequeños y medianos empresarios,
de indígenas. Nosotros estamos en ese propósito. (…) Por lo
tanto, en esta reunión, como Gobernación, podemos
comprometernos a iniciar con la Unión Nacional
Agroalimentaria de Colombia y la UITA, la posibilidad de
firmar un convenio de cooperación y compromiso recíproco”.
Gerardo Iglesias
© Rel-UITA
4 de octubre de 2004