Con mucha alegría hemos recibido la noticia del rescate no cruento de la ex candidata presidencial de Colombia INGRID BETANCOURT, de once miembros de la Fuerza Pública, y de los tres ciudadanos norteamericanos, que se encontraban en poder de las FARC en condición de secuestrados, por períodos que oscilaban entre 6 a 10 años y sometidos a tratos inhumanos e inclemencias de la selva colombiana, lo que constituía una afrenta a los más elementales principios de los Derechos Humanos.

Este retorno a la libertad, el bien más preciado de las sociedades democráticas, es un acto de reparación a la dignidad e integridad personal de quienes regresaron sanos y salvos al seno de sus familias y renueva las esperanzas de liberación de todos los demás que aún permanecen secuestrados, mediante un gesto unilateral por parte de los captores o un acuerdo humanitario que abra posibilidades a la negociación política con miras a lograr la Paz en Colombia.

La Paz en Colombia, será el clima propicio para el desarrollo económico con equidad y la aplicación integral de los Derechos Humanos.